Los cuerpos de los hermanos Mario Francisco Henríquez, de 28 años; y su hermana Valeria, de 15, fueron sepultados durante la mañana del lunes 22 de febrero en el cementerio municipal de San Juan Opico, en La Libertad.
Los hermanos Henríquez, llegaron al aeropuerto de Ilopango desde San Juan Opico en vehículo, el pasado sábado. A las 8:30 de la mañana, tomaron una avioneta que los llevaría hasta la Costa del Sol, en La Paz, según explicó una tía de los fallecidos. Minutos después, la avioneta se accidentó en Changallo, a pocos kilómetros del aeropuerto Ilopango.
Familiares, amigos y compañeros de colegio, acompañaron los dos féretros en su ruta por el casco urbano del municipio. Los hermanos murieron en un accidente aéreo ocurrido durante la mañana del sábado 20 de febrero en Changallo, Ilopango. Mientras que otra persona fue rescatada con vida y trasladada a un centro asistencial.
Los compañeros y maestros de colegio de Valeria y Mario, acompañaron a la familia con sus uniformes escolares, como una muestra de solidaridad y dolor.

“Era dulce y muy amable como un ángel”, dice A. Pineda, compañera de la fallecida. Ella recuerda que un día antes de sucedido la tragedia, Valeria le ayudó con una tarea de Ciencias Sociales.
En el funeral también se hizo presente la mejor amiga del colegio. “Nunca pensé perderla, nunca me imagine algo así”, lamentó.
La madre de los hermanos Henríquez se mostró muy conmovida, previo a la procesión. Compañeros y amigos de los difuntos cargaron sus retratos.
Los cánticos religiosos que se escuchaban desde el carro fúnebre interrumpieron el bullicio del mercado municipal y los alrededores del parque central.
A medida que los ataúdes se acercaban al cementerio, cientos de personas se aglomeraban en las aceras de las calles para unirse al duelo de la familia.
La gran mayoría de personas documentaba con sus celulares el “último adiós” a Valeria y Mario, dos jóvenes que destacaban por sus grandes aspiraciones y por ser muy entregados a los estudios, según describen profesores.
“Tanta gente que está acá. Como aman a mis hijos”, exclamó Mario Henríquez. En el cementerio, la familia expresó palabras de agradecimiento a todas las personas que se hicieron presentes al entierro. “Sólo quien ha perdido a un hijo sabe lo que se siente. Gracias a todos por estar con nosotros. Dios los bendiga”, finalizó el padre minutos antes de dar por concluido el entierro.
IMÁGENES: Familiares despiden a víctimas de accidente aéreo en Ilopango
Para los maestros de Matemáticas Roger Guardado y Yeimy Aguilera, ambos estudiantes serán recordados por su habilidad con los números. En cada clase, se destacaban por la facilidad de resolver todo tipo de ejercicios. “Cuando sacaban un ocho de nota, ellos se preocupaban”, recuerda el profesor Guardado y lamenta la pérdida de los hermanos.
Por otra parte, la profesora Aguilera relata que la joven Valeria tenía un “espíritu colaborador” dentro de la institución. “Ella nunca decía que no”, recuerda. Mientras que para el maestro Guardado, Mario era un alumno ejemplar en todos los aspectos. “Es difícil pensar en algo negativo. Por el contrario, recordar su nombre sólo me trae a la memoria aspectos positivos a imitar”, dice.