Coronel que dirigió tropas en la toma de la Asamblea el 9F fue nombrado con cargo diplomático en la OEA

Al 9 de febrero de 2020, el coronel era comandante de la Brigada Especial de Seguridad Militar (BESM, ex Guardia Nacional). En julio fue trasladado de esa guarnición y en octubre anterior lo enviaron al servicio exterior.

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El comandante de la BESM, coronel Rafael Antonio Urquilla Álvarez, fu quien tuvo el mando las tropas que invadieron la Asamblea Legislativa el 9F, en la que hubo tropas de diferentes guarniciones militares de la zona central. Foto EDH

Por Jorge Beltrán Luna @Jbeltranluna_

2021-02-15 9:10:23

El pasado 30 de septiembre de 2020, el coronel Rafael Antonio Urquilla Álvarez fue nombrado como Agregado de Defensa en la Misión Permanente en la Organización de los Estados Americanos (OEA) con sede en Washington, según la Orden General de la Fuerza Armada de esa fecha, de la cual El Diario de Hoy tiene copia.

Urquilla Álvarez, según altos jefes militares que hablaron a condición de anonimato, fue quien comandó la tropas militares que incursionaron a la Asamblea Legislativa el 9 de febrero cuando el presidente Nayib Bukele irrumpió en el Salón Azul y usurpó las funciones del presidente del Órgano Legislativo.

MINISTRO PREFIERE EL SILENCIO

El pasado viernes 12 de febrero, El Diario de Hoy gestionó directamente con el ministro, a través de Twitter, y por medio de una carta enviada al jefe de la Dirección de Comunicaciones y Protocolo, para que la institución castrense sentara posición sobre este y otro tema, sin embargo, no hubo respuesta.

Fotografías y vídeos hechos ese día muestran al coronel dando instrucciones a la tropa que había sido puesta bajo su mando.

A mediados de 2019, el coronel Urquilla Álvarez fue nombrado comandante de la Brigada Especial de Seguridad Militar (BESM, ex Guardia Nacional); como tal, era el comandante de la primera zona militar y comandante (militar) departamental de San Salvador.

En ese momento, posiblemente nadie imaginaba lo que ocurriría el 9 de febrero del siguiente año, luego de que el gobierno de Nayib Bukele acumuló varias crisis, una de ellas, la del agua potable.

Luego llegó febrero y el Órgano Ejecutivo enfiló sus discursos a generar en la población, animadversión hacia el Órgano Legislativo. Una palabra tomó fuerza: “dipurratas”. Esa ea la consigna contra ese Órgano de Estado de cuyos diputados, se decía, no tenían voluntad de aprobar un préstamo de 109 millones de dólares para financiar la tercera fase del Plan Control Territorial.

“El asalto a la Asamblea (Legislativa) nunca fue un procedimiento rutinario de seguridad, fue una acción militar específicamente planeada y diseñada para servir de elemento de fuerza de un golpe de Estado”.

Fuente militar, .

Y llegó el 8 de febrero. En la víspera, a las 8:50 y 8:52 p.m., la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia publicó varios tuits en los que se le atribuía al ministro de la Defensa Nacional, contraalmirante René Francis Merino Monroy, lo siguiente: “Reiteramos al pueblo que la @FUERZARMADASV es una institución profesional, apolítica y no deliberante, en consecuencia serviremos a la nación acatando las órdenes del Presidente y Comandante General de la Fuerza Armada, @nayibbukele”.

Dos minutos después, la misma Secretaría publicó otro tuit cuyo mensaje también era atribuido a Merino Monroy: “Estamos esperando órdenes de nuestro comandante general, y estamos dispuestos a defender a nuestra patria aún a costa de nuestra vida”.

Los dos tuits estaban acompañados de la fotografía del alto mando de la institución castrense: ministro y viceministro de la Defensa Nacional, y jefe y subjefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada.

Esos tuit constituían “un mensaje a la nación”, de parte del Alto Mando de la Fuerza Armada. Y no eran producto de la casualidad.

Antes de ser publicados ya había toda una planificación sobre cómo se usarían elementos de la Fuerza Armada de las guarniciones de la Primera Zona Militar como medida de fuerza de la incursión que se realizaría al siguiente día a la Asamblea.

La reunión en la que se designó quién comandaría las tropas

A la mañana siguiente, de acuerdo con diversas fuentes, el ministro de la Defensa Nacional, contraalmirante René Francis Merino Monroy, convocó a todos los comandantes de unidades militares y de unidades de apoyo a nivel nacional, a una reunión de emergencia al Comando de Doctrina y Educación Militar (CODEM).

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Aproximadamente 50 militares, todos de alto rango, entre generales y coroneles, asistieron a la reunión en la que, de acuerdo con las fuentes, Merino Monroy los puso al tanto sobre la planificación que se había hecho con el fin de mostrar a la Fuerza Armada como el componente de fuerza en el golpe de Estado.

Las fuentes aseguran que en esa reunión fue el propio ministro quien dio a conocer la misión que debía cumplirse. Fue ese funcionario quien presidió la reunión y no alguien del Estado Mayor Presidencial, como lo hizo ver en la interpelación que le hicieron en la Asamblea Legislativa, aseguran los informantes.

La víspera de la invasión de militares y policías armados, la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia de la República atribuyó estos mensajes al ministro de la Defensa, Merino Monroy, acompañado del Alto Mando de la Fuerza Armada. Foto EDH / Archivo

De acuerdo con jefes militares, fue en esa reunión que se ajustaron los detalles de la acción militar que se ejecutaría pocas horas después contra la Asamblea Legislativa.

Las fuentes aseguran que para cumplir el objetivo, Merino Monroy dispuso que la toma de la Asamblea fuera ejecutada por un contingente combinado de tropas de efectivos provenientes de cuarteles próximos a la capital, es decir, de lo que en el ámbito militar se conoce como la Primera Zona Militar.

 

 

Durante esa reunión, no todos los militares estuvieron de acuerdo, pero solo dos tuvieron el coraje para decirle al ministro y al Alto Mando en general, que no estaban de acuerdo con la invasión que se fraguaba.

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Esa osadía les acarreó problemas posteriores. Al comandante de brigada le quitaron el mando y con el otro ocurrió algo similar.

Fue en esa misma reunión que Merino Monroy designó que fuera el coronel Urquilla Álvarez quien comandara las tropas con las que asaltarían la Asamblea Legislativa, aseguran las fuentes.

Tanto Urquilla Álvarez como el contingente de tropas que puso bajo su mando para el asalto, no tenían vínculos con el Estado Mayor Presidencial, como lo dijo durante la interpelación.

No fue el Estado Mayor Presidencial

“Ya hemos explicado y definido el concepto de una operación militar con la respuesta anterior, considero que ha quedado claro que nunca existió tal actividad. Por lo tanto, no fue la Fuerza Armada como institución la responsable del dispositivo de seguridad que se le proporcionó a nuestro comandante general, sino el Estado Mayor Presidencial que tuvo como misión garantizar la seguridad física del señor presidente de la República y comandante general de nuestra Fuerza Armada”, respondió cuando los diputados le preguntaron cuál fue la misión de las unidades de la Fuerza Armada en la operación que se realizó el día 9 de febrero de 2020 en la Asamblea Legislativa.

“El asalto a la Asamblea nunca fue un procedimiento rutinario de seguridad, fue una acción militar específicamente planeada y diseñada para servir de elemento de fuerza de un golpe de Estado”, sostiene un jefe militar.
Urquilla Álvarez asumió el mando y la misión que le fue ordenada. Durante el asalto a la Asamblea, se le vio dirigiendo a la tropa, dentro del Salón Azul. Buena parte de esa tropa era de la Brigada Especial de Seguridad Militar y de la Fuerza de Tarea Marte que están al mando de esa brigada, aseguran los informantes.

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Protección con inmunidad Diplomática

Al igual que en los gobiernos del FMLN, la administración de Nayib Bukele ha usado la inmunidad diplomática para proteger a sus funcionarios de futuras investigaciones, como el caso de José Luis Merino que lo nombró en el Ministerio de Relaciones Exteriores.Primero lo hizo con el director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza Chicas, a quien Bukele lo nombró viceministro de Seguridad para evitar que lo desaforaran los diputados por no cumplir la orden de llevar por apremio a varios funcionarios a la Asamblea Legislativa. Luego lo hizo con la directora del Instituto del Seguro Social, ISSS, Rosa Delmy Cañas de Zacarías, que luego de una serie de señalamientos por supuestas compras irregulares y los $25 millones del ISSS que fueron prestados al nuevo hospital El Salvador, fue nombrada en agosto de 2020, como embajadora del país en México.

De invadir el Salón Azul, a una oficina en Washington

También hay un vídeo en el que se ve que va a la cabeza de una columna que ingresa al recinto legislativo; las fuentes se preguntan por qué a Urquilla Álvarez no fue citado por la comisión especial de la Asamblea Legislativa que investigó el 9F.

De acuerdo con los informantes, a mediados de 2020, el coronel Urquilla Álvarez fue relevado del mando de la BESM debido a que en redes sociales circularon denuncias en su contra relacionadas a señalamientos de acoso sexual.

El Diario de Hoy comprobó que en la página 10 de la Orden General de fecha 31 de julio, pasó al Comando de Doctrina y Educación Militar como subdirector del Colegio de Altos Estudios Estratégicos (CAEE).

Pero en ese cargo apenas estuvo dos meses, porque en la Orden General No. 10 del 30 de septiembre, en la página 7 del referido documento, se consigna que Urquilla Álvarez fue nombrado como “Agregado de Defensa en la Misión Permanente en la Organización de los Estados Americanos, con sede en Washington D.C., Estados Unidos de América”.