Nidia Díaz es firmante de los Acuerdos de Paz y diputada por el FMLN. Desde su oficina en el Palacio Legislativo, recibió a un equipo de El Diario de Hoy exactamente un año después de la toma militar del Congreso, comandada por Nayib Bukele. A pesar de que no se ven más fusiles ni soldados en el recinto legislativo, sostiene que la intimidación y la violencia política no se ha ido. Esto es lo que compartió en la entrevista:
¿Qué le evoca el recuerdo del 9F?
Tristeza. Usted sabe que este pueblo ha luchado muchísimo para superar una dictadura y abrir paso hacia un Estado de Derecho, a una democracia. Es lo que pactamos al firmar los Acuerdos de Paz, una plataforma básica democrática para que se siga luchando sin tener temores, sin tener coacción. Y esa nueva institucionalidad es la garantía de un rumbo democrático, donde hay un sistema político representativo y republicano.
¿Cómo podemos definir qué pasó el 9F?
El golpe de Estado. Yo sí lo considero un golpe breve, duró segundos, puede haber sido unos minutos, pero en fin, un golpe de estado del Ejecutivo hacia el Legislativo. Y cuando él se sienta en la silla del presidente (de la Asamblea Legislativa, Mario) Ponce y abre la sesión como el gong, el reto que lanzó es “ahora van a ver quién manda en ese país”.
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¿Cómo evalúa las palabras del presidente?
En sus conferencias de prensa previas al 9F decía “que aprieten el botón”, y uno piensa por qué el órgano Ejecutivo le ordena al Legislativo cómo votar, si somos electos representativamente todos por el pueblo, y las competencias dice la constitución qué le toca a uno y que le toca a otro.
Por eso, después de los hechos del 9, el 10 de febrero, la Sala de lo Constitucional atendió una demanda y dijo que aplicaba una medida cautelar para que quedara el acto reclamado (una convocatoria del Consejo de Ministros a sesionar de emergencia) suspendido. Y les dijo “no los convoquen, si ustedes no tienen por qué convocar”. Pero bien, el motivo por esa convocatoria como punto único era una discusión de autorización para una negociación de un préstamo, pero nosotros no estábamos satisfechos con sus explicaciones de qué implicaban las siete etapas del Plan Control Territorial.
¿Cree que Bukele hace la toma ante su negativa a “apretar el botón”? ¿Por qué no votaron?
No podíamos dar el voto así ciego y él quería que lo hiciéramos y llamó al pueblo a la insurrección. Esto es sedición.
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¿Todo el golpe se fraguó ese mismo domingo?
No. El viernes (7 de febrero) empezó la presión. A los diputados, la once de la noche, les quitaron su seguridad privada. Cuando me llegaron a quitar el PPI, eran las once y media. Yo les saqué la ley y les dije que no tengo seguridad por decreto ejecutivo, sino por ley de protección de personalidades. No puede un director mandarme a quitarla.
Pero cuando iban a arrestar al compañero, dije “vaya, pues”. ¿Y cuál era el motivo? Como ellos mismos lo dijeron, presionar a los diputados y sábado (8 de febrero) hicieron un gran despliegue cuando estaban todos los diputados en sus casas. A mí me pusieron dos carros patrulla. Y el día que el Frente tenía una convención, domingo 9 por la mañana, nos rodeó un camión de policías allá en el Polideportivo de San Marcos. Yo dije, si entran a querernos capturar, yo soy la primera por coordinar el grupo parlamentario. Pero toda la militancia dijo no, a nadie se van a llevar de aquí .
¿Cómo ve las palabras del ministro de Defensa una noche antes?
La noche del sábado (8 de febrero) el ministro Merino Monroy le dijo al presidente: “estamos listos para lo que usted ordene. Estoy dispuesto hasta a dar mi vida”. Y cuando lo interpelamos, yo le pregunté qué quería decir con eso. ¿Acaso había una guerra entre un país y otro que pusiera a temblar el sistema político, la paz interna del país? Todos esos eran símbolos y el despliegue de todas las tropas en un ambiente de guerra.
El 9 de febrero interpusimos un aviso a la Fiscalía donde pedíamos investigar al presidente por un supuesto delito de sedición, por incitar a la rebelión y también Walter Araujo. El fiscal lo tiene en su poder desde el 10 de febrero en sus manos. También hicimos una demanda ante la Procuraduría de Derechos Humanos y pedimos un recurso habeas corpus para todos los diputados, porque no sabíamos lo que iba a pasar.
Meses después interpelaron a Merino Monroy. ¿Qué fue lo que le cuestionaron?
Militarmente asaltaron la Asamblea. Por eso le preguntamos qué andaba haciendo allí, si era parte del plan y dijo que por sí mismo llegó a acompañar, a supervisar. Ah, entonces le dio la orden el presidente de supervisar, preguntamos. “No, yo lo hice”, dijo, y le preguntamos a quién le iba a rendir informe de la supervisión que iba a hacer. Así fue quedando tan evidente su participación y su complicidad.
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¿Cuál fue el resultado de la interpelación?
Se pidió la destitución del ministro Merino Monroy, además el expediente lo tiene la Fiscalía, a ellos se lo certificamos y también el resultado de la Comisión Especial (que investigó la toma). Se pidió que se investigue por supuestos delitos desde el presidente, como comandante en jefe, hasta los ministros de Defensa, de Seguridad Pública, el Estado Mayor Conjunto, el Estado Mayor Presidencial.
El gran reto es que lo que se ha dicho ahí no quede en el vacío, sino que sea efectivo.
¿Ha sido efectivo?
No. Y precisamente la debilidad que hemos tenido es que siguió en la misma ruta el presidente y que ya no solo era esta parte democrática, sino el mal manejo de los recursos del Estado y de los fondos públicos, la malversación, la corrupción, la falta de transparencia se fue acumulando.
Es decir, fue creando un ambiente no solo de impunidad política, sino también impunidad económica con los recursos que manejan, además que desatan a la par una gran campaña de odio, de desprecio al trabajo legislativo, de no cumplir ni la Constitución ni la ley y adaptarla a lo que les conviene, además de desacatar sentencias de otros organismos, no venir a la Asamblea las comisiones permanentes, etcétera.
Tras tanto incumplimiento, ¿cuál cree que es la visión del presidente?
Es una visión de administrar al gobierno como una empresa donde él manda, él dice, él hace. Eso fue creando un ambiente que desgraciadamente se expresó el 31 de enero de este año. Esta democracia fue manchada de sangre.
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Antes de llegar a esto, terminemos 9F. Usted es firmante de los Acuerdos de Paz. Uno de los méritos del acuerdo es que se callaron los fusiles. ¿Cree que, 29 años después de esto, los fusiles volvieron a hablar políticamente?
Simbólicamente sí, porque fue lo militar lo que empoderó al presidente, el militarismo lo que irrumpió violentamente en el Salón Azul, que es la casa del pueblo. Entonces sí, fue muy, muy impactante que volvieran a hablar los fusiles, porque se supone que la reforma constitucional volvió a la Fuerza Armada obediente, no deliberativa, apolítica, es una institución donde no puede prevalecer un criterio político para que actúe.
Aquí donde hace un año estaba lleno de militares, ya no los veo y ya no están las patrullas afuera de su casa. Más allá de lo visible, ¿siguió la intimidación a los diputados después de ese día?
Este golpe fue brevísimo, de minutos. Pero fue fallido porque hubo una condena mundial, internacional, nacional. Pero después, Bukele juramentó aún a más militares frente a Palacio Nacional. Y ahí fue donde dijo su frase de que si tuviera más poder, quemaría vivos a los políticos y lo fue a repetir en una asamblea del BID y empezó a hacer un despliegue del militarismo.
Y ha seguido en esa tendencia. Ha seguido porque ahora, en el proceso de debate de una posible reforma constitucional, quieren darle un rol político al Ejército deliberativo, propositivo. Entonces es muy peligroso y amenaza con el reclutamiento forzoso, que es algo que ya estaba superado por de paz. Entonces la tendencia de él es al militarismo.
Por eso, cuando aprobamos el presupuesto 2021, le quitamos lo que estaba para comprar armamento y le dimos para aumentos salariales de los soldados y mejorar su alimentación. Pero para más armas no estamos de acuerdo.
Habla de un golpe fallido, un golpe que dura pocos minutos. Si esto no se hubiera detenido, ¿qué cree usted qué iba a pasar?
Yo te voy a decir que creí que iba a ser capaz de elegir diputados directamente él, o sea, colocar en los curules a sus allegados ese mismo día. Es que era el siguiente paso. Pudo haber sucedido tantas cosas, pero para mí que le hablaron de la embajada (americana). Le dijeron “no vayas más allá” o una cosa así porque él estaba decidido a todo.
¿Cómo va a quedar en la historia el 9F?
Bueno, como un hecho que nunca debe volver a repetirse. Eso ya no se lo quita la Asamblea, la mancilló, la militarizó y la usurpó. Eso en la historia quedará para la memoria, para que nunca más se vuelva a repetir.
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Casi un año después, se produce el asesinato de militantes del FMLN. ¿Usted ve una relación directa entre el 9F y los discursos del presidente con el ataque?
Sí. Eso es porque tiene que ver con el autoritarismo, con métodos impositivos y sobre cómo usa el factor militar para sentirse fuerte, desplegado en el territorio. Los dos asesinos sicarios que mataron a mis compañeros ciudadanos forman parte de una estructura institucional que se llama Policía Nacional Civil y que dependan de la Dirección de Protección de Personalidades, y son precisamente los PPI asignados a un ministro (de Salud, Francisco Alabí) y que también el cuerpo de vigilancia privado participe y la infraestructura del Ministerio de Salud sea utilizada quizás para salir y para llevar el carro de regreso.
Yo no estoy diciendo que esto fue planificado en la Policía o por el ministro. Pero lo que sí estoy diciendo que es muy peligroso volver el tiempo de los escuadrones muerte y de los grupos de sicarios, cuando se utilizaba la estructura del Estado para cubrir la impunidad de los asesinatos al pueblo
¿Ve intentos de dejar esto en la impunidad?
Eso es lo que más me indigna, que se haya querido contaminar la prueba, porque desde los Acuerdos de Paz, quien dirige la investigación del delito es la Fiscalía y la Policía es un organismo auxiliar que contribuye.
Al fiscal hay que darle la prueba para que él la procese, pero qué hace la Policía: editó el vídeo (de las cámaras de seguridad aledañas al momento del atentado) y paralelamente a la institucionalidad, le quieren meter unas pruebas cuando no es así y el presidente sale, miente y contamina el caso.
¿Usted lo considera un acto de violencia política, un crimen de odio?
Claro. Pero bueno, ahí se va a ir conociendo la verdad porque sigue el proceso, pero que nunca más se vuelva a asesinar a alguien por sus ideas. Eso es lo que nos preocupa.
Desde 1993 no había vuelto a derramar una lágrima por situaciones así, hasta hoy por mis compañeros Gloria (Rogel de López) y Juan de Dios (Tejada). Me estremecí, pues pienso que cómo es posible que gente que fue combatiente, que luchó por libertad y democracia, sea víctima de la intolerancia.
A raíz del 9F, la conducta del presidente y este atentado, ¿cuál es la propuesta del FMLN para limitar el poder?
Lo principal es que no siga el país militarizado. Que se vuelva a reafirmar el rol de la Fuerza Armada, de la seguridad pública que se reafirma en las competencias que le da la Constitución.
Mire en Estados Unidos, por menos situación de la que se dio el 9 febrero está procesado Trump (absuelto ayer por supuesta incitación a la insurrección por la toma del Capitolio el 6 de enero). Y aquí no pasa nada. Entonces yo le exijo al fiscal que actúe más fuerte. La Sala de lo Constitucional ya hizo lo suyo. La Asamblea ha hecho lo suyo.
Por eso nosotros no vacilamos ni cinco minutos cuando llegó el momento de hacer el presupuesto 2021, de darle más recursos al fiscal y a todas las instituciones que controlan al poder. Y por eso estamos también discutiendo la ley de la Fiscalía General de la República, para darle más fuerza al fiscal.