En carrera contra el tiempo, biólogos de la Fundación Zoológica de El Salvador (Funzel) tratan de
proteger a un reducido número de ejemplares de lora nuca amarilla (Amazona auropalliata) que han logrado identificar en la isla Tasajera, ubicada en el estero de Jaltepeque, La Paz.
Tasajera es un Área Natural Protegida de gran importancia por su rica biodiversidad, la cual favorece cada
año la visita de aves migratorias, aunque en este caso la Amazona auropalliata es una residente.
Esta ave Psittacidae se caracteriza porque cuando es muy joven su plumaje es verde, pero en la medida que avanza hacia la adultez desarrolla una mancha de plumas amarilla brillante en la nuca.
Ricardo Ibarra, biólogo de la Funzel especializado en aves, expresó que si bien desde hace diez años esa Biólogos tras
la protección de la lora nuca amarilla en la isla Tasajera organización trabaja en la conservación de la tortuga marina en esa isla, desde el año pasado decidieron apostar también a la conservación de la lora nuca amarilla porque está “sumamente en riesgo de desaparecer” en el país.
Expone que hasta hace poco no había información de la presencia de esta lora ahí, solamente en la vecina isla Montecristo.
Según el biólogo, en la actualidad, como parte de un proyecto integral que busca involucrar a las comunidades de la isla, investigan inicialmente la situación de 7 parejas (14 ejemplares) que se mueven libres en la parte central de la isla, pero cuya supervivencia está sometida a mucha presión por parte del hombre.
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Calcula que de acuerdo a la cantidad de ejemplares de nuca amarilla que han visto y el número de hectáreas que tiene la isla, este podría ser el segundo lugar en la zona con mayor población de esta especie después de Montecristo.
El ornitólogo expone que en Tasajera los ejemplares adultos sufren por dos situaciones: una es que cuando vuelan a baja altura son atacados con hondillas para que caigan y capturarlos, la otra es que hay personas que sustraen de los nidos a sus polluelos con miras también a comercializarlos como mascotas.
La lora nuca amarilla cuando es adulta puede alcanzar los 37 centímetros de largo. El pico es grisáceo, posee alas redondas, cola corta y cuadrada.
Está categorizada en “peligro de extinción”, de acuerdo con el listado del Ministerio de Medio Ambiente (MARN), de 2015. Además, en el Apéndice 1 de la Convención, Regulación de Tráfico de Fauna y Flora (Cites) figura como amenazada en peligro a nivel de fronteras.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) también reporta a la lora nuca amarilla en peligro a nivel mundial.
De acuerdo con lo que explica Ibarra, lastimosamente es la habilidad que esta ave tiene para vocalizar lo que la vuelve muy codiciada para los depredadores ilegales.
“(En Tasajera) Están afectando a la población (de loras nuca amarilla) por dos lados y puede tronar (terminarse) en cualquier momento”, advierte.
La Amazona auropalliata tiene presencia desde Oaxaca, en México, hasta Costa Rica. Los biólogos estiman que en esta franja hay unas 50,000 ejemplares, pero que la cifra de los que viven en El Salvador no llega ni a los 500.
Esta es la última ave más grande que todavía mantiene presencia en el país, dado que la guara roja desapareció hace mucho tiempo de igual forma como resultado de las prácticas de tráfico ilegal.
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El especialista expone que si no se hacen esfuerzos por protegerla quedará extirpada de nuestro territorio.
Subraya que la importancia de la Amazona auropalliata en el ecosistema radica en que ayuda a la dispersión de semillas, son reforestadores naturales. Ellas quiebran los frutos duros y permiten que las semillas germinen más rápidamente. Esta dinámica impide que muchas especies de árboles desaparezcan.
Ricardo Ibarra explicó que esta especie es flexible en su alimentación según la zona en donde resida, por ejemplo, en el caso de Tasajera come semilla de marañón, que es rica en vitaminas, minerales y ácidos grasos, además, también de un árbol que se llama níspero y algunas partes del mangle.
“Queremos identificar en la isla Tasajera el punto de los árboles don de se ha visto alimentarse las loras, localizarlo y tratar de que se mantengan esos árboles, porque si se elimina un árbol de esos la lora lo va a sentir porque tiene que desplazarse más en busca de más alimento. Eso significa más gasto de energía”, comentó el ornitólogo.
Manifestó que han capacitado a ocho jóvenes que viven en la isla sobre técnicas básicas de monitoreo, así
que ahora ellos ayudan a documentar la situación de la especie en la parte central, aunque después se piensa extender la iniciativa a toda la isla.
Este proyecto de conservación impulsado por la Funzel incluye esfuerzos para concientizar a los habitantes sobre la importancia de la lora, potenciar a quienes tienen plantaciones de marañón, con la finalidad de que la situación económica mejore, haya prosperidad en la zona, al mismo tiempo que se logra conservar la especie.
Ibarra expresó que al ver la importancia que el marañón tiene para las comunidades de Tasajera y la especie
de lora nuca amarilla, han decidido apostarle primero a capacitar a los residentes, organizarlos en cooperativas para manejar bien el cultivo, de cara a que puedan contar con una marca de sello verde, con el emblema de la lora, la cual les permita no solo comercializar mejor la semilla sino también brindar servicios turísticos.
Dora Armero Durán, bióloga de la Universidad de El Salvador (UES) que está haciendo un estudio las loras nuca amarilla, señaló que todo proyecto como el de Funzel que esté orientado a la conservación de las especies tiene que verse como positivo.
Armero Durán señala que cualquier ser vivo es importante de preservar, pero hay animales que en nuestro país se están extirpando por diversos motivos, entre los más fuertes también están la deforestación, pérdida del hábitat, la fragmentación de las áreas de vegetación, lo que hace más difícil que los estos consigan alimento y se puedan reproducir.
“Ya nuestras acciones extirparon la existencia de la guara. Ese mismo proceso puede ocurrir con la lora”, advierte.
Subraya que gracias a estos animales tenemos todavía un poco de vegetación, porque comen las semillas y luego las dispersan.
“Si llegáramos a tener una ley que protegiera áreas donde se encuentra algunos recursos indispensables para la lora, como alimentos, refugio, anidación, esto permitiría cubrir esos espacios para que otros animales de menor tamaño también puedan conservarse”, indicó.
La visión del proyecto, que se lleva a cabo en coordinación con la Fundación Paso Pacífico y el Ministerio de Medio Ambiente, contempla que bajo el emblema lora nuca amarilla y la tortuga marina la población pueda también ofrecer servicios turísticos de observación de estas especies, vender artesanías, una línea de ropa, entre otros productos.