Un joven de 22 años que sufrió un horrible accidente automovilístico se convirtió en la primera persona del mundo que recibe un exitoso trasplante de cara y de ambas manos, anunció el miércoles su equipo del hospital de la Universidad de Nueva York.
Joe DiMeo, de Nueva Jersey, sufrió quemaduras en el 80% de su cuerpo en julio de 2018, tras dormirse mientras conducía a su casa luego de trabajar en la noche. Su automóvil volcó y luego explotó.
Aunque otro conductor que pasaba por el lugar consiguió rescatarlo del vehículo en llamas, el accidente resultó en varios dedos amputados, graves cicatrices en la cara y la pérdida de labios y párpados, lo cual afectó su visión y su capacidad de llevar una vida normal e independiente.
Pasó cuatro meses en la unidad de quemados, donde recibió numerosos injertos y transfusiones de sangre que le salvaron la vida. Los médicos lo colocaron en coma inducido durante dos meses y medio.
Tras la operación, DiMeo asegura que ahora tiene “una segunda oportunidad en la vida” y envió un mensaje de esperanza.
“Siempre hay luz al final del túnel, nunca te des por vencido”, dijo el paciente el miércoles en una conferencia de prensa organizada por NYU Langone Health, que llevó a cabo esta operación pionera.
“Estoy impaciente por regresar al trabajo”, afirmó. Ahora, el joven está volviendo a aprender a sonreír, parpadear, pellizcar y apretar.
La cirugía tuvo lugar el 12 de agosto de 2020 y duró unas 23 horas.
Involucró un equipo de 96 personas dirigidas por el cirujano Eduardo Rodríguez, director del programa de trasplante de cara del NYU Langone.
“Todos nosotros opinamos de manera unánime que Joe es el paciente perfecto”, dijo Rodríguez. “Es el paciente más motivado que he conocido”.
Este fue el cuarto trasplante de cara realizado por Rodríguez, y el primero de manos conducido bajo su dirección.
Según el hospital, hay constancia de que se han hecho en el mundo dos intentos de trasplante de cara y manos simultáneamente, pero ambos fracasaron. Uno de los pacientes murió a raíz de complicaciones causadas por una infección, mientras el otro debió sufrir una amputación de las manos trasplantadas.
Un test de anticuerpos reactivos señaló que DiMeo rechazaría un 94% de los donantes, por lo cual hallar uno compatible requirió una búsqueda por todo el país equivalente a “encontrar una aguja en un pajar”, dijo Rodríguez.
Pese a ello, no se tardó demasiado en tener éxito y DiMeo sólo pasó 10 meses en la lista de espera.
El donante compatible fue finalmente hallado en Delaware, a través del programa de donantes Regalo de Vida (Gift of Life).
En la preparación de la cirugía se usaron varias tecnologías de vanguardia, como una planificación 3D para alinear perfectamente los huesos y las placas y tornillos que se colocaron al paciente.
“Practicamos la cirugía casi una decena de veces a lo largo de un año, y en los quirófanos teníamos equipos que garantizaban que todos siguieran los pasos exactamente para no saltarse un latido ni salirse de la secuencia. Al final, salió mejor de lo que esperaba”, según Rodríguez.
DiMeo recibió un trasplante de ambas manos hasta la mitad del antebrazo, incluidos los huesos radio y cúbito, tres nervios dominantes, seis venas sanguíneas que requirieron conexiones vasculares y 21 tendones.
También tuvo un trasplante total de cara, incluida la frente, cejas, ambas orejas, nariz, párpados, labios y huesos del cráneo, pómulos, nariz y mentón.
Tras la operación, DiMeo pasó varias semanas ingresado en el NYU Langone, primero en cuidados intensivos y luego en una unidad de rehabilitación, y una vez dado de alta ha continuado con varias horas de terapia de recuperación al día.
Además, desde entonces se ha sometido a varias intervenciones quirúrgicas de seguimiento al paciente para mejorar resultados funcionales y estéticos.
“Todo lo que hacemos con él persigue el objetivo de que vuelva a realizar las actividades cotidianas que disfrutaba antes, como comer y vestirse, levantar pesas y jugar al golf”, señala April D. O’Connell, especialista en rehabilitación de manos y extremidades superiores.
“Este es un regalo que se recibe una vez en la vida, y espero que la familia pueda tener algún consuelo sabiendo que parte del donante vive en mí”, manifestó DiMeo en el comunicado.