Histórica transición del poder en los Estados Unidos

La presidencia del demócrata Joe Biden tampoco estará exenta de errores humanos; ni tampoco se puede esperar que con su gane las cosas mejorarán de manera inmediata para los estadounidenses y el resto del mundo. Sin embargo, existe mucho optimismo en la nueva administración, con el solo hecho que las decisiones ya no estarán basadas en prejuicios, gustos y caprichos de una persona o de su grupo familiar.

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Por Erika Saldaña

2021-01-24 9:07:17

El 20 de enero de 2021 finalmente llegó, apareciendo como una bocanada de aire fresco en medio de la asfixia y el estrés de un país dividido y en pandemia. Ese día el cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos, el empresario Donald Trump, finalmente dejó el poder. Una presidencia que llegó contra todo pronóstico, y que generó mucha expectativa desde su inicio en enero del año 2017, terminó de manera triste.
En el año 2016, cuando a Hillary Clinton le tocó dar las palabras de concesión de gane a Donald Trump, ella hizo un llamado a seguir trabajando por la ciudadanía y a aceptarlo como el próximo presidente de los Estados Unidos. No hubo teorías de la conspiración, llamados a la desobediencia o gritos de fraude; se realizó una transición pacífica y prevaleció la sensatez y la democracia. Esta vez, las voces de fraude, alimentadas por el mismo presidente, estuvieron presentes desde antes de la elección. Ni siquiera hubo un discurso de concesión de gane, llegando al punto que el ahora expresidente no quiso hacerse presente a la tradicional toma de posesión del nuevo gobierno.
El beneficio de la duda dado al expresidente Donald Trump se quedó en puras expectativas. Estados Unidos, país reconocido mundialmente por el profundo respeto a las instituciones y a la democracia, terminó este periodo con una sociedad más dividida y con una normalización del machismo, misoginia, xenofobia y racismo. Y como estocada mortal, finalizó con un suceso históricamente vergonzoso con el asalto al Capitolio.
El bipartidismo ha sido una situación permanentemente marcada en la sociedad estadounidense. Sin embargo, en los últimos años trascendió de una discrepancia entre ideologías a una difícil convivencia entre muchos sectores de la sociedad estadounidense, con incidencia en los intereses de diversos países, incluido El Salvador y los salvadoreños en tierras norteamericanas. El machismo, la misoginia, el racismo, la xenofobia y el rechazo a la ciencia fueron situaciones alimentadas directamente desde la Casa Blanca.
Ha sido tanto el estrés generado a la sociedad estadounidense y al mundo, que pareciera que la transición del poder del partido Republicano al partido Demócrata en el año 2021 se convirtió en un hecho histórico, debido a que ambas ideologías lograron concordar en un punto fundamental: la defensa de la república democrática y de la Constitución, como base de la sociedad estadounidense.
La historia también se escribió con la elección de Kamala Harris como vicepresidenta de los Estados Unidos de América, primera mujer en lograr llegar a uno de los puestos más altos en la política norteamericana. En ella se reflejan los anhelos de las niñas y mujeres de una sociedad más equitativa, donde las oportunidades aparezcan y se repartan de igual manera entre hombres y mujeres.
La presidencia del demócrata Joe Biden tampoco estará exenta de errores humanos; ni tampoco se puede esperar que con su gane las cosas mejorarán de manera inmediata para los estadounidenses y el resto del mundo. Sin embargo, existe mucho optimismo en la nueva administración, con el solo hecho que las decisiones ya no estarán basadas en prejuicios, gustos y caprichos de una persona o de su grupo familiar. La apertura a la diversidad de pensamientos, a los criterios técnicos y a la posibilidad de diálogo ya significa un respiro para el mundo entero. Como lo expresó Amanda Gorman en su emotiva declamación en la ceremonia de investidura de Joe Biden y Kamala Harris: “sabemos que para poner nuestro futuro primero, primero tenemos que poner nuestras diferencias a un lado”.

Abogada constitucionalista.