El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha tomado una posición gubernamental muy tradicional, similar a la de Gobiernos anteriores, de obstaculizar investigaciones de crímenes de lesa humanidad cometidos en la guerra civil (1980-1992), de favorecer y encubrir a los responsables de estos hechos, dijo a Efe el exprocurador David Morales.
Morales, quien dirigió la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) (2013-2016), consideró que Bukele “está potenciando el poder militar”, lo que significa un retroceso en materia de derechos humanos.
El exprocurador lamentó que, por ejemplo, en el caso penal de la masacre de El Mozote (1981), perpetrada por el Ejército, el mandatario, también comandante de la Fuerza Armada, obstaculice procesos judiciales como la entrega de archivos relacionados con dicha matanza.
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Encubrir y proteger a criminales de guerra
Para Morales, resulta obvio que después del conflicto armado todos los altos mandos (comandantes) de la Fuerza Armada de El Salvador “han tenido una clara posición política de encubrir las graves violaciones a derechos humanos que miembros y altos oficiales planificaron, supervisaron, impulsaron, toleraron y encubrieron”.
Sin embargo, el Ejecutivo de Bukele tenía la oportunidad de ofrecer un relevo generacional y de “cambiar esta situación”, pero, en su lugar, ha tomado está posición de favorecer a criminales de guerra.
“Este Gobierno tenía la oportunidad de ser el primer Gobierno que ofrecía un relevo generacional, porque tanto el presidente, como el ministro de la Defensa (Rene Merino Monroy) ya no eran actores directos en la guerra. No obstante, han tomado esa posición, no hay una justificación legal para ello, al contrario están violando la ley internacional y nacional”, señaló.
El exprocurador apuntó que “la realidad institucional en El Salvador es la de un poder civil que no terminó de estar sobre el poder militar. Es decir, un poder militar que sigue pesando mucho y que incluso en este momento está siendo potenciado por el presidente Bukele”.
Lamentó que la Asamblea Legislativa y la Fiscalía, a la que catalogó como una entidad pasiva en la investigación de crímenes de guerra, también se sumen a la impunidad y nieguen a las víctimas justicia, reparación y verdad.
“Hay todavía una actitud de tolerancia a los criminales de guerra desde la Fiscalía, en términos institucionales, aunque un equipo pequeño trata de hacer un esfuerzo sin mayor respaldo dentro de la Fiscalía (…) este es el Estado de impunidad más férreo del continente (americano)”, sostuvo.
Un evento político electoral en El Mozote
Bukele llegó por primera vez como presidente al caserío El Mozote el 17 de diciembre de 2020 y su agenda no contemplaba una visita al monumento de las víctimas, ubicado en la zona de la masacre, pero sí un discurso de confrontación y ataques a defensores de derechos humanos, entre estos Morales.
Ese día, Bukele acusó al opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), al procurador de Derechos Humanos, José Apolonio Tobar, y a Morales de utilizar la masacre para réditos económicos y políticos.
“Fue una actividad Presidencial, creo yo, lamentable. No tuvo ninguna característica de un acto de Estado reparador para las víctimas, todo lo contrario, fue un acto que constituyó un agravio, un acto revictimizador por diferentes motivos”, dijo el exprocurador.
El también abogado apuntó que “la masacre afectó a muchas comunidades (al menos cinco), además las poblaciones, víctimas y familiares no solo se encuentran en la zona, sino en otros lugares del país, por lo tanto el acto ni siquiera fue representativo para todas las víctimas del caso”, subrayó.
Morales lamentó que Bukele se dedicara a realizar ataques personales contra defensores de derechos humanos, contra la institucionalidad de la PDDH, “creo que con esto él sigue una tendencia, una narrativa que le ha caracterizado por agresiones a periodistas y a defensores que de alguna manera han denunciado o desvelado abusos de poder de su parte o por parte del Gobierno”, señaló.
Arremeter contra los Acuerdos de Paz
Ese día, Bukele también señaló que los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a doce años de guerra, son una “farsa” al igual que el conflicto armado interno.
“Es lamentable también que haya caído, como ocurría en gobiernos de la década de los 90 y 2000, en la negación de la historia, en esta ocasión expresando que la guerra misma y los Acuerdos de Paz eran una farsa, este también es un discurso falso que es importante desmitificar en su contenido”, expresó Morales.
El exprocurador señaló que “los Acuerdos de Paz dieron un rumbo histórico, un cambio profundo, al menos, en la institucionalidad del Estado y detuvieron una guerra de doce años, todo cambio a partir de ese momento y aunque tengamos una sociedad imperfecta los acuerdos tienen tal dimensión histórica que están sobre cualquier presidente”.
“Los Acuerdos de Paz tiene una dimensión histórica por sobre cualquier funcionario individual y es imposible que un presidente solo, inclusive, mancille los Acuerdos de Paz”, dijo.
Indicó que “lo que realmente mancilló el presidente Bukele en su discurso fue la historia de las comunidades que le habían recibido, estas comunidades que sufrieron en carne propia muchísimas masacres, desapariciones forzadas, ejecuciones extralegales, bombardeos, sufrieron la guerra, tuvieron exilios y vivieron como refugiados en la zona fronteriza de Honduras”.
Para Morales “ahora es muy claro que es una posición gubernamental muy tradicional, similar a la de gobiernos anteriores de obstaculizar investigaciones, ahora retrocediendo aún más al agraviar a las víctimas, al distorsionar el diálogo con la comunidad para la reparaciones, proteger a criminales de guerra y atacar a representantes de las víctimas”.