El fin de año llega y a pesar de la emergencia mundial por el COVID-19, los hermanos lejanos visitan el país para terminar el 2020 con su familia y otros viajan al exterior para visitar a la diáspora. Tanto los viajeros que ingresan como los que salen del país deben someterse a las medidas de organización temporal que están tomando las autoridades en el Aeropuerto internacional para frenar los contagios del virus; sin embargo, algunas vulnerabilidades en el lugar pueden facilitar a que el virus se propague.
Según el protocolo del aeropuerto, un conductor que solo llega a dejar a un viajero, primero debe pasar por una pluma que le provee un ticket, luego ingresar al parqueo y bajarse para validar el ticket. Es en estas estaciones de pago donde con frecuencia se hacen largas filas. Para estos casos lo ideal sería habilitar un carril exclusivo para dejar pasajeros, y así reducir el número de personas dentro del lugar.
Según agentes policiales, la nueva organización de la terminal aérea pretende que los viajeros que salen del país no deben de juntarse con los que hacen su ingreso, es por ello que estos últimos deben ingresar a través del parqueo para llegar al aeropuerto, esa medida haría que menos personas estén en el primer nivel del aeropuerto, no obstante la medida pierde fuerza cuando en el área donde se encuentran los puertos de abordaje ambos grupos de viajeros se cruzan.
Por otra parte, no hay un control por parte del personal del aeropuerto que limite el número de personas que ingresan a las instalaciones para recibir a sus familiares, pues hay grupos de hasta cinco personas esperando viajeros. Esta aglomeración se hace más evidente en el parqueo, pues al no haber una zona exclusiva para recibirlos, las personas se amontonan en ese lugar.
Menos medidas que en Bogotá
Lo constatado el pasado domingo por un equipo de El Diario de Hoy coincide con la experiencia de salvadoreños que han usado el aeropuerto en las últimas semanas. David Chacón, un joven que reside en Buenos Aires, arribó a El Salvador el pasado 16 de diciembre para pasar las fiestas navideñas y de Año nuevo con su familia. Para llegar al país hizo una escala en el Aeropuerto Internacional de Bogotá.
“No vi tantos controles como en Colombia. En Bogotá habían cámaras de temperatura, buena señalización, muchos dispensadores de alcohol en gel por todos lados, personas con trajes especiales. Acá en El Salvador no fue así”, cuenta Chacón.
El gobierno de El Salvador sí cuenta con cámaras termográficas, dos de ellas fueron adquiridas en marzo de este año a inicio de la pandemia, la cual se sumó a una con la que ya se contaba desde antes de la emergencia por COVID-19.