Estos son los 8 retos económicos que América Latina enfrenta en 2021

Inestabilidad presupuestaria, decrecimiento económico y aumento de la informalidad laboral, son entre otras, algunas de las afectaciones más graves que viven los países de la región. ¿Cómo superarlos? Esos son los principales retos para el próximo año.

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Foto EDH

Por Jessica Guzmán

2020-12-29 9:10:29

El paso de la COVID-19 (coronavirus) por América Latina ha convertido 2020 en un año perdido en las reformas pendientes y, además, ha dejado la economía de la región dañada y en peor situación para avanzar en la reducción de la brecha que la separa de las economías desarrolladas.

Según uno de los últimos informes del Banco Mundial ocho de cada diez “nuevos pobres” serán habitantes de países de ingresos medios.

Según el banco, se prevé que en 2020 la pobreza extrema mundial aumentará por primera vez en más de 20 años como resultado de las perturbaciones ocasionadas por la pandemia de COVID-19 y agravadas por las fuerzas de los conflictos y el cambio climático, que ya estaban desacelerando los avances en la reducción de la pobreza.

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En América Latina, la región marcará una contracción de -7.7% en 2020 y una recuperación de 3.7 % en 2021. En un contexto de contracción global, América Latina y el Caribe es la región más golpeada del mundo en desarrollo por la crisis derivada del COVID-19. En la década previa a la pandemia la región mostraba una trayectoria de bajo crecimiento y en 2020 enfrenta una combinación de choques negativos de oferta y demanda sin precedentes, lo que se traduce en la peor crisis económica de los últimos 120 años.

Se estima que la pandemia de COVID-19 empujará a entre 88 millones y 115 millones de personas a la pobreza extrema este año, mientras que la cifra total llegará a los 150 millones para 2021, según la gravedad de la contracción económica.

La pobreza extrema, definida como la situación de quienes viven con menos de $1.90 al día, probablemente afecte a entre un 9.1 % y un 9.4 % de la población mundial en 2020, de acuerdo con el trabajo Poverty and Shared Prosperity Report (Informe sobre pobreza y prosperidad compartida), que se publica cada dos años. Esa tasa representaría una regresión a la registrada en 2017, que fue del 9.2 %. Si la pandemia no hubiera convulsionado el mundo, la tasa de pobreza habría descendido al 7.9 % en 2020, según se preveía, explica el BM en su informe.

En el informe también se llega a la conclusión de que muchos de los nuevos pobres serán habitantes de países que ya presentan tasas de pobreza elevadas. En unos cuantos países de ingreso mediano, un importante número de personas caerá por debajo del umbral de la pobreza extrema.

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Los ocho retos económicos de América Latina para 2021

1 Recuperar la estabilidad presupuestaria y el crecimiento

Las medidas puestas en marcha por los Gobiernos para mitigar el impacto de la pandemia han hecho mella en las cuentas públicas. Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda conjunta de la región va a estar por encima del 80 % del PIB entre 2020 y 2025 -en 2012 era el 47 %- y el déficit público superará el 5 % este año para ir bajando muy lentamente hasta el 3.7 % en 2025.

El rebote del PIB esperado en 2021 aliviará la situación, pero las economías latinonamericanas aún estarán por debajo de los niveles previos a la llegada del virus.

Hasta mediados de diciembre, el FMI ha prestado a los países latinoamericanos $63,809 millones.

2 Intensificar la colaboración público-privada

América Latina debe destinar un porcentaje adicional de su PIB durante décadas para cerrar la brecha de infraestructuras (ferroviarias, portuarias, digitales, energéticas, etc.) respecto a otras regiones del mundo.

A la vista de las estrecheces presupuestarias que afrontarán en 2021 los países y la caída de la financiación que llega del exterior, la colaboración público-privada es la única vía para mantener el ritmo de inversión y avanzar en el desarrollo de infraestructuras.

En este punto también es clave el apoyo de los bancos de desarrollo multilaterales de la región, CAF y BID, a la hora de impulsar proyectos.

3 Atraer inversión foránea

El Institute for International Finance (IIF) cifra la salida de capitales de los países emergentes en el primer trimestre en más de $100,000 millones. Un tercio de esta cantidad corresponde a Latinoamérica, según los cálculos del FMI. Hasta septiembre no se recuperó el flujo anterior a la pandemia y en América Latina todavía no se ha llegado a ese punto.

La Cepal prevé una caída de la inversión extranjera directa este año de entre un 45 % y un 55 %, el mayor descenso en todo el mundo, y recomienda centrarse en sectores que promuevan el cambio técnico, como las energías renovables, la movilidad sostenible, las industrias digitales y de la salud, la economía circular y el turismo sostenible.

4 Recuperar el turismo

Las restricciones de vuelos internacionales y cruceros han paralizado el sector turístico buena parte del año. Clave para la entrada de divisas, en 2019 representó el 26 % del PIB y el 35 % del empleo del Caribe, y el 10 % de ambos indicadores en toda América Latina.

Los Gobiernos han adoptado medidas para proteger el empleo en el sector, permitir la supervivencia de pymes y facilitar la vuelta a la normalidad, pero organismos como la Cepal han pedido más cooperación subregional en aspectos como los protocolos para restablecer los viajes, intercambio de información sanitaria y buenas prácticas entre países.

5 Segunda oportunidad empresarial

La pandemia dificulta la solvencia de muchas compañías y hace necesario abordar cambios en la legislación concursal para que las empresas que eran viables antes de la crisis sobrevivan.

Existe en la región gran disparidad normativa, pero, tal como señala CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), se pueden abordar una serie de recomendaciones comunes: establecer moratorias a las declaraciones obligatorias del concurso de acreedores, crear marcos urgentes y simplificados en las legislaciones concursales para pymes y microempresas, eliminar temporalmente la obligación de recapitalizar la empresa por caídas patrimoniales o activar medidas para que los juzgados encargados de insolvencias no colapsen.

6 Informalidad laboral

La crisis sanitaria ha hecho aún más patente el problema del trabajo informal, ya que quienes viven en esta situación han quedado fuera de las medidas paliativas adoptadas por los Gobiernos. Las restricciones a la movilidad y la falta de perspectivas de futuro ha llevado a muchas personas a salir del mercado laboral. La OIT y la Cepal calculan que hasta junio se perdieron 47 millones de empleos y alertan de que la recuperación del mercado laboral será muy lenta a la vista de la experiencia de crisis anteriores y de la desaparición de empresas prevista de 2.7 millones. El banco de desarrollo CAF propone avanzar en la digitalización para romper el bucle entre informalidad y rigidez laboral, además de medidas como reducción de costes a la contratación, mejorar los seguros de desempleo y otros beneficios para hacerla más atractiva o fortalecer a las pymes.

7 Prepararse para futuros shocks comerciales

Los cierres de fronteras y las limitaciones de actividad rompieron las cadenas de suministro y han hundido el comercio. En Latinoamérica se prevé un descenso de las exportaciones del 23 % y de las importaciones del 18 % en 2020 (Cepal).

La caída de precios de materias primas ha perjudicado la exportación de los países de la región, que tienen que reducir su dependencia de estos ingresos para protegerse ante episodios de volatilidad.

Tras la experiencia vivida, algunos organismos multilaterales dibujan en el medio plazo un escenario con menos interdependencia productiva entre los grandes bloques económicos y una tendencia a la regionalización del comercio.

8 Más integración regional

El comercio interregional es solo el 15 % de las importaciones, muy lejos de zonas como la UE, donde está entre el 60 y el 70 %. Encaminar el flujo comercial hacia los países latinoamericanos exige mejorar las infraestructuras y la logística, crear cadenas de valor regionales e industrias con capacidad de implantar redes de producción entre países.

Crecer en los intercambios dentro de América Latina, con un mercado potencial de 650 millones de habitantes, supone un seguro ante eventuales crisis externas de oferta o demanda.