Sacrificio navideño

No se confíen. Ni la edad, ni su estado de salud actual,son una garantía al 100% de librarse de portar el virus. Ustedes pueden afectar a su abuela, a su abuelo, a sus papás o tíos. Estoy seguro de que sus padres y sus abuelos dieran la vida por ustedes también.

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Vacuna contra el COVID-19 con la dosis de Pfizer. Foto Referencia AFP

Por Maza

2020-12-11 7:43:49

Cuando se habla de sacrificio se hace muchas veces con énfasis en el concepto: que implica dejar ir algo valioso por otra cosa, sin hacer una reflexión más profunda en el acto del sacrificio en sí.

“Con mucho esfuerzo y sacrificio (dejé  de hacer algo) y logré mi meta”.

“Con mucho trabajo (horas largas, trabajos extra) y sacrificio (dejé de comprar ciertos gustos), me compré un carro”.

Pero el acto del sacrificio va más allá de dedicar tiempo y esfuerzo. El más importante sacrificio es el sacrificio de la vida por quienes amas, el tipo de sacrificio que los padres saben que se haría por sus hijos pero que a la vez (uno como padre de hijos pequeños sabe) es muy difícil de explicar. Probablemente a mi hijo le explicaría el concepto de sacrificio usando como referencia a Tony Stark y su final en Avengers. Sería difícil que comprendiera con solo palabras que sin pensarlo yo diera mi vida por él, porque en verdad a casi cualquier edad el amor que un padre tiene a sus hijos es inexplicable. Cada año que pasa, el amor crece más y lo que uno esta dispuesto a sacrificar no tiene límites.

Esta Navidad tenemos la oportunidad de poner en práctica el sacrificio como regalo a los que más amamos: nuestra familia, especialmente los adultos mayores que ya sacrificaron tanto por nosotros.

Al iniciar esta pandemia no sabíamos mucho de esta enfermedad. Pero muy pronto aprendimos que esta enfermedad afectaba de manera más agresiva a las personas de la tercera edad, y sus síntomas eran menos fuertes entre niños y jóvenes (aunque hay excepciones).Esta realidad ha llevado a confinar de manera más estricta a nuestros seres queridos que ya son adultos mayores y genera menor temor entre los que no están entre los grupos de mayor riesgo por esta enfermad.

Entre los que están en grupo de menor riesgo el confinamiento ha generado hastío, cansancio y han justificado con salud mental salir sin tener un motivo realmente fuerte para hacerlo. Tengo un sinnúmero de amigos en edades de riesgo con hijos en edades de menor riesgo de mortalidad que han tomado conductas menos estrictas de cuidado ante el virus. Estos padres viven preocupados de estar contagiados con esta enfermedad, porque sus hijos no están tomando las precauciones necesarias para no llevar el virus a casa, saliendo a reuniones y muchos (por no decir, la mayoría en eventos sociales) no están utilizando mascarilla.

Si son padres de jóvenes que aún viven con ellos tratan de encontrar mil razones de justificar dicho comportamiento: “¿Te recuerdas como eras a su edad?”, “¿Como voy a tener al pobre encerrado?”, “Eso es inhumano”. Aunque no tengo nada en contra de socializar, es un buen momento del año para recordarnos de hacer el SACRIFICIO de ser responsables y seguir usando en todo momento mascarilla, manteniendo distancia, solo grupos pequeños, en espacios al aire libre de preferencia o con buena ventilación. Seguir la combinación de todas estas indicaciones nos protegerá siempre más.

Tenemos que reflexionar y entender que estamos en una guerra con un enemigo invisible que no le importa nuestros sentimientos, ni nuestro estado de ánimo. Tenemos que recordar cómo nuestros padres (los que ahora son los de mayor riesgo) son los que nos cuidaron y ahora estamos llamados a hacer un sacrificio de amor por ellos. ¿Es mucho sacrificio que ahora que estamos viendo un alza de casos todos nos limitemos a salir solo para lo necesario? ¿Es demasiado sacrificio pedir que, si salimos de casa, mantengamos siempre la mascarilla? ¿Es demasiado sacrificio simplemente que seamos colectivamente responsables?

Con la vacuna esperamos que la pesadilla que ha representado esta pandemia termine, pero por el momento cada uno somos responsables de nuestra salud y del riesgo que podemos poner a otros por nuestras acciones. Ahora que comprendemos mejor a quienes afectamos más, no podemos considerarnos ignorantes de las consecuencias que podría tener llevar el virus a sus casas.

No se confíen. Ni la edad, ni su estado de salud actual,son una garantía al 100% de librarse de portar el virus. Ustedes pueden afectar a su abuela, a su abuelo, a sus papás o tíos. Estoy seguro de que sus padres y sus abuelos dieran la vida por ustedes también. Sin dudarlo un segundo, sacrificaran TODO por su bienestar. ¿Quétan difícil es pedirles que ustedes se sacrifiquen por unas semanas por la vida de sus padres y abuelos y dejan de estar en fiestas y aglomeraciones?

En 2 semanas estaremos celebrando la Navidad, Nacimiento de Jesucristo. No hay mejor ejemplo de un sacrificio que el de Jesús crucificado realizó por nosotros.

Hagamos un “sacrificio” por nuestros padres, tías y abuelos y sigamos las medidas para tener una #NavidadSinCOVID.

 

Médico salubrista.