Vidas y alas en el vendaval

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Neftalí Vásquez Esquivel, regidor de la alcaldía de Jicalapa. Foto cortesía

Por Carlos Balaguer

2020-11-30 7:20:32

El viento ruge en las ventanas como fiera invisible y desatada. Vidas en el vendaval ¡Hojas que arranca del follaje el viento de la historia! Abate el huracán tanto a hombres, pájaros, árboles, nubes y rosales. No obstante, nos hace aspirar tiempos mejores y a las aves alzar vuelo a las alturas. El viento y la palmera, el sueño del amor en la ventisca, la flor en el tornado… El raudo vendaval desviste el bosque; pone al descubierto la verdad y la mentira; descubre rostros enmascarados; desnuda el cuerpo virgen del deseo y el oro de la hojarasca de los años. Cuando éramos niños y pasaba el invierno, llegaba a las cumbres el viento desde el norte. Por eso existe el “rumbo norte” y el viento alisio. Los chicos corríamos entonces jubilosos por el prado y los parques. El viento juguetón despeinaba a las muchachas o les levantaba perversamente las faldas. El viento -dios de lo inesperado- llegaba con sus noticias y aves viajeras de la migración anual. “Octubre que todo lo descubre” -decía la gente cuando éste abría puertas y ventanas y también el alma humana. Pero el clima cambió. Hoy el viento ya no llega en el décimo mes del calendario a jugar ni deshojar doseles. Anunciando el romance y la ilusión, llega dos meses después cual vendaval de auroras del decembrino esplendor. <“La Felicidad es Cuento” C. Balaguer-Amazon>