“La investigación es lo único que podrá salvar al café en El Salvador”, afirma catador

José Angel Hernández, originario de El Carrizal, en San Simón, Morazán, estudia agronomía y se está especializando en la caficultura.

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José Angel Hernández (camisa azul) se está especializando en cafés especiales a través de una pasantía apoyada por Procagica.

Por Karen Molina

2020-11-30 7:00:11

José Angel Hernández tiene 24 años y es el único hombre en una familia de nueve mujeres. Su madre le enseñó desde pequeño a sembrar granos básicos y a cuidar la tierra en El Carrizal, del municipio de San Simón, en Morazán y sus ocho hermanas le acompañaban en la corta de café.

“Desde que tengo memoria iba a cortar café. Íbamos los fines de semana cuando estudiaba en la escuela. Todo lo que sé de las fincas, ellas me lo enseñaron”, dijo.

Su amor por la tierra lo llevó a interesarse mucho por la agronomía y después de haber aprendido en la práctica, decidió inscribirse en la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) “Roberto Quiñonez” para tener la base científica de todo lo que hacía.

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Y fue su dedicación como técnico agrónomo lo que le permitió a los pocos años ser seleccionado por la Cooperativa de Cafetaleros de Ciudad Barrios para recibir el apoyo del programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café (Procagica).

Junto a otro joven más, Hernández realiza desde marzo una pasantía en la empresa Caravela Coffee Mesoamérica, una empresa colombiana comerciante de cafés especiales que se dedica a la investigación, especialización y búsqueda de cafés de excelencia a nivel latinoamericano.

“Estoy aprendiendo catación, manejo de calidad y trabajando en el laboratorio, viendo cafés especiales, sobre todo”, afirma el joven agrónomo.

Y es durante este tiempo de investigación que se ha dado cuenta de la importancia de conocer la ciencia del café y su importancia de que el país tenga un instituto de investigación de altura que logre sacar al sector una cada vez más disminuida cosecha que amenaza con eliminar lo que una vez le dio al país la gran “época de oro” del café.

“La investigación es lo único que puede salvar al café en el país”, afirma el joven. “Hasta que no haya una verdadera investigación, no se recuperará el sector”, agregó.

Hernández afirma que el país tiene que invertir en el análisis científico de las fincas, su especialización y su potencial para ofrecer al mundo un café que sea diferente del resto.

“Hay que darle al mundo un café diferente porque todos los demás países tienen el suyo”, afirmó.

Un centro de investigación podría ayudar a los productores a mejorar su cosecha.

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Según datos del Consejo Salvadoreño del Café (CSC) en la cosecha 2019/2020 se obtendrán solo 740,100.00 quintales cuando en la década de los 90 la cosecha total era de más de 4 millones de quintales.

El Salvador no cuenta actualmente con un centro de investigación. Durante la última Cumbre Mundial de Ciencias del Café, que se realizó en 2018 en el país, representantes de todo el sector insistieron en que el café, además de ser un activo importante para exportación, también crea empleos, mantiene el suelo en buenas condiciones, regenera los mantos acuíferos y otros beneficios medioambientales más.

En los últimos años el sector ha insistido en un pacto nacional por el café que ha sido un compromiso gubernamental, pero que en la práctica siempre se ha quedado en promesas que no permiten que este rubro crezca y se potencie.

“Para lograr resultados en 10 años debemos comenzar a trabajar desde ya”, afirma Ángel Hernández.