Hasta en un 300 % se disparó la demanda y producción local de vitamina D y Zinc en medio de la pandemia, afirmó la presidenta de Asociación de Industriales Químico Farmacéuticos (Inquifar), Carmen Estela Pérez.
“Las plantas que ya tenían registro incrementaron en 200% y hasta 300 % su producción y otros que no lo hacían se pusieron a producir. Esto incluyó modificar líneas de producción, la matriz cambió y había que responder a la necesidad”, explicó.
“Esta crisis fue una prueba de estrés para ver si podíamos o no responder ante una situación de estas dimensiones. Estoy convencida que la industria respondió y pasó la prueba”, expresó.
Según la ejecutiva, no hubo desabastecimiento y se pudo suplir incluso ante las compras de pánico de la población.
Una de las situaciones que enfrentaron fue la variación al alza de las materias primas y los procesos de control y regulación, pero pudieron responder a la situación.
“He hecho exploraciones y no encontré en el mercado zinc que no fuera hecho en El Salvador, tampoco vitamina D; había una vitamina C que otra de otro lado”, mencionó.
En cuanto a la producción de Ivermectina también se encontraba únicamente la producida por la industria local.
“Esto pone de manifiesto la importancia de tener un productor local para la necesidad y el tema de la seguridad farmacéutica, que es un concepto que está acuñándose”, enfatizó.
En medio de la pandemia se transformó la matriz de producción y se buscó responder a la demanda que surgió, destacó la ejecutiva.
“Poder tener una industria que supla es valioso, hubo países como Panamá que al no tener una industria farmacéutica local fuerte, no pudieron suplir toda la necesidad de su población”, ejemplificó.
Las lecciones que deja la pandemia en el sector es el reconocimiento de que la industria químico farmacéutica es estratégica y la importancia de robustecer el músculo productivo es clave.
Esto fue posible porque hubo agilidad en las pruebas y los permisos, destacó Pérez.
“Siempre en el registro de un medicamento usted tiene que ver el riesgo- beneficio y el riesgo de una vitamina C o D era muy bajo, versus que estuviese en el mercado”, detalló.
La industria se mantuvo exportando con normalidad a excepción de abril y mayo, pero en julio tuvieron una recuperación.
Esto también fue posible porque la industria local suple pedidos gubernamentales en los países a donde exporta y ya tenía entregas comprometidas.
“Eran entregas a instituciones públicas a países de Centroamérica, eran contratos que ya se tenían y se debían cumplir”, destacó.
El principal destino de las exportaciones de medicamentos salvadoreños es Centroamérica, donde los compradores mayoritarios son Honduras, Guatemala y Nicaragua; pero han tenido un mayor posicionamiento en mercados como República Dominicana, donde entre 2015 y 2019 las ventas han crecido un 152 %.
Este año, pese a la pandemia, la industria mantuvo sus exportaciones en los mercados donde ya está posicionada y cumplió con los compromisos comerciales que ya se tenían, indicó Pérez.
Mencionó que tanto a nivel de la industria química como en todo el tejido productivo se debe tomar en cuenta que se enfrenta una nueva realidad.
“Tenemos que aprender a trabajar y a vivir sin contaminarnos, porque la OMS habla de que esta es una enfermedad endémica que se va a quedar como ha quedado el dengue, el zika y otros”, añadió.
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Lo que se dejó de producir
El hecho de que las atenciones médicas se centraran en responder a la pandemia también dejó de lado las cirugías electivas y la citas médicas privadas.
Esto provocó que la industria dejara de producir antibióticos y medicamentos que se usan durante el proceso pre y post operatorio.
“Hay medicamentos que se adquieren con la prescripción médica y durante la cuarentena estricta la producción de esos medicamentos bajó en un 80 %, porque el contacto médico-paciente era necesario para hacer un diagnóstico”, ilustró.
Los medicamentos para tratamientos quirúrgicos bajaron hasta en un 90 % su producción, ya que los hospitales estaban dedicados a atender pacientes COVID-19.
“En este momento se está recuperando el consumo y la producción, porque ya se están volviendo a programar ese tipo de procedimientos y la producción va respondiendo a la demanda”, dijo Pérez.
Ciertas vitaminas y minerales que antes no eran valorados para consumo ahora son tomados en cuenta y la población los está adquiriendo más para fortalecer sus defensas, agregó.
“Ahora las personas están un poco más informadas de qué deben tomar, pero sí hay más consumo de vitaminas y minerales de un 40 % de como era antes”, apuntó.
En cuanto a las expectativas del sector al cierre de este año atípico , dijo que quieren alcanzar los $170 millones en exportaciones que tuvieron en 2019.
La industria genera unos 6,200 empleos y durante la pandemia agregaron 200 empleos directos.