Desobedecer la orden presidencial de no asistir a la Asamblea Legislativa para rendir cuentas por los gastos de la pandemia le valió al expresidente del Banco Central de Reserva, Nicolás Martínez, su inmediata destitución y el posterior bloqueo y despido en la institución para la que trabajó por 23 años.
En una entrevista exclusiva a El Diario de Hoy, Martínez revela que fue el secretario privado de la Presidencia, Conan Castro, quien le pidió que renunciara a su cargo por haber asistido a la Asamblea a presentar un informe técnico.
Además contó que el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya y la comisionada presidencial, Carolina Recinos, también le pidieron no asistir a la comisión para explicar el flujo de los recursos financieros de los que el Gobierno ha dispuesto durante este año.
El mismo día que presentó su informe en la Comisión de Hacienda le llamaron de Casa Presidencial para que pusiera su renuncia.
“En la tarde me estaba hablando la asistente del secretario Conan Castro para que fuera inmediatamente a Casa Presidencial al día siguiente, en la mañanita. Fui, pregunté para qué me querían, no me pudieron explicar, era obvio, y cuando llegué a Casa Presidencial, el secretario Conan me dijo que lamentaba, pero que el presidente de la República me pedía que abandonara el cargo, que me estaba destituyendo. Le pregunté que qué era eso y me dijo: ‘no, por favor, ponga la renuncia’.
“Es que mire, usted fue a la Asamblea y se le había dicho que no fuera”, le dijo Castro el 17 de septiembre en Casa Presidencial tras pedirle su renuncia.
Martínez accedió consciente de que el presidente de la República tiene la facultad para prescindir de un funcionario en el momento que lo decida.
“Pero con lo que yo no estaba de acuerdo era que me hayan pedido el cargo por cumplir la ley, por comportarme éticamente, por hacer mi trabajo y por ser transparente y cumplir mi deber cívico”, dijo.
El presidente fue destituido luego que se presentara en la Asamblea Legislativa.
Siendo un profesional que ha sido tres veces becado en universidades extranjeras y con una carrera técnica de 23 años, docente y asesor, Martínez asegura que cuando fue designado como presidente de la institución que conoce a detalle, asumió su cargo con plena convicción de que reunía todos los requisitos exigidos por la ley y que su labor sería eminentemente técnica.
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“Ni el presidente ni ninguna otra autoridad política del gobierno le pueden pedir o condicionar la autonomía o independencia al presidente del BCR, porque el BCR es una institución técnica, de carácter autónomo. Eso está en la ley orgánica del BCR, en su artículo 1”, remarcó.
Tiene 23 años de especialización en la banca central; fue becado en tresoportunidades: por Fulbright entre 1986 y 1988 en la Universidad deWisconsin para cursar un Bachelor en Matemáticas y Economía; porUSAID-Washington para un posgrado en Macroeconomía Aplicada de laPontificia Universidad Católica de Chile entre 1991 y 1993, y entre 1998 y1999 por el Banco de Guatemala, el Centro de Estudios MonetariosLatinoamericanos y el BCR para un posgrado en Finanzas y Economía.
“El presidente del Banco Central es un funcionario técnico, no político partidario y esta no es una decisión del presidente del banco o del presidente de la República, es la ley y todos tenemos que respetar la ley”, subrayó.
“Si alguien en el país, cualquiera me hubiera pedido que yo aceptara el cargo pero que violara la independiencia o autonomía del banco central no lo hubiera aceptado. Lo acepté porque nadie me pidió que violara la ley”, añadió.
Y frente a un contexto retador como el de la pandemia, dijo que puso todo su conocimiento y experiencia para trabajar en una estrategia que garantizara la liquidez de los bancos y la estabilidad financiera, como ya lo estaban haciendo los demás bancos centrales del mundo.
Durante los primeros meses de la crisis por la pandemia, reactivó un comité de riesgo sistémico y redujeron las reservas de liquidez para que los bancos tuvieran suficiente dinero para inyectar a la economía a través de créditos o inversiones. Fue a inicios de septiembre que la comisión de Hacienda le envió una serie de preguntas para que las explicara.
“Mi asistencia a la Asamblea es un mandato de ley que yo debía cumplir porque está en la Constitución, en el artículo 131, y en el reglamento de la Asamblea Legislativa que es obligación de los funcionarios asistir cuando las comisiones especiales nos piden”, destacó.
“No me invitaron en general a presentar un informe. La Asamblea mandó una serie de preguntas al BCR específicas, concretas y eso fue lo que yo fui a contestar. No fui a contestar ni más ni menos”, añadió.
Y pese a que el presidente de la República decía que no había recibido “un centavo partido por la mitad”, Martínez sabía que habían entrado flujos de dinero a las cuentas del Gobierno. “Ahí están esos datos, son públicos”, dijo.
“Cuando el presidente decía que no tenía ni cinco, para mí, como presidente del BCR, era un posicionamiento político, pero yo no soy deliberante ni participante en las decisiones políticas del Ejecutivo, por lo tanto, si él lo decía, él tiene que dar las explicaciones del caso. Pero yo sabía, por los medios y todo, que dinero había entrado”, aseveró.
Martínez enfatizó que los datos que pidió la Asamblea ahí están, son públicos.
“Y aquí hay un tema que sí me preocupa: todo ese dinero que entró y que Hacienda movilizó en las cuentas del BCR, el BCR no tiene facultad para decir si ese dinero es congruente con un nivel de gastos extraordinario para enfrentar la pandemia. Nosotros no sabíamos si lo que entró y se usó, se gastó y si ese gasto era suficiente o no para enfrentar efectivamente la pandemia, porque para poder hacer una valoración, primero hay que tener un plan antipandemia, concreto, con programas y hay que ver si lo que Hacienda está gastando va en línea con ese plan. Pero media vez ese plan no exista o no sea público, es como que no exista. Yo ni siquiera puedo opinar si no se tiene esa información de uso público”, explicó.
Martínez añadió que el BCR registra oficialmente esos datos, pero no los administra.
“Quiero aclarar que el BCR solo dio un registro del sistema de esas cuentas, no lleva la administración de las cuentas, no lleva el destino, para qué lo quieren. El BCR administra el sistema de pagos internacionales que se llama liquidación bruta en tiempo real y ahí Hacienda, desde sus propios medios, hace transferencias para que entre dinero y salga dinero. El BCR solo proporciona la plataforma. Somos administradores del sistema de pagos electrónicos, pero el que administra las cuentas es Hacienda”.
“Por lo tanto, a mí nadie me preguntó, y no pudiera responder, por qué el Ministerio de Hacienda usó más, usó menos, por qué recibió poco, cuánto gastó cada día, por qué no gastó más en esto… eso no es facultad del BCR. Eso es una responsabilidad de Hacienda y los ministerios”, añadió.
Pero fue su tecnicismo y el apego a la ley lo que no le pareció a la administración del presidente Bukele, ya que tras su destitución y regreso al BCR, Martínez contó que las hostilidades se elevaron.
Aseguró que al volver a la institución pretendía retomar el cargo como Senior Financiero que tenía antes de ser presidente, pues había pedido una licencia sin goce de sueldo mientras estuviera en la presidencia del banco.
Pero para su sorpresa fue asignado a una plaza con menos funciones que las que tenía, no se le dio acceso a su correo electrónico ni a los archivos que había guardado por muchos años como técnico.
“No me reincorporaron a mi plaza, se tardaron 15 días en incorporarme, me reincorporaron a otra plaza que no era la mía, estando la plaza que yo tenía abierta, incumpliendo el consejo directivo su misma normativa y su misma resolución de un año atrás. Me incorporaron tarde y, al final, me incorporaron en una plaza donde no me daban información, no me daban acceso a mi correo, a mis archivos técnicos que tengo desde 1997, me impidieron el ingreso al correo. Cuando entré al banco las últimas veces ponían a vigilarme a los de seguridad, como que era enemigo del banco cuando no he hecho nada y, finalmente, me convoca un día el gerente, que es mi jefe, engañándome, y ahí estaba el presidente del BCR (Douglas Rodríguez) y el jefe jurídico para decirme que habían cerrado la plaza: ‘chao, mañana te liquidamos y adiós’”, relató.
Reconociendo que no había hecho más que cumplir la ley, Martínez decidió ampararse ante la Corte Suprema de Justicia para que le restituyan sus derechos constitucionales. “No puedo pensar más que esto es una represalia”, dijo.
Ahora que espera una rápida resolución de la Corte Suprema a su solicitud, Martínez está seguro que hizo lo correcto.
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“A nivel personal hice lo adecuado, no solo como profesional y como técnico, hice lo que debía hacer por cuestión ética, porque era la verdad y legalmente”, añadió.
Un cargo técnico, no político
En su momento, cuando se le preguntó al presidente de la República, Nayib Bukele, sobre la salida de Martínez del BCR, respondió que el exfuncionario no era político, sino técnico y que este fue uno de sus puntos débiles.
Pero para Martínez, ser técnico ha sido la gran ventaja que le ha permitido desarrollar su trabajo con total legalidad.
“Los bancos centrales modernos están caracterizados por una gobernanza en la cual el consejo directivo y el presidente del banco tienen un caracter técnico, con experiencia comprobada, no medio comprobada que yo estudié mercadeo, contabilidad o fui asesor de una microempresa para comprar o vender trompos, no, es bien clarísima la ley del BCR”, señaló.
“Si él (Bukele) cree que ahora es mejor tener un político, yo creo que los asesores de él andan super desubicados. Eso no es correcto. El presidente del BCR tiene que ser nombrado en base a los requisitos que dice la ley”, enfatizó.
El actual presidente de la institución, Douglas Rodríguez, no cumple con los requisitos de ley para ser presidente del BCR pues no tiene los 10 años mínimos requeridos por ley y su afiliación partidaria es clara, señalan abogados.