A una semana del comienzo de la definición de la Primera Nacional (segunda división argentina), Ferro se preparaba para disputar su último encuentro amistoso de la larga pretemporada que tuvo para prepararse con el objetivo del ascenso a la Liga Profesional. Por eso, con la intención de llegar de la mejor manera a su debut frente a Temperley (sería el lunes 30 de noviembre), Oeste se enfrentó a Colegiales como si fuera un partido por los puntos. Y al partido tuvo muchos condimentos: pese a la falta de goles, hubo juego, fricción, pierna fuerte y una jugada que terminó en escándalo con la necesidad de la intervención de la Policía.
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¿Qué paso? Faltaba poco para la finalización del primer tiempo, cuando se dio un cruce entre Gabriel Díaz y Martín Lucero. Con los dos tirados en el piso, el defensor lo ahorcó haciéndole una especie de llave de UFC luego de que el delantero terminara encima de su rival. Ante la desesperación, varios jugadores intentaron intervenir para evitar que la situación produjera más inconvenientes. Sin embargo, el punta -caliente- forcejeó con Rodrigo Mazur, uno de los que había intentado separar.
Pero no fue todo. Para nada. Con el ambiente bien caldeado, volaron varios golpes por algunos segundos hasta la aparición de otros jugadores y miembros del cuerpo técnico que calmaron las aguas que se habían agitado en un simple amistoso. Además también tuvo que intervenir algunos efectivos policiales que se encontraban en el Ricardo Etcheverri. Así, tanto Díaz como Lucero se fueron expulsados y abandonaron la cancha. Una curiosidad: pese a las rojas, Jorge Cordon y Facundo Argüello, los entrenadores, decidieron que los equipos completaran el resto del encuentro con 11 jugadores.