Mejor que un título o cualquier gol, Romel Mejía tuvo un motivo enorme para festejar la semana que recién finalizó: cumplió dos años alejado de las adicciones de las drogas y el alcohol. Esto lo hizo con un pastel y acompañado de su familia.
“Cumplí dos años de sobriedad, de que Dios hizo en mi el milagro de salvarme del mundo oscuro de las drogas y el alcohol. Es algo maravilloso. Es una nueva vida. Es algo que no tiene precio y algo muy lindo que Dios ha hecho en mi vida”, expresó a Cancha, el ex jugador de la Selecta y actual delantero del Cacahuatique en la Segunda División.
El pasado jueves 19 de noviembre fue el segundo aniversario de Romel Mejía como miembro de la Asociación de Alcohólicos Anónimos “La última carreta”.
“Atravesé momentos difíciles, en los cuales solo me señalaban y me señalaban. Pero atrás de un drogadicto y atrás de un alcohólico hay una historia bastante dura, difícil. Eso lo viví yo. Pero solo el poder de Dios puede sacarlo a uno de ahí y así pasó conmigo. El creador me sacó y me liberó de esas cadenas que me tenían atado, esas cadenas llamadas alcoholismo, llamadas drogadicción”, detalló el jugador de 26 años de edad.
El mismo día del aniversario en la “AA”, Mejía tuvo participación con el Cacahuatique, en la Liga de plata, donde marcó dos goles: “fue un día muy especial para mi, porque además de la celebración con la asociación, marqué mis primeros goles en este torneo con el Cacahuatique. Fue una obra de Dios, que ese día lograra esto con el equipo”, mencionó.
El ex jugador de la Selecta, así como también de varios equipos del oriente del país en la Primera División (Águila, Dragón, Jocoro y Limeño), se considera una persona nueva: “Uno tiene que aprender de los errores. Yo me cerré muchas puertas que a través de fútbol me las había abierto. Lo malo que hice ahora son parte de un aprendizaje. Me siento contentos, a dar lo mejor, a seguir cosechando frutos y a seguir dando el ejemplo. Soy un nuevo Romel. Con defectos, porque soy ser humano, con errores porque soy ser humano. Pero no con los defectos y errores que antes cometía”, dijo.
Hace unas semanas, en Cancha de El Diario de Hoy contamos la historia de Romel Mejía y el negocio formado junto con su esposa, un comedor donde él se dedicaba a repartir comida. Algo en lo que se dedicó durante la cuarentena por el Covid19, al mismo tiempo que no descuidaba su preparación para el torneo de la Segunda División.
El jugador no renuncia a regresar a un equipo de la Primera División, como también volver a defender los colores de la Selecta. Mientras tanto, busca seguir creciendo en lo personal y deportivo.