“No sólo deja huérfano al cadismo, también al mundo del periodismo en general y al de las ondas radiofónicas en particular”, subrayan desde la entidad amarilla, con la que ha colaborado directamente desde su jubilación.
La voz única de Theo Vargas, unida para siempre sobre todo a ese Cádiz CF que se arrastraba por los campos de Segunda división B (cuando era el único profesional que seguía al equipo jugara donde jugara), se ha apagado de forma repentina este miércoles. El veterano locutor algecireño ha fallecido a los 62 años de edad tras no superar el último proceso médico al que fue sometido.
Luego de 25 años en Radio Cádiz y unos 1.800 partidos narrados del equipo amarillo, la cadena Ser, su casa, optaba en 2015 por proponerle la jubilación anticipada (por cuestiones de salud) y era el propio Cádiz el que lo fichaba como asesor del actual consejo de administración presidido por Manuel Vizcaíno. En las últimas campañas ha seguido cantando goles para la emisora online del club y colaborando en algunos medios.
La verdad es que Theo Vargas ya fue noticia durante la primera ola de la pandemia del coronavirus al enfermar del dichoso virus y pasar más de un mes ingresado en la UCI del Hospital de Puerto Real. Meses después, en agosto, ya recuperado pero con secuelas evidentes, presentó en el palco del mismo estadio Ramón de Carranza su libro ‘Historias en la maleta de un periodista’ (publicado por Alatur Editores).

La Asociación de la Prensa Deportiva de Cádiz ha trasladado a través de un comunicado su “profundo pesar y dolor más sentido” por la pérdida de “uno de los nuestros; maestro de las ondas”.
“Es Theo Vargas, por derecho propio, la voz del Cádiz CF, por estar presente en los momentos de alegría y, con más empuje si cabe, en los momentos difíciles por los que ha podido pasar en los últimos años la entidad amarilla. En la mente de todos los aficionados aún resuena su voz entrecortada y el pálpito de su corazón, que entre sollozos cantaba el ascenso del Cádiz tras nueve años por el negro pozo de la Segunda B”, subrayan desde este colectivo.
Vargas, como asociado vitalicio de la APD Cádiz, se sentencia, “quedará para siempre escrito con letras de oro en las páginas de esta asociación su último deseo, hoy convertido en epitafio, como un presagio del último viaje que emprendería: ‘Me gustaría terminar mi vida perteneciendo a la asociación en la que tantos años estuve’. Así ha sido y así seguirá siendo por siempre”.