El árbol de las almas y la creencia de los pobladores de Santa Isabel Ishuatán
El árbol de amate también era conocido como el árbol de las almas. El portal que ocupan los que mueren para estar siempre entre los vivos, según los pobladores de Santa Isabel Ishuatán, Sonsonate.
Por Jonatan Funes
2020-11-02 6:00:14
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El árbol de amate encierra cierto misterio para muchos salvadoreños, los antepasados tenían a todos los árboles sagrados para la cosmovisión indígena pero el amate en especial por todas las condiciones que tiene. Incluso sirvió de base para escribir los códices sagrados ya eso era una función increíble, aseguran los expertos. Foto EDH / Jonatan Funes
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El árbol de amate es como un árbol sagrado desde un punto de vista religiosos donde los dioses hablan. Los aztecas sacaban la corteza de amates y con eso hacían sus textos de oficios legales y culturales, según el biologo Néstor Herrera. Foto EDH / Jonatan Funes
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Miguel Ángel Santos Hernández de 75 años, fue nieto de José Sebastián Santos, el último miembro del consejo de ancianos de Ishuatán. Su abuelo murió cuando tenía 107 años y le heredó toda la historia acerca de los árboles de amates que hay en el cementerio de la localidad. Foto EDH / Jonatan Funes
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“El amate es un árbol que tiene mucho misterio, tanto así que era conocido como el árbol de las almas”. Foto EDH / Jonatan Funes
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Relato de Don Lito, un hombre de 70 años, a quien se le apareció una burleta, como le llama. Un día de madrugada viajaba en caballo y al llegar a la zona del cementerio vio unos bultos en el camino, el caballo se negó a dar un paso más y él al acercase vio un hombre alto sin cabeza, al instante saco un revolver y trato de disparar, pero fue imposible. Foto EDH / Jonatan Funes
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Muchas personas realizaron cosas sobrenaturales, aprendieron a transformarse en animales, pero antes de esto tenían que hacer la ceremonia de nueve días en ayuno, luego venir al cementerio, pararse enfrente del amate, asegura Santos Hernández. Foto EDH / Jonatan Funes
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Los amates son árboles nativos de Mesoamérica, hay en todo tipo de bosques desde cero a nivel del mar hasta 2,400 metros, no los detiene nada. Foto EDH / Jonatan Funes
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La forma caprichosa de su tronco alimenta las creencias sobrenaturales en torno del árbol. Foto EDH / Jonatan Funes
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“Sentí que se me erizó el cuerpo y me puse el corvo atrás en la espalda, como formando una cruz y le pregunte: señora qué está haciendo acá, estoy esperando el bus en el mercado me contesto. No señora, usted está en un lugar de campo santo, el cementerio, le respondí. Luego se me vino a la mente que era alguien que andaba perdida y le ofrecí posada en mi casa”, dice Úrsula Valdez, quien asegura se le apareció una mujer. Foto EDH / Jonatan Funes
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Enfatiza que todos los árboles en general son sagrados para la cosmovisión indígena pero el amate en especial por todas las condiciones que tiene. “Incluso sirvió de base para escribir los códices sagrados ya eso era una función increíble”. Foto EDH / Jonatan Funes
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Abajo de cada árbol de amate se encuentra sepultado cada anciano que formaba parte del consejo de ancianos de Santa Isabel Ishuatán, Sonsonate. Foto EDH / Jonatan Funes
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La mayoría de habitantes de Ishuatan que visitan el cementerio afirman que hay relatos de un hombre alto y sin cabeza que se aparece a la media noche, la mujer que se queda en la entrada del cementerio como si recién ha salido de una tumba. Foto EDH / Jonatan Funes
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Para toda la cultura Mesoamericana y Meso prehispánica es súper importante ya que reúne muchas condiciones entre las que esta su madera que servía para hacer los papiros, obtenían el papel para escribir sus códices sagrados. Foto EDH / Jonatan Funes