Una plática basta para confirmar que María Elisa Vera, mejor conocida como La Marielisa, desborda energía, que sus palabras fluyen apresuradamente y que hace honor al refrán “sin pelos en la lengua”. Esta exlocutora y expresentadora salvadoreña conversó con El Diario de Hoy y contó cómo sus decisiones y la vida la fueron llevando lejos de El Salvador, pero muy cerca y en sintonía de su alma y corazón.
La Marielisa logró popularidad en el país por su desempeño y carisma como locutora en el 96.1 del dial nacional, y esa misma personalidad vigorosa la llevó hasta la pantalla chica, precisamente en los programas “Buena Onda” y “Telecash”. Pero entre la TV y la radio hay un abismo y ello lo experimentó de la peor manera posible.
Desde Los Ángeles, esta especialista en Marketing narró sus inicios en los medios de comunicación y cómo ese sueño de estar frente a cámaras fue disipándose a raíz de los abusos que sufrió. Sí, la salvadoreña (y también española) de 28 años dejó al descubierto los atropellos que las mujeres “toleran” por cumplir un objetivo o un anhelo que se fraguó en su infancia. Pero la pantalla chica, muchas veces, se vuelve un espejismo.
Te puede interesar: Presentador Carlos Zaldívar sobre llegar a trabajar en la TV: “Lo absurdo es no creer en los sueños”
A los 21 años La Marielisa se introdujo por primera vez al mundo de las Comunicaciones. El entonces director de Radio Scan la escuchó hablando (con ese dinamismo que la define) con dos locutores y sin reparos le preguntó “¿Querés estar en la radio?”. Ella vio con recelo la propuesta y recordó haber sido un poco pesada con el director, a quien respondió con otra interrogante: “¿Y qué me van a pedir?”. Ella sabía que en la radio o la TV hay un “derecho de piso” que pagar.
Nada peligroso ni extraño pasó. Pronto estaba en cabina, y los radioescuchas llamaban diciendo que les gustaba la personalidad de la nueva locutora. Y ahí estaba ella, dejando atrás la carrera de Leyes que cursaba y tratando de abrirse paso a una nueva pasión, a su verdadera pasión.
Por supuesto que los proyectos televisivos le resultaron sumamente tentadores a esta migueleña. Quería explorar ese lado y estaba muy decidida a hacerlo, sin embargo se topó con un muro inquebrantable.
“A mí me dijeron que yo no tenía el estereotipo de belleza que en El Salvador se buscaba, que hablaba mucho y que el hombre tenía que hablar más. En la radio nunca tuve ese problema, en la radio siempre me dejaron crecer”, contó La Marielisa.
Y cada vez más empezó a vivir en carne propia el lado más oscuro de la pantalla chica. La Marielisa relató que fue escogida como “invitada” en el programa juvenil “Buena Onda”, y bajo esa figura estuvo siete meses. Cuando por fin fue seleccionada como presentadora, las críticas a su físico se intensificaron. En su mente quedó grabada una frase que le dijo el entonces director del canal, y que hasta el día de hoy recuerda perfectamente: “A las viejas gordas a nadie le gusta verlas en televisión”.
Tras constantes y dañinos comentarios, la conductora decidió dejar de comer por días y entró al gimnasio; esa era su rutina para tratar de “encajar” en los estándares de bellezas que sus jefes querían, pero “ni esos 5 kilos hacían la diferencia porque yo jamás en la vida he sido tan delgada como ellos querían”.
A La Marielisa nunca la despidieron. Un día llegó al set, después de haber superado una incapacidad médica, y no la dejaron salir al aire. Así pasaron varios días: llegaba a trabajar pero no era incluida en las grabaciones. Se hartó y explotó. “‘¡Ay, ya! Allí que te quede’, le dije. ‘No soy la primera ni la última a la que se lo van a hacer, que te quede, que te paguen millones, que te hagas superfamoso’”, recordó que le dijo a uno de los integrantes del staff, a quien ahora dijo no tenerle rencor.
Pero la vida da revanchas. Después de esa abrupta salida, La Marielisa recibió un proyecto televisivo donde pesó más su talento para hablar frente a las cámaras que su apariencia física. Y fue así como su talento llegó a Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Aunque el plano laboral se había estabilizado y estaba enfocada en llevar la mejor vibra a sus fieles radioescuchas en un exitoso programa, la comunicadora confesó que siempre ha sido muy “hambrienta” de sueños y nuevos proyectos, y de alguna manera sentía que podía estancarse. Paralelo a ello, también vivía una relación sentimental tóxica. Así que decidió que era momento de marcharse lejos.
“Sí, fue una manera cobarde de huir, pero en ese momento sentí que era lo mejor. Quise huir para saber por qué permitía hombres tóxicos en mi vida. Qué está mal y ahí empieza la transformación de La Marielisa: de una comunicadora normal a una que se comprometió a hablar de amor propio y salud mental”, reconoció. Así que la vida y Dios, como ella lo aseguró, fueron moviendo las piezas para brindarle otro horizonte, otros planes y proyectos. Es así como la joven locutora llegó a Madrid, una ciudad que consideró difícil para los migrantes y donde también tocó fondo.
Aunque el tiempo en la capital española fue duro, ella aprovechó para estudiar un diplomado, y para conocer y acercarse a su medio hermano, pues su padre era español.
Estando en Madrid, La Marielisa fue llamada para conducir un importante festival salvadoreño en Washington D. C., así que no dudó en tomar sus maletas y cruzar el charco. Ya en suelo norteamericano, el evento fue cancelado y la comunicadora comenzó a planear su regreso a El Salvador; pero, una vez más, la vida le presentaría otros planes.
Una nueva oportunidad laboral surgió en Los Ángeles, ciudad donde ha encontrado estabilidad. Cada caída o paso en falso fue un aprendizaje y un redescubrimiento de su alma, personalidad y sueños. De la toxicidad que rodeaba su vida aprendió a escudriñar en su pasado, entre la psicología, la neurolingüística y la corriente de la biodescodificación (entender sobre cómo las emociones se asocian a las enfermedades), y fue así como nació el Podcast La Malainfluencia, un programa streaming que aborda el amor propio y la salud mental, temas que considera que nunca son abordados en El Salvador.
Ahora, La Marielisa compagina su vida entre su trabajo como mercadóloga y gerente de Marketing en EE. UU. Este ámbito la ha llevado a ser entrevistadora de figuras públicas y artistas, así como tener relaciones con Telemundo y Univisión. “Me siento muy útil, muy bendecida. Nunca me lo imaginé. Estaba muy obsesionada con ser presentadora, pero sabiendo la realidad, ahora ya no lo sueño. Ya no creo en la televisión como lo único que hay, ahora están todas las plataformas donde te podés desarrollar como creador de contenido”, apuntó La Marielisa.