Después de dar a luz, nada vuelve a ser lo mismo. Cuando un hombre y una mujer conciben una nueva vida, la forma de ver el mundo y percibir la historia detrás de cada ser humano cambia radicalmente.
Y cuando ese recién nacido crece, cada paso es asumido con intensidad por sus padres. La presentadora salvadoreña Georgina Cisneros es una madre entregada a su pequeño hijo, quien vive con intensidad cada logro, cada dificultad que su bebé enfrenta. A pocas horas de iniciar el mes de octubre -de este accidentado 2020-, la conductora compartió en su Instagram un tierno video de su amado Isaac repasando las sílabas pa, pe, pi, po, pu, como parte de su lucha por ayudarle a hablar al pequeño.
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Junto al clip, la madre primeriza se sincera con sus seguidores: ¿Soy la única que siente que no avanza en esto?… bueno… yo lloro y medio mundo me dice: ‘terapia de lenguaje’, ‘las niñas hablan más rápido’, ‘ya hablará, si es un perico’, pero igual no dejo de sentirme mal por las que están como yo, y las que alguna vez estuvieron así y hoy se ríen de estas cosas que callamos las mamás. ¿Qué hicieron ustedes?”, escribe.
No tardaron en aparecer las respuestas de sus ‘followers’, que ya suman más de 212,000 en su Instagram. La usuaria dreams_hw le sugirió “Mamitas! El desarrollo de lenguaje se estimula en los 3 primeros años de vida. ¿Cómo? Realizando ejercicios de soplo (soplar burbujas, soplar velitas…), hablando a sus hijos correctamente, evitando usar los diminutivos y siempre hablarle de frente para que pueda observar el movimiento de nuestra boca al hablar, entre otras actividades…”.
Por su parte, vanessa_cuadra la animó a seguir esforzándose. “Todos los niños son diferentes. Saldrá de esta! La mejor terapia aparte de la q ud menciona es también la terapia de amor y paciencia que se tiene con los hijos! Uds son unos padres excelentes!.. Saludos”.
Ese inmenso amor con el que Cisneros realiza su labor de madre es quizá lo que influyó en ella al momento de locutar un audio sobre los derechos del niño. Según lo que ella manifestó en sus ‘stories’, mientras leía el documento no pudo contener las lágrimas.
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Aunque este conjunto de normas jurídicas surgió hace ya 31 años -en noviembre de 1989- y entró en vigencia en 1990, tres décadas después son millones los menores de edad en el mundo a los que le son vulnerados estos derechos.
En El Salvador, los derechos del niño a la vida y la educación son los más violentados, según declaraciones ofrecidas por Zayra Navas, del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia, durante la presentación del estudio “’Small voices big dreams’, la violencia contra la infancia explicada por niñas y niños”, en septiembre de 2019.
Los derechos de los niños
Ser padres es para muchos la realización personal más grande de todas, sin embargo, es también la labor más difícil. Y en la era digital, el uso de la tecnología está complicando más la tarea de los progenitores.
“El uso de celulares e iPads está influyendo el desarrollo de los primeros años en los niños y llevan a trastornos como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), el espectro autista, trastornos de coordinación motriz y trastornos del lenguaje“, explicó el doctor Eduardo Barragán, en el primer Congreso de Neuropediatría, que se llevó a cabo en agosto de 2018.
En esta oportunidad, el jefe de neurología del Hospital Pediátrico Infantil de México, Federico Gómez, indicó que aunque algunos padres piensan que el uso frecuente de dispositivos electrónicos estimula el desarrollo del lenguaje, en realidad “estos dispositivos pueden frenarlo”.
Destacó que, por ejemplo, el uso frecuente de videojuegos puede incrementar en los niños procesos de ansiedad, pueden modificar o alterar las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo. “Los videojuegos promueven que el individuo requiera de una retroalimentación muy rápida. Y cuando estudian en el colegio con métodos más tradicionales, donde no hay esa retroalimentación rápida, se generan problemas de atención e hiperactividad”, apuntó.
Madres como Cisneros son de las que no dan marcha atrás, a pesar de las caídas. Y aunque es válido detenerse y llorar, no hay nada más satisfactorio que ver crecer a los hijos disfrutando de sus triunfos, por muy grandes que sean los retos. ¡Ánimo Georgina!