Como es su costumbre, Bukele llegó a insultar a los delegados ante las Naciones Unidas encarándolos de que “mientras el mundo está cambiando solo envía discursos por vídeos… como un cambio reactivo”.
A los delegados de países de alta tecnología, receptores de premios internacionales incluyendo el Nobel en distintas disciplinas, Bukele los aleccionó diciéndoles que el iPhone de última generación, tanto el iPhone como los Samsung y las tabletas, “son más poderosos que las grandes computadoras de hace un par de decenios, una realidad que los pobrecitos asistentes, a su juicio, no conocían.
Esa tecnología puede utilizarse, sentenció, para resolver los males del mundo, la falta de vivienda, el hambre, las enfermedades… todo es soplar y hacer botellas, como dice una jovencita sueca que aún no se ha graduado de secundaria.
Es del caso, dijo Bukele, que los países vean el “milagro salvadoreño”, que en un abrir y cerrar de ojos ha logrado que su sistema de salud “sea de Primer Mundo”, con un hospital que deja atrás al resto de los sistemas hospitalarios…
Nadie en nuestro suelo, fuera de los allegados al clan de los seis hermanos, ha podido constatar, “con sus propios ojos”, tal milagro, montado con equipos y cierto personal de los hospitales del Seguro Social y del Rosales.
A estas alturas los asistentes a la perorata deben de estar pidiendo a los embajadores de sus países en El Salvador que vean ese milagro, pues el único que, a lo mejor, ha tenido tal privilegio es el Visitador de la Real Audiencia.
Bukele seguramente piensa que por andar en cocteles y actos protocolarios los embajadores no se dan cuenta de los milagros que aquí tienen lugar, incluyendo la baja en homicidios, aunque por desgracia, no en desaparecidos.
El foro de las Naciones Unidas, ciertamente, es utilizado por los presidentes, mandatarios y delegados de muchos países para elogiarse y hablar maravillas, pintar deslumbrantes escenarios, lo que debe incluir la paz y tolerancia en Rusia (donde asesinan opositores al régimen, pero se trata de pecadillos intrascendentes ), el clima de libertad en la China de hoy… hasta Lukashenko, Maduro y los esbirros del castrismo deben de haber montado sus propios y floridos escenarios…
Mientras Bukele repartía atol con el dedo en Nueva York, el Relator de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza, recogió la condena de más de 500 periodistas y asociaciones vinculadas a la libertad de expresión en el mundo, por los abusos, persecuciones y amenazas del actual desgobierno contra el periodismo independiente y los críticos, analistas, publicaciones, tanques de pensamiento y personas de toda condición.
¿Dónde está el dinero? ¿En cuánto se vendió la Lotería?
La tecnología, dijo Bukele, puede “resolver los males del mundo, la falta de vivienda, el hambre, las enfermedades…”.
Ciertamente esas lacras se resuelven con tecnología pero cuando hay recursos, cuando pueden adquirirse los bienes, las materias primas, los operarios, los transportes…
Un emprendedor puede contar con buenas ideas, programas, planes arquitectónicos para construir viviendas, caminos, desarrollos agrícolas… pero si no hay capital, recursos financieros, todo se queda en el deseo…
Recursos los ha tenido el país a través de préstamos, asistencia, impuestos…
Pero ¿dónde esta el dinero? ¿Qué sucedió con esos caudales enormes? ¿En qué se usaron los veinticinco millones de dólares sacados al Seguro Social? ¿Dónde está el dinero de la venta de la Lotería?