Hay 4,774 muertos más por cáncer que por COVID-19 en 9 meses

El especialista oncológico Raúl Lara asegura que se reunió con el viceministro de Salud Carlos Alvarenga en noviembre de 2019, para advertir a Salud sobre crisis por la enfermedad. No menos de 6,000 salvadoreños pierden la vida cada año por el cáncer. Es mucho más letal que el COVID-19, que de marzo a la fecha provocó 826 muertes, según datos del Gobierno.

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Durante los días de la cuarentena, los pacientes de cáncer debían caminar largos trechos para asistir a sus consultas o quimioterapias, debido a la poca asistencia médica que recibieron de las autoridades de salud. Foto EDH / archivo

Por Carlos López Vides servicios@eldiariodehoy.com

2020-09-27 10:10:53

El virus COVID-19 provocó la muerte de 826 personas en El Salvador hasta el 27 de septiembre, según el Ministerio de Salud, pero por cáncer han fallecido cerca de 5,600 en este 2020.

Es la pandemia la que acapara todos los focos, la atención mediática y el presupuesto del Gobierno. Pero el cáncer es mucho más letal. El doctor Raúl Lara, quien lleva más de 45 años estudiando esta enfermedad y luchando contra ella, alerta que están muriendo no menos de 7,000 salvadoreños al año a consecuencia del cáncer. O sea, es unas seis veces más letal que el COVID-19. Son alrededor de 20 muertes al día por cáncer.

Y las autoridades del Ministerio de Salud lo saben, porque Lara asegura que se reunió el 11 de noviembre de 2019 y el 17 de enero de 2020, antes de la pandemia, con el actual viceministro de Salud Carlos Alvarenga, para darle todos los detalles de esta situación crítica.

“Me reuní dos veces con él. La siguiente reunión que tendríamos a finales de febrero, ya no fue posible por la pandemia”, explica el doctor Lara. Cuando se reunieron, el oncólogo entregó en manos de Alvarenga el resultado de un estudio liderado por el oncólogo, un Programa para Prevención y Manejo Integral del Cáncer.

Dicho estudio fue una comisión hecha a Lara por el Banco Mundial y las anteriores autoridades del Ministerio de Salud, con la doctora Violeta Menjívar como titular. Estuvo listo en mayo de 2016, y según el médico, a la fecha se ha hecho muy poco para resolver el problema, por lo que siguen en riesgo los 13,000 a 14,000 salvadoreños que -apunta- son casos nuevos de cáncer cada año en El Salvador.

El oncólogo lamenta que ni el Gobierno anterior de Salvador Sánchez Cerén en sus últimos meses, como tampoco el vigente de la administración Nayib Bukele, han tomado en serio la crisis del cáncer en el país, y no han tomado medidas efectivas para frenarla, a pesar de contar ya con un plan completo desde 2016.

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El cáncer avanza

La alerta de Lara coincide con las palabras del doctor Salvador Díaz Bazán, director del Instituto contra el Cáncer, entidad semiprivada que nació en 1971 para combatir esta enfermedad.

“El cáncer ha aumentado año y con año y la demanda ha ido creciendo. Nosotros hemos tenido que aumentar médicos. Antes prácticamente solo veíamos cáncer ginecológico, pero hoy vemos mama, próstata, estómago, de todo”, explica el especialista sobre cómo este monstruo llamado cáncer aumenta de tamaño con el paso del tiempo.

Para Díaz Bazán, así como otros especialistas del cáncer lo han alertado por meses, “en El Salvador, el COVID es una epidemia que cuando venga la vacuna se va a ir, o va a disminuir a un tamaño manejable. Sin embargo el cáncer va creciendo año con año”.

La Unión Internacional contra el Cáncer, que tiene 140 países y los mejores institutos del mundo, calcula que una de cada tres mujeres va a tener cáncer en un momento de su vida, y uno de cada dos hombres igual. Veamos la magnitud del problema”.

El doctor Rafael Vásquez, quien también combate al cáncer en el Hospital de Oncología del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, lamenta igual que sus colegas que no haya datos oficiales ni confiables del Gobierno sobre el comportamiento de esta enfermedad, pero lleva a tomar en cuenta una herramienta internacional: Globocan.

“La Organización Mundial de la Salud ha desarrollado la plataforma GloboCan, que tira estimaciones, de acuerdo a la población total, con datos que considera representativos, y hace proyecciones bastante cercanas a lo real”, detalla el doctor Vásquez. Y la cifra de Globocan es muy próxima a lo expresado por Lara: según el reporte de 2018, Globocan estimaba 10,326 casos nuevos ese año, en el que fallecieron 6,222 personas en El Salvador. El oncólogo dice que son entre 7,000 y 7,500.

Para que el Ejecutivo pueda realmente combatir el cáncer, debe invertir, porque hay un problema de equipación tecnológica. Lara recuerda que el Ministerio de Salud inauguró en 2017 su primera Unidad Nacional de Radioterapia, contiguo al Hospital Zacamil, con dos aceleradores lineales de radiación, para atender sin costo a los pacientes con cáncer. Una buena noticia para el país, pero insuficiente.

Con esos dos equipos “no se puede cubrir ni un tercio de los casos que demandarían un tratamiento con radiaciones”, señala el oncólogo.

El número de equipos de radioterapia que recomienda la Agencia Internacional de Energía Atómica (AEIA) es de un acelerador lineal por cada 500,000 habitantes en países como el nuestro. Para la población que atiende el Ministerio de Salud, serían necesarias de 8 a 9 de estas máquinas. Como mínimo, detalla Lara, deben ser 6. Pero solo hay dos.

Por eso el oncólogo alerta que el Ejecutivo debe invertir en más de estos equipos, pues no hacerlo deja “a un 60% de los pacientes sin el tratamiento necesario y oportuno” para superar el cáncer. Cada una de estas máquinas de radioterapia cuesta $2.5 millones.

Además, no se ha implementado desde el Ministerio de Salud un plan nacional contra el cáner, que incluya las políticas y estrategias para cercar esta enfermedad. No hay tampoco un registro nacional del cáncer de base hospitalaria o poblacional, que con sus datos ayude a dimensionar el problema.

“Estudio del cáncer actualmente en El Salvador no hay. En el país no hay una estadística específica de cáncer, para saber cuántos casos hay por año, cuántas muertes, qué tipo de cáncer es el más prevalente o el más mortal. El Salvador no lo tiene. Sí se arroja datos, pero no son fidedignos”, señala también Chávez sobre este vacío.

El último “Diagnóstico Situacional del Cáncer en El Salvador” data de 2013, impulsado por la administración en turno, y después de ello está el plan que trabajó el doctor Lara… el cual sigue sin ser tomado en cuenta por el equipo del ministro de Salud, Francisco Alabí.

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El cáncer también golpea la economía

Incluso desde un punto de vista económico, es más rentable para el país cada dólar invertido en la lucha contra el cáncer, que el dinero necesario para curar o tratar a quienes ya padecen la enfermedad. El oncólogo Lara analiza desde sus datos y experiencia cómo el cáncer también impacta en la economía de la nación. Estos datos también los platicó con el viceministro Alvarenga, para hacerle ver que el Ejecutivo debería frenar el cáncer como estrategia económica.

“Los costos indirectos por pasivo laboral, por pérdida de productividad, muertes prematuras, etc., también se desconocen en el país. Pero tienen que ser muy altos. Como referencia, en Chile con 18 millones de habitantes, los gastos indirectos sumaron en el 2016 una suma cercana a los 3,500 millones de dólares, que fue el costo indirecto por cáncer a la economía chilena. En El Salvador, estos costos deben sumar varios millones de dólares al año”, analiza el oncólogo.

En su experencia médica, el tratamiento de cáncer avanzado en un paciente “puede tener costos hasta 3 a 4 veces mayores que el cáncer inicial”, por lo que insta al Ejecutivo a “invertir en prevención y control del cáncer, pues salva muchas vidas y mejora sustancialmente las finanzas del Estado”.

Curarse del cáncer no es barato. En el Instituto del Cáncer, explica su director Díaz Bazán, “se atiende al que llega, se le hace un estudio socioeconómico, y se le cobra según sus necesidades”; si son personas sin recurso alguno, la entidad no les cobra. Pero “un tratamiento privado de radioterapia cuesta 30,000 a 50,000 dólares”, agrega el especialista.

Para Lara, el Ejecutivo debería trabajar en educar al personal de primer nivel de atención en la red de salud pública.

“Hacer conciencia en todos los puestos de salud, por muy alejados que estén, caseríos y cantones. Ahí hay un promotor de salud, un médico general con una enfermera, y en los pueblos está el boticario, el párroco, el alcalde, son los que mueven, las fuerzas vivas. Si estuvieran enterado del problema del cáncer, sería un primer paso enorme” para frenar el avance de la enfermedad, dice.

Todo lo anterior, y mucho más, está en el plan que trabajó el doctor Lara. Mientras el COVID-19 no cede en el país y Salud sigue enfocado en la pandemia, el cáncer sigue avanzando y cobrando seis veces más vidas entre la población salvadoreña. Y el Gobierno actual lo sabe, desde al menos menos 10 meses.

En la imagen, una de las dos máquinas de radioterapia en Zacamil, que son insuficientes para la gran cantidad de pacientes. Foto EDH / Cortesía

Piden redirección de los fondos

El Gobierno ha invertido millones de dólares en combatir la pandemia por COVID-19 y también ha pedido refuerzos presupuestarios a la Asamblea Legislativa. Los oncólogos Lara y Díaz Bazán comprenden esta emergencia, pero alertan que, con una pequeña fracción de lo colocado en frenar el Sars-Cov-2, la administración Bukele pudo salvar muchas más vidas de personas que murieron por cáncer.

“Con lo que está gastando Salud en el COVID-19, dan ganas de llorar… Con $20 millones, se dota al país, al Ministerio de Salud, de las armas para enfrentar al cáncer”, indicó Lara.

Lamenta Díaz Bazán que el tema de la pandemia se ha politizado, y ahora “cuando uno habla de cáncer, siente que lo van a agarrar a patadas, porque todo es COVID. Ahí tienen un hospital (El Salvador) enorme que no está ocupado. Y otro a la par que están construyendo, que a saber qué va a ser”.

El director Díaz Bazán comparó además que “Guatemala le da al instituto del cáncer 8 millones de dólares al año”. Y señaló también que, si bien el Ejecutivo dice invertir millones de dólares en el Plan Control Territorial y en el combate de actos delictivos, “las muertes por cáncer son tan o más importantes (en cantidad) como los muertos por la violencia”.