El pasado julio escribí para este periódico el artículo “¿Por qué quiero ser diputada?” donde expresé: “Hoy la pandemia de COVID-19 ha demostrado sin lugar a dudas que si bien todos tenemos el derecho constitucional a votar y ser votados, los habitantes de El Salvador tienen el derecho supremo a que las decisiones que afectan su salud y sus vidas sean encomendadas a los más preparados, a los más capaces, a los que tienen más experiencia, a los que tienen el conocimiento científico y técnico para aportar las soluciones en base a criterios científicos…”.
Estoy convencida de que el caos político, económico y social que vivimos es producto, en gran parte, a que no hemos contado ni contamos a este día, con suficientes funcionarios públicos con los conocimientos, competencias y habilidades necesarias para convertir a El Salvador en un territorio próspero donde todos los salvadoreños contemos con las condiciones que nos ayuden a lograr bienestar.
En una entrevista de hace unos días, dialogaba con otros candidatos sobre los requisitos que debería cumplir todo diputado, por lo que leí el Artículo 126 de nuestra Carta Magna, la cual exige que todo diputado cuente con una “instrucción notoria”.
Considero importante aclarar el significado de esta frase, puesto que en el pasado ha sido mal interpretada por algunos.
Instrucción, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se define como “caudal de conocimientos”. Esto significa que nuestros diputados están obligados a poseer una abundante cantidad de saber y estudios y nos indica que esos conocimientos deben ser mayores a los logrados con un bachillerato; e incluso, deben exceder aquellos obtenidos al completar una sola carrera universitaria.
Notorio, siempre a partir de la misma fuente, significa que algo debe ser evidente, manifiesto, notable, que se note.
Mientras más conoce una persona es más probable que se encuentren más y mejores soluciones a los retos y dificultades. Y de esto se trata el trabajo de un diputado: de crear leyes que incidan positivamente en la vida de las personas gracias a la creatividad que nace de la abundancia de conocimientos.
En estas próximas elecciones los ciudadanos estamos obligados a elegir personas que demuestren tener notoria instrucción, como primera garantía del trabajo que ejercerán dentro de la próxima Asamblea Legislativa. Si no, continuaremos atados a diputados que aporten poco a nuestro país, aun con decenas de asesores.
Médica, Nutrióloga y Abogada
Candidata a diputada por ARENA
mirellawollants2014@gmail.com