Entre los once homicidios por los que el Juzgado Especializado de Sentencia de Santa Ana impuso una condena de 163 años a César Antonio López Larios (El Greñas) y otros miembros de la clica Stoner Locos Salvatruchos, están los de tres adolescentes asesinadas el 13 y 19 de octubre de 2013.
A principios de octubre de 2013, el Greñas y otros mareros acordaron que debían matar a dos jóvenes que vivían territorio controlado por los Stoner pero que tenían amistades que eran pandilleros de la 18 y que, además, proporcionaban información a la policía.
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El 13 de octubre de 2013, Selena R. M., de 15 años, salió de su casa hacia la de Silvia L. A, de 17, a quien convidó a que fueran a comprar unas cosas, según la denuncia de una de las madres.
Pero ninguna regresó a casa. Ese mismo día fueron privadas de libertad por un grupo de pandilleros.
Un marero conocido como el Darky proporcionó la información sobre estas jóvenes que, según el proceso judicial, llegaron a la casa del Spyder, un cabecilla de la clica Stoner que también fue condenado en la Operación Tecana, a comprar marihuana.
Pero el Spyder, el Darky y otros dos pandilleros aprovecharon la ocasión. Las invitaron a fumar marihuana en una zona verde de la colonia Las Piletas del cantón Aldea San Antonio.
Allí las ahorcaron y enterraron sus cadáveres, según la investigación realizada por la Fiscalía General de la República.
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Cuando el Bons (pandillero con beneficios penales que delató a su compinches) y otros pandilleros llegaron al lugar del crimen, se percataron de que no era a ellas a quienes tenían que matar.
Se habían equivocado pero ya no había remedio. Por ese error, la pandilla castigó con una golpiza al Darky.
Mataron a Joselyn por decir lo que sabía del asesinato de Selena y Silvia
Después de matar a Selena y a Silvia, los mismos pandilleros mataron a otra joven del mismo lugar para evitar que los delatara con la Policía o con las familias de Selena y Silvia.
Ella se llamaba Joselyn Gabriela C. S. A la fecha cuando la mataron tenía 16 años, según la investigación judicial.
Aquel sábado 19 de octubre de 2013, Joselyn se vistió con una licra negra y una camisa del FAS, el equipo santaneco de la Primera División. Ella era fiel seguidora de ese equipo de fútbol que ese día jugaría un partido de visita en San Miguel.
Joselyn salió de su casa en la colonia Las Piletas, situada en el cantón conocido como Aldea San Antonio, de Santa Ana, con la intención de buscar un lugar donde ver el partido por televisión..
En la calle se encontró al Chele, un pandillero de la Stoner, quien fingió un encuentro casual con la adolescente, que ya estaba enterado de que la pandilla había acordado matarla porque andaba diciendo que Selena y Silvia habían ido a la casa del Spyder, el día que desaparecieron.
El delincuente invitó a Joselyn a tomarse un par de cervezas a la vez que le prometió que luego la llevaría a ver (por televisión) el partido del FAS. Ella aceptó sin saber que solo era una trampa.
Después de las cervezas, el Chele la llevó a donde estaban varios pandilleros, entre éstos el Spyder. De inmediato comenzaron a caminar hacia una zona verde de Las Piletas.
En ese momento fue que Joselyn presintió que algo malo le harían.
Según el testigo, ella solo atinó a hacer una súplica: “No me vayan a matar, por favor”.
Para entonces, el Spyder ya le había puesto un brazo en los hombros y caminaban rumbo a una zona verde. A los pocos metros, cuando hubieron llegado al lugar acordado, el Spyder comenzó a asfixiarla con sus manos, mientras el Snikman y el Chele le daban puñetazos en el abdomen hasta matarla.
En el lugar ya tenían listas las herramientas para cavar la tumba donde desaparecerían el cuerpo de Josely, igual que hicieron con Selena y Silvia.
Joselyn ya no supo que aquel día, el FAS empató el partido a cero goles con el Águila.
Los cuerpos de las tres jóvenes fueron recuperados en 2017, luego de que Bons se entregara a la Policía buscando protección, pues su misma pandilla, lo quería matar por no haber cumplido la orden de matar a un cabo de la policía.