Una de las parejas favoritas de la televisión Jenny Soto de “Domingo para todos” y Federico Zeledón destacado conductor de noticias cerró con broche de oro su fin de semana.
Un apasionante beso y una sesión de fotografías caseras demostraron una vez más que la pareja está hecha uno para el otro y totalmente enamorados.
En Instagram, Zeledón apuntó “Me gusta mucho esta mujer” seguido de una colección de fotos en las que derrochan su amor. “Linda pareja”, “Felicidades a la pareja”, “Par de guapos”, “Me encanta esta pareja, primero porque se aman y segundo porque aman a sus perrihijos”, fueron algunos –comentarios que desató la publicación y que hasta el momento ha cautivado a más de cinco mil corazones.
El también licenciado en ciencias jurídicas, locutor y animador publicó otro par de imágenes en su fanpage de Facebook, esta vez con la familia completa, es decir, al lado de sus perritos. “Y los que faltaban en domingo de fotos, porque no cargaba Netflix”, escribió el comunicador.
Por otro lado, Soto posteó una imagen en su cuenta de Instagram constatando que es una verdadera “consentida”.
El psicólogo Ángel Rull sostiene que para incrementar el vínculo afectuoso entre parejas y ganar mayor intimidad se deben utilizar las “tácticas” adecuadas y sutiles.
Las caricias son la manera más espectacular de recargar energías, fortalecer el amor, la cercanía y alentar al placer. Según Rull, hay caricias condicionales que sirven para demostrarle a las personas que ha ganado su amor por determinadas razones, tal vez porque es inteligente, un emprendedor, valiente, sabe callar o hay respeto profundo en sus convicciones e ideas.
Las caricias de atribución están orientadas a destacar alguna característica física nata (el color de los ojos, el cabello) o que haya hecho un esfuerzo para lograrla.
Las caricias de aproximación están orientadas a animar al amado o la amada a llegar a una meta, también surgen para alentar, animar o apoyar.
Y las caricias incondicionales son las que expresan mayor profundidad de emociones. Surgen para demostrar que el otro es sumamente importante, que hay amor y afecto real.