Las cachiporristas que no lucirán sus destrezas

Las adolescentes que por tradición dan vida a las celebraciones de la independencia con sus coreografías ensayadas durante años no tendrán en 2020 la oportunidad de mostrar su lado artístico.

descripción de la imagen
Zaira Ramírez demuestra su destreza con la batuta en el muelle del puerto de La Libertad. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Por Yessica Hompanera y jorge Reyes

2020-09-12 10:00:35

Paola Barrientos: “No solo es un baile, es un acto de liberación”

Paola Barrientos tiene 18 años de edad y, de no ser por la pandemia, este sería su segundo y último año como cachiporrista del Instituto Católico “San Francisco de Asís” ubicado frente al malecón del Puerto de La Libertad. Estudia tercer año de bachillerato y este 15 de septiembre planeaba dejar su legado artístico en el desfile.

“Fue muy impactante el no poder realizar bailes con mis trajes. Estas experiencias nos ayudaban a quitarnos el estrés y divertirnos.

Ya estábamos buscando a las maquillistas y estilistas que nos iban a ayudar. Nos sentimos vacías, porque no nos queda de otra que ponernos en nuestras casas a bailar”, dice la joven con  resignación.

La preparación comienza cuatro meses antes de la celebración independentista ya que la
creación de las coreografías y la confección de los vestidos “no es tarea fácil”. Desfilar por primera vez sobre las calles del puerto la hicieron sentirse admirada y querida por los porteños que compartieron en redes sociales toda su destreza.

“Para nosotras no solo es un baile, es un acto de liberación que nos hace sentir, en un día, las mejores del mundo”, asegura la joven. El próximo año asistirá a la universidad y tiene planeado esEconomía Internacional.

 

Nora Ramos: “El otro año ya no podré salir de cachiporrista”

Nora Ramos tiene 17 años y esperaba despedirse del último año del colegio con una gran presentación en el desfile este 15 de septiembre, pero sus deseos naufragaron en la pandemia.
La estudiante del Presbítero Luis Mortecinos, de San Bartolomé Perulapía, cuenta que en sus inicios se motivaba cuando veía bailar a las cachiporristas mayores y no le gustaba presentarse las
pequeñas.

Siempre le gustaron las cosas relacionadas a la danza y siempre ha sido participativa en las Actividades del colegio, sobre todo en su último año que era su despedida como cachiporrista de
su pueblo.

“Solamente me quedan los recuerdos y los vestidos que he utilizado. Viví experiencias bonitas”, dice al recordar sus presentaciones más importantes, como las que tuvo en desfiles en San Vicente, Tecomatepeque, Piedras Blancas y Pasaquina, todas como parte del cierre del mes cívico. En una ocasión, su banda de paz fue invitada a Cojutepeque a un pintoresco desfile nocturno y
uno de los eventos que quizás más recuerda fue una inauguración de la feria “Pueblos Vivos” en el Cifco.

Imágenes de las cachiporristas salvadoreñas en los desfiles de antaño

Por el entusiasmo con que cuenta sus historias se hace evidente que Nory disfruta mucho de las presentaciones. Por eso, cuando su instructora les anunció que este año no iba a ser posible marchar en el mes cívico, tuvo una gran desilusión.

“Ya que en el 2021 ya no voy a poder participar en la banda, solamente me va quedar ver a los demás en el desfile de mi pueblo, y nada más”, agregó con tristeza.

 

Zaira Ramirez “No salir a desfilar ha provocado mucha tristeza”

Zaira Ramírez tiene 15 años de edad y estudia noveno grado en el centro Escolar Católico Sagrado Corazón en el puerto de La Libertad, La Libertad. La pasión por el baile lo tiene desde que era muy pequeña, pero fue hasta 2017 cuando decidió lanzarse como cachiporrista.

En marzo, cuando se impuso la cuarentena para  prevenir el avance del Covid-19, Zaira aún soñaba que para septiembre todo se mantendría con normalidad para desfilar en las calles de su municipio, pero a medida se iba acercando el mes, las esperanzas se iban perdiendo.

“El no salir a desfilar ha provocado mucha tristeza y no vivir aquella emoción de colocarse el traje de gala para que la gente disfrute de nuestro show”, explicó. Recuerda con nostalgia las largas jornadas de ensayos y coreografías que con mucho esfuerzo aprendió.

“Pensaba que tendría una mínima esperanza, pero el virus avanza y no hay cura que nos pueda ayudar. Espero bailar con más ganas el próximo año para que las personas sepan de qué estamos hechas”, concluyó. En su futuro está planeado estudiar Periodismo.

 

Paola Lisbeth Gonzáles “Ser cachiporrista es una disciplina muy exigente”

Paola Lisbeth González García, de 17 años de edad, es estudiante del Complejo Educativo Católico San José de Nejapa. Ha sido cachiporrista durante siete años consecutivos pero este 2020 de pandemia la obligará cortar su trayectoria de participación en el desfile del aniversario de la independencia.

Paola estudia segundo año de bachillerato y desde que tiene 11 años se ha dedicado con el corazón a aprender dar lo mejor en los desfiles. Su esmero la llevó a conocer diferentes lugares del país y hasta ha salido al extranjero, a Ciudad de Guatemala; esta experiencia la posicionó, en 2019, como la dirigente de 11 cachiporristas de su centro educativo.

“Estar al frente de mis compañeras conlleva una gran responsabilidad. Me encanta enseñar; decirles a las niñas cómo dar cada paso, a cómo mover la batuta, cómo llevar el ritmo y sonreír ante el público. Es una disciplina muy exigente”, comenta.

Además de los vestidos, el maquillaje y los pasos de baile, uno de las características más notorias es la sonrisa que cada bailarina reluce mientras recorre las calles. “La sonrisa de una cachiporrista lleva su ciencia, se nos enseña a dar nuestra mejor sonrisa, no importa si pasan muchas horas. A veces duele”. Además de ser una líder, la joven estudiante obtiene buenas calificaciones; es una
de las primeras en su clase.

La joven piensa que todas las instituciones educativas deben motivar la participación de sus estudiantes en actividades culturales como el baile y la música, ya que es una forma de convivencia y esparcimiento.

Este año Paola se gradúa del bachillerato y quiere estudiar Medicina con el propósito de ayudar a los demás. “Sé que es una carrera muy larga, pero siento que puedo lograrlo. Vale la pena seguir estudiando”, concluye.

Zoe Ventura: “Es triste que se canceló el desfile del 15 de septiembre”  

Zoe Alexandra Ventura Aguilar de 13 años estudia séptimo grado en el colegio Presbítero Luis Mortecinos en San Bartolomé Perulapía. Recuerda que empezó a ser de cachiporrista a los seis
años cuando estudiaba en el kinder nacional del pueblo.

Pare ella es triste que una pandemia vino a suspender todas las actividades cívicas y culturales. Nunca se imaginó que esto pasara y estaba preparada mental y emocionalmente por salir a
marchar.

El año pasado fue cachiporrista en el desfile del 15 de septiembre con el colegio, eso la inspiró a seguir este año.

Las costureras de las cachiporristas se quedaron sin trabajo

“Es muy triste que haya cancelado el desfile del 15 de septiembre. Desde el año pasado ya había planeado los eventos en el 2020. Ya estaba lista para el desfile de la conmemoración de
los 199 años de Independencia, pero ni modo”.

A Zoe le encanta bailar. Esto tiene un significado muy personal para ella porque cuando era pequeña tuvo un problema en los pies y tuvo que utilizar zapatos ortopédicos. Sufrió burlas por
su condición y eso la hacía pensar que nunca iba a caminar bien.

Ahora que puede danzar, vivir la música con movimiento, es una sensación increíble. Su papá le enseñó a no rendirse y le enseñaba a bailar y también llevaba a clases de ballet. Eso la inspiró a supurarse y tener confianza en sí misma.

Paola, Zaira y Lisbeth las jóvenes que demuestran que ser cachiporrista lleva su ciencia