Encontrarlo es una combinación de buen clima y suerte. Hay que recorrer el largo trecho entre San Salvador y La Unión. Preguntar por él en la calle, en tiendas y comedores. Hasta que, casi cuando parece que no habrá forma de localizarlo, ahí, a la mitad de un lugar olvidado, se le encuentra pedaleando bajo el sofocante sol y sobre el pavimento caliente.
Con la cabellera larga y blanca por los años, vistiendo un desgastado azul y blanco, Miguel Angel Rivas, de 67 septiembres, viaja sobre su bicicleta en un recorrido que pretende llevarlo por las 14 cabeceras departamentales del país.
Lleva una antorcha encendida y una bandera salvadoreña ondeando al viento: es su homenaje a los que considera son los nuevos héroes de esta tierra, aquellos que han luchado, incluso a costa de sus vidas, por detener la pandemia del COVID-19 en El Salvador.
Al llegar a cada pueblo de su ruta, la gente lo saluda con amabilidad y admiración. La mayor parte del tiempo, sobre la carretera, su única compañía son los automovilistas que transitan en su misma dirección.
Este es el cuarto año consecutivo que Miguel dedica tiempo y esfuerzo a esta hazaña. El ciclista sale cada primero de septiembre desde su lugar de residencia en el municipio de Colón, La Libertad y durante 15 días visita todos los departamentos del país. Él dice que su propósito es incentivar a las personas sobre la importancia de celebrar el mes cívico.
En honor a los “nuevos héroes”
Este año su mensaje está en apoyar a los médicos, enfermeras, policías, soldados, paramédicos y todos aquellos que trabajaron y trabajan en primera línea contra la pandemia del COVID-19. “Debemos agradecer su labor y acuerparlos”, dice Miguel, condenando las acciones de rechazo que muchos profesionales de la salud sufrieron por su labor.
“Para mí, hacer esto es algo patriótico”: Miguel recorre todo el país sobre su bicicleta en honor a los “nuevos héroes de El Salvador”Miguel Angel considera que la mejor forma de hacer patria es apoyar a todo el personal que no ha descansado desde que comenzó la emergencia y parte de su propósito es honrar la muerte de todos aquellos trabajadores de primera línea que perdieron la batalla frente al COVID-19.
El ciclista recuerda que su familia le insistió, en repetidas ocasiones, sobre los peligros de realizar su viaje, considerando que el virus no ha desaparecido. Pero Miguel tuvo la firme convicción de montar su bicicleta y hacerlo de todas formas, esta vez siguiendo cada recomendación de bioseguridad. Dentro de su mochila lleva alcohol gel y mascarillas, además de otros implementos de seguridad.
Dos semanas lejos de su familia
“Lo más duro es dejar a mi esposa y a mis dos niñas”, dice Miguel Angel y hace énfasis en que cada vez que emprende este viaje, se le hace un “nudo en la garganta” al alejarse de las personas que más ama.
Sin embargo, comenta que lleva consigo siempre su teléfono, aparato que le permite mantener contacto con sus seres queridos. “Anoche hablé con mi niña y ella se puso a llorar”, relata.
Para el ciclista, la distancia es uno de los obstáculos más duros durante las dos semanas de viaje, pero, es el amor a sus hijas lo que lo llena de motivación para regresar a casa. “Ya voy a llegar mis niñas, ya voy a llegar”, les dice cada noche que se detiene para descansar.
“Donde se hace noche, ahí me quedo”, relata y recuerda que las primeras noches de su recorrido por el país se quedó a dormir en los parques y en puestos de lámina que son ocupados como pupuserías.
Cuando sale el sol, son las personas al encuentro quienes le regalan comida o alguna bebida para hidratarse. “A mi nadie me patrocina, pero la gente siempre me ofrece algo que comer”, comenta y expresa que en todos los lugares que ha visitado ha recibido un buen trato.
Miguel Angel describe que en más de una ocasión, otros ciclistas que viven en la zona en donde pasa, lo han acompañado por un tramo como muestra de apoyo. Y es que desde el primero de septiembre, momento en que se viralizó en redes sociales la fotografía del ciclista, muchos salvadoreños que residen en las cabeceras departamentales han estado a la espera de tener la oportunidad de conocerlo. “Muchos se han tomado fotografías conmigo”, dice y sonríe.
El próximo 15 de septiembre, el ciclista espera estar de vuelta con su familia después de viajar por todos los departamentos del país. Mientras llega el día, hace la invitación a los salvadoreños para vivir el mes cívico bajo las formas que son permitidas y al estilo de cada uno. “No solo hay desfiles, el amor al país se lleva dentro y hay diferentes formas de demostrarlo”, reflexiona y concluye. Es tiempo de seguir la marcha.