“A pesar de la discapacidad no nos quedamos esperando”, pareja hace tapetes y llaveros para salir adelante
Nelson Benítez, una persona con discapacidad visual, perdió su trabajo como masajista. Ahora hace centros de mesa y llaveros en el cantón Santa Isabel de San Ramón, en Cuscatlán.
Por Jessica Orellana
2020-09-01 7:20:02
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Tras perder la vista en 2013, José Nelson, quien es originario del cantón Olomega en el municipio El Carmen, jurisdicción de La Unión, se inscribió en el Centro de Rehabilitación de Ciegos “Eugenia de Dueñas”, ubicado en San Salvador. Fue ahí donde aprendió a trasladarse por sí solo y hacer las manualidades que vende. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Nelson Benitez, su esposa Mirian y su hija Mirian Josabeth salen adelante con la venta de tapetes y llaveros artesanales que los esposos hacen. Foto EDH/ Jessica Orellana
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“Para los tapetes usamos lana de varios colores y un marco con clavos alrededor. Primero se llena el marco y de ahí quedan un montón de cuadritos y a esos cuadritos les hago doble nudo y de ahí se les corta para que queden los mechoncitos” asegura Nelson. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Las mezclas de colores para la lana y el diseño de los llaveros los pone Mirian. “Yo me dedico a la costura, pero como ya no hay mucho trabajo de eso me pongo ayudarle a elegir los colores y prepararle la mesa y la silla para que él los haga”, añadió Mirian. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Elaborar un tapete le lleva más de cuatro horas a Nelson aunque asegura que con la experiencia ese tiempo es rápido. Foto EDH/ Jessica Orellana
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La pequeña Mirian Josabeth nació en abril “A pesar de la discapacidad que nosotros tenemos no nos quedamos acostados viendo que se hace. Nosotros nos mantenemos haciendo las manualidades para pagar los gastos y mantener a nuestra bebé de 3 meses”, indicó Nelson. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Mirian aprendió a coser desde los 13 años, asegura que desde pequeña le gustaba hacerle ropa a sus muñecas y se ha convertido en costurera. Hoy se enfrente al problema de que la máquina de coser no le funciona al 100%, no cuenta con los recursos económicos para mandarla arreglar lo que limita su trabajo. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Hace tres años, debido a un cáncer Mirian perdió una pierna, lo que le limita su movimiento. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Nelson ha aprendido hacer oficios con los que le ayuda a sus esposa, ayuda con la lavada de la ropa de la pequeña Mirian, la de su esposa y la de él así salen adelante compartiendo los oficios varios. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Nelson, de 36 años, y Mirian, de 40, venden los centros de mesa, hechos de lana, a $7 y los llaveros a $1. Aunque aseguran que la ganancia es poca, prefieren ofrecerlos a bajo precio para venderlos rápido. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Los llaveros son elaborados de forma artesanal igual que los tapetes y son vendidos a $1. Foto EDH/ Jessica Orellana
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Desde hace siete años que José Nelson Benítez, quien tiene una discapacidad visual, se dedica hacer masajes a domicilio, pero debido a la pandemia por COVID-19 perdió su trabajo. Foto EDH/ Jessica Orellana