El uruguayo-salvadoreño Paolo Suárez es noticia nuevamente. Retirado del fútbol, actualmente trabaja como entrenador en EE.UU. En una entrevista realizada el pasado mes de marzo, contó a Cancha su relación con su hermano Luis, jugador del Barcelona; del tema amaños en El Salvador; su nacionalización y el no poder jugar con la Selecta; y el deseo con el que se quedó de haber jugado en Alianza. Sincero y frontal, Paolo no escondió nada y dejó ver al humano, más que al exjugador de fútbol.
¿Cómo es tu relación con tu hermano Luis?
Normal. Tenemos conversaciones normales, de hermanos, veo a Luis como veo a mis otros seis hermanos, no es que lo veo a él diferente por lo que es, ni intento hablar con él más que con los otros. No, hablo igual con todos, los amo a todos por igual, y nada. Él en su mundo, yo en el mío, pero tenemos una relación normal, como hermanos normales que somos. No lo veo a él como la estrella mundial (del Barcelona) que es, a nivel del fútbol, como lo ven otras personas. Yo lo veo como mi hermano y con mucha naturalidad.
Te hablan mucho de él, seguro
Entiendo la pregunta. Se entiende. Para mí, el sueño mío es conocer a Diego Maradona, y ahora tuve la oportunidad de conocer un familiar y le dije que lo quería conocer, y me dice: “Vos conocés a Messi, tenés tu hermano”. Por eso, yo entiendo cuando me dicen: “¡Oh, Luis”, porque es como cuando yo digo Maradona. Pero a mí me dicen: “Pero vos ves a Luis normal, porque es tu familia, y yo quiero conocer a Luis”. Esas cosas de la vida son así.
¿Cómo vivís, como familia, sus éxitos y sus logros?
Esos sí, soy de los más felices de ver a Luis triunfar. En el Barcelona, Ajax, Liverpool, que es goleador histórico de la selección uruguaya. Eso me hace de las personas más felices del mundo. Muy orgulloso de él, como lo es como futbolista, como todos, y solo esperamos que él siga cosechando muchos éxitos más a nivel del fútbol. Y lo extraño cuando está lesionado y no juega.
No se logró que Luis viniera a ESA, ¿podrías llevarlo con los chicos de la Academia en EE.UU.? Es decir, lograr el acercamiento con la gente a través de Paolo
Sí, con el tiempo espero que se dé todo. Él siempre tiene una agenda muy apretada, que a veces ni vacaciones tiene. Pero eso tranquilo, no me desespera, sé que todo llega a su tiempo y espero y confío en Dios en que algún día venga a la Academia y muchas cosas más.
¿Qué estás haciendo en EE.UU.?
Estoy en Washington, Virginia. Acabo de meterme en un proyecto de la Academia Herndon Youth Soccer (HYS), que es un proyecto de unos amigos que ya está bien encaminado y me tomaron en cuenta para eso de entrenar niños. Tenemos también competencia federada aquí en EE.UU. y creo que es una bonita oportunidad para mí de empezar a meterme en lo que es el después del fútbol, de mi retiro, en lo que es seguir siempre uno vinculado al fútbol, que es lo que uno más quiere.
Esta oportunidad que se te da ahora, ¿cómo la valoras? ¿Qué significa para vos?
Uno cuando se retira, lo que más quiere es seguir enrolado en el fútbol, en las canchas, y qué mejor oportunidad de empezar a trabajar con niños. Empecé a tramitar mi licencia para sacar el curso de entrenador, y eso me tiene muy motivado, porque acá en EE.UU. se me han abierto muchas puertas para eso. Significa una oportunidad muy grande, muy linda, un nuevo desafío para mi carrera, en otra etapa de mi vida, ya no como jugador, pero siempre el espíritu de jugar está, porque cuando estoy con los chicos entrenando me pongo a jugar con ellos, hago definición, corro, hago ronditos, me veo como un jugador más aunque estoy de otro lado. Pero ellos, al verme a mí, les explico, corrijo, y ellos se motivan, y eso es lo que más me gusta y también a los encargados de la Academia.
¿Es difícil estar del otro lado del fútbol ahora: como entrenador?
No, es lindo. Ya estoy asimilando bien. Ya en mi cabeza está que no juego profesional, aquí también juego amateur, pero hay que saber separar cuál es mi función y mi vida como jugador ya quedó atrás. Ahora, muy ilusionado con este nuevo reto en mi vida.
¿Es ahora realmente un nuevo retiro del fútbol o una nueva pausa?
No, ya, retiro. Retiro definitivo. Estoy muy bien acá, en EE.UU. Estoy en una empresa de mudanza, en el día ando manejando, dejando personal para trabajar en mudanzas. Y, después, está esto del fútbol, así que estoy muy bien.
Pero jugás como pasatiempo
Sí, juego acá amateur, eso se da mucho acá, mucha competencia en varias ligas. Voy, me dedico a jugar con amigos, los que invitan a jugar y uno va. Ahora, va a ser difícil seguir haciéndolo porque dirigiendo a los niños y los partidos oficiales, no se puede.
Tuviste 20 años de carrera, 11 títulos, ¿pero cómo nació tu pasión por el fútbol?
En Uruguay, desde los cuatro años, ando corriendo detrás de una pelota. Me crié en una cancha de fútbol y digo que voy a morir en una cancha de fútbol, porque mi vida ha sido fútbol y nada más. No me arrepiento de nada y muy agradecido con mi madre y mi padre, por la educación que siempre me han dado. Me decían: “Podés ser un buen jugador, pero no, hay que ser buena persona”. La gente que me conoce sabe muy bien lo que soy. El fútbol lindo me regaló 11 títulos, seis en Metapán y cinco en Comunicaciones, pero lo que más me llena es que toda la gente habla de mí como persona y no como jugador.
Jugar en ESA, en Guate, ¿te marcó alguna etapa más que otra?
No. Ambas. Las dos, porque en las dos fui ganador y la gente se identifica conmigo. Sería bien injusto, porque en las dos viví cosas lindas que nunca me voy a olvidar.
¿Te quedó alguna espina, en tu carrera?
Sí, haber jugado en la Selección. Eso es lo que más me duele y, lamentablemente, ya no voy a poder hacer nada. Porque cuando me nacionalizaron estaba en mi mejor momento, sentía que le podía ser útil a la selección, en todos los sentidos, me sentía muy bien, se me nacionalizó para eso, pero lamentablemente al final no se pudo. Y eso es lo que más me duele, porque yo decía un país que me ha dado tanto, lo menos que le puedo dar es mi sudor, mi sacrificio, para ayudar a hacer algo, pero no se pudo y es lo que más me duele.
Hay un rumor de que para tu nacionalización pediste una casa…
Mentira, mentira, mentira. Mentira, yo lo juré por mis hijos, ni para la gasolina me dieron, ni siquiera almuerzo cuando yo iba a hacer los trámites de nacionalización. Con eso, digo todo. Ni siquiera pedí para la gas, o sea nunca pedí nada por la nacionalización. Era un sueño que quería cumplir, porque quería que mis hijos me vieran jugar en la selección de El Salvador, pero nunca pedí nada. Nunca pedí ni siquiera un dólar para mi nacionalización. De todo corazón, lo hice. Era un sueño para mí jugar en el país de mis hijos, en el que me abrió las puertas, que me dejó vivir de la manera en la que viví el fútbol, porque en Uruguay no lo sentía como en la manera en que lo sentí en El Salvador y quería retribuir un poquito eso, poner un granito, un pequeño esfuerzo mío al país que me lo estaba dando todo. Y jamás pedí ni un dólar.
En su momento, tu nombre salió implicado en los amaños de partidos, ¿qué pasó?
Sí, me mencionaron y todo eso, mi nombre salió en los periódicos y eso. Pero yo, en todo momento, estuve tranquilo. Desde el primer día en que salió eso, me puse a la orden de la Federación, de la Fiscalía. Yo, desde que llegué al país, solo dos números de teléfono tuve, así que puse mi celular a disposición, mis números, mi número de cuenta del banco, mis transacciones, mi correo electrónico, mis redes sociales, todo a disposición de la justicia, de la Fiscalía. Y dije: ‘Cuando quieran que me busquen, voy, doy declaraciones, di entrevistas’, siempre tuve esa postura y nada. Siempre, cuando uno está en un buen momento, hay gente que lo quiere perjudicar a uno, solo por ganarse un segundo de fama. Yo, después, me enteré de quién era el supuesto testigo que fue a hablar mal de mí y, sinceramente, me dio mucha lástima, porque yo conozco sus necesidades. Y nada, después hablé con él y lo perdoné, le dije: ‘No pasa nada, te entiendo, te pude haber reventado a ti por acusaciones falsas, pero nunca lo hice’. Porque entendía sus necesidades y ya estuvo, ahí quedó todo. A esa persona, le dije: ‘No seas tonto, cómo vas a hacer esto, estás en un país que es bien difícil y si hacés eso capaz te mandan a hacer algo o hubiese sido peor la cosa’. Después, me pidió perdón, pero yo tranquilo, y lo perdoné.
¿Hubo algún equipo que te hubiera gustado jugar?
Sí, Alianza, porque siempre lo dije que es la mejor afición del país. Y si no jugué es porque amaba demasiado a Metapán, con eso lo digo todo.
A futuro, ¿te ves como entrenador de un equipo o dirigiendo una selección?
Primero, quiero ir paso a paso y ver cómo va todo. Pero claro, cuando uno empieza en una profesión, siempre soñamos con algo más grande. Pero no me quiero saltar etapas, ni nada, ir paso a paso y ver cómo me voy sintiendo yo como entrenador, con niños, y el siguiente paso puedo ser ayudante, el siguiente entrenador y así quiero ir paso a paso. Y en cada oportunidad que tenga ir aprendiendo mucho de las personas que saben de esto. Ahora, me está tocando leer libros, analizar partidos, y cosas así que son nuevas para mí, pero me gustan. Así que en ese sentido ilusionado con esta nueva etapa de mi vida, quiero ir paso a paso. Pero obvio, todos soñamos en grande y un día ser un entrenador importante, pero no me visualizo ni en ninguna selección, quiero ir paso a paso.
Pero en algún momento, ¿te gustaría dejar un legado a Metapán, darle parte de lo que te dio?
Sí, claro. Yo, a Metapán, voy a estar a la orden cien por ciento, para lo que me necesite. Y si me necesita para eso, ahí estaré algún día, yo sé.
¿No te llama la atención ser comentarista deportivo, como otros colegas tuyos?
Podría ser, estaría bien, porque todo lo que rodea el tema del fútbol me gustaría, y si se da la oportunidad más delante de estar en ese ámbito también lo aceptaría. Pero obviamente, es bien difícil porque tendrías que cambiarte el chip cien por ciento, porque cuando te metés en esa profesión tenés que hacerte un poco crítico y como a veces uno tiene muchos amigos que juegan al fútbol, capaz si me meto algunos se pueden molestar. Sería difícil por eso mismo, porque uno tiene que decir lo que ve, y no por ser amigo “de” voy a echarle la mano y hablar bien, o si no me cae bien, y aunque esté haciendo las cosas bien, voy a matarlo. No sería fácil para mí, pero sí me gustaría también, porque siempre estaría cerca del ambiente del fútbol.
¿Hay alguien a quien admire Paolo en la vida o en el deporte?
Sí, a mi madre: Sandra (Díaz). Es la persona luchadora, que somos lo que somos gracias a ella, y a ella es a la que admiro. La admiro en el tema de que es mi ídola por todo lo que nos inculcó, por todo lo que luchó por nosotros, todo lo que nos costó salir adelante y ella fue la única luchadora. Somos lo que somos gracias a ella. Y es por eso que es la que más admiro en esta vida y a mis hijos también.