Samuel López, Gustavo Barahona y Sandra Pérez tienen profesiones diferentes pero con una historia en común: los tres fueron cesados en sus trabajos debido a la crisis económica por el largo confinamiento, pero tras el golpe de su despido un agerrido espíritu los hizo levantar la cabeza y emprender un negocio.
Gustavo, un tripulante de cabina de una línea aérea, y Samuel, un abogado que trabajaba para un bufete, son dos amigos que unieron esfuerzo para montar una empresa de delivery; mientras que Sandra, una profesional de las comunicaciones, emprendió su negocio de pastelería y costura.
Estos tres profesionales han sido parte de los miles de salvadoreños que perdieron su empleo en medio de la pandemia por la paralización económica. Según cifras oficiales, son más de 80,000 personas despedidas en los últimos meses.
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Y según las proyecciones de ANEP en su reciente informe económico, el saldo de desempleados del sector privado formal al final de 2020 puede ser hasta de un 20%, es decir casi 140,000 personas que se quedarían sin trabajo. Esto implicaría un retroceso de 10 años en el empleo formal del país.
Ante este panorama, Diego Benítez, director de Empodérate, una empresa dedicada a potenciar talentos e investigación en Centroamérica explica que lo primero que debe hacer una persona que ha sido despedida es vivir el duelo natural de la pérdida de un trabajo, el cual durará entre una semana y un mes, luego hacer el desvinculamiento, es decir, dejar todo en orden para cerrar el ciclo de manera sana y con buenas relaciones.
Posteriormente, aconseja tomar el tiempo para analizar qué quiere hacer de su vida profesional. “Todo cambio nos da la oportunidad de hacer algo distinto, cada quien debe adueñarse de su carrera profesional y definir por dónde quiere que vaya. A veces caemos en trabajos que la vida nos llevó, pero no nos sentíamos realizados. Sería importante buscar un empleo que me de los recursos que necesito, pero que a su vez me autorealice”, explica Benítez.
El director de Empodérate reconoce que muchas veces no se va a obtener ese trabajo de una vez, pero sí hay que proyectarse, trazándose una ruta.
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Añade que no debe comunicar inmediatamente que está buscando empleo, sino que debe tomarse un corto tiempo para analizar su camino porque puede que la oportunidad que está buscando llegue muy rápido y que por no estar preparado la pierda.
Debe investigar el mercado para determinar qué están buscando las empresas y ver cómo sus habilidades pueden aportar, dice.
También recomienda actualizar el curriculum, ya que la persona debe entender que se enfrenta a una nueva normalidad y debe revisar su hoja de vida para adaptarla a esta etapa. “Tiene que enfocar el curriculum de acuerdo a la posición y empresa en la que va a participar. No se recomienda enviar el mismo curriculum a todos los puestos a los que va aplicar. Debemos adaptarlo a las empresas que estamos enviando. Es importante hacer esta tarea”, dice el director de Empodérate.
En esta época se ha vuelto clave que además de la experiencia y conocimiento profesional es muy valorado las habilidades blandas, es decir aquellas que involucran las facilidad de relacionarse con las personas, la comunicación, el manejo emocional, la capacidad para resolver conflictos, entre otros.
Otro aspecto que debe tomar en cuenta la persona despedida es prepararse para tener una entrevista efectiva considerando que muchas en la actualidad son de manera virtual, por lo que debe contar con las herramientas idóneas para ello.
¿Debe invertir ?
Con el despido llega la indemnización y para la mayoría existe el dilema de si invertir o no en un proyecto nuevo o decidise por ahorrar mientras halla un empleo.
Benitez recomienda que el primer paso sea ajustar el presupuesto con la nueva realidad y una vez que tenga claras sus obligaciones mensuales, lo ideal es que se proyecte para cuánto tiempo le alcanzará los recursos con los que cuenta.
“Debe comprender que, en los tiempos anteriores, el promedio de encontrar trabajo era de 4 a 5 meses, pero con la situación actual ese tiempo puede ser superior. Todo dependerá de dedique tiempo y esfuerzo en buscar el trabajo que requiere y no esperar que le llegue”, dice el capacitador.
“Si la indemnización le permite mantenerse por más de 6 meses, esa diferencia puede invertirla en certificados a plazos, pero siempre en plazos cortos en caso de que la requiera”, aconseja.
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Si pasan los meses y no lo llaman a los lugares que aplica, lo primero que debe hacer, recomienda, es enfrentarlo con responsabilidad y reflexionar acerca de que ajustes debe hacer a su propuesta y como está gestionando su perfil profesional.
“Normalmente pensamos que cuando no nos contratan es porque hay algo mal en nuestro perfil profesional y tal vez es que el perfil es más de lo que buscaban o no se ajustaba a ese tipo de puesto”, dice.
Por ello, recomienda trabajar en adaptar la propuesta al puesto y dedicar tiempo a fortalecer la autoconfianza, esto le permitirá venderse mejor ante los reclutadores, explica Benítez.
Emprender o no emprender
Muchas personas que han perdido su empleo o están suspendidos temporalmente (ver historias) optan por realizar alguna actividad que les permita no solo generar ingresos sino además, mantenerse activo y esto es lo más prudente, opina Benitez.
“Quedarse de brazos cruzados no es opción. Recomiendo analizar cuáles son sus habilidades y talentos, en qué tiene experiencia acumulada, tanto en la parte profesional como en la vida, para que aproveche esas destrezas en crear un emprendimiento”, dice.
Cualquier proyecto que decida puede generarle ingresos para salir adelante de manera momentánea o bien podría convertirse en un negocio estable que se vuelva su principal fuente de ingresos.