Sergio Ramírez (1942, Masatepe, Nicaragua) cuentista, novelista y creador en 2012 del Festival Centroamérica Cuenta, la más emblemática actividad de las letras en la región que aglutina a narradores y periodistas, habló con la agencia EFE sobre la necesidad de que el istmo centroamericano resurja fuerte de los embates de la pandemia, entre otros temas, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Panamá, que concluyó recientemente.
El novelista recordó que, como el resto de Latinoamérica, América Central ha sido “muy golpeada por la COVID-19”.
Según Ramírez, hay países como Brasil, Argentina y Chile que “siendo economías más desarrolladas, México ya no se diga, golpeados severamente, pero que van a tener caídas del producto interno bruto (PIB) descomunales”.
Lo mismo pasa en Centroamérica, “siendo economías más pequeñas, pero ojalá la recuperación de la pandemia ayude a una transformación de la perspectiva económica que nosotros tenemos y a cimentar esta idea tan despreciada de que si no estamos juntos es muy difícil que podamos caminar a largo plazo”, indicó el escritor.
“Los factores de dependencia se van a ir multiplicando, se van a ir atornillando si no entendemos que somos un solo país, con una sola vocación regional y que de la colaboración política, económica y social es que después de la pandemia debe resultar una verdadera transformación para el área centroamericana”, remarcó.
En Centroamérica viven unos 50 millones de personas, la gran mayoría pobre, dependiente de la economía informal o de las remesas familiares en el exterior que ya merman afectando a Honduras, El Salvador y Guatemala.
Casi todos estos países cerraron su economía a raíz de las cuarentenas e intentan una desescalada que ha traído un alza de los contagios, lo que a la vez ha llevado a frenar la reapertura.
Ramírez, de casta revolucionaria y que fue parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional tras el triunfo de la Revolución Nicaragüense el 19 de julio de 1979, no cree que los efectos de la pandemia vayan a generar una nueva literatura, pero reconoce que se han dado cambios en las formas de comunicación y de relacionarse.
El escritor estima que cualquier incidencia que pueda tener la pandemia en la forma de hacer literatura “está por verse” y “puede tomar su tiempo”.
Pero sí considera que lo que está ocurriendo “es devastador en el seno de la familia, de los individuos como tales, en el seno de las sociedades que estamos viviendo un fenómeno de replanteamiento de la civilización a través de las formas de comunicarnos, de relacionarnos”.
“La economía va a sufrir grandes cambios, la tecnología va a encontrar nuevos cauces, nuevas aplicaciones, y todo esto va a reflejarse en la literatura necesariamente, pero me parece que habrá que esperar”, manifestó.
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El fundador de Centroamérica Cuenta aseguró que la pandemia le ha dado el espacio que le ha quitado a otros, y esto le ha permitido el tiempo para dedicarse más a la literatura. “La literatura es un asunto de soledad y yo he aprovechado las soledades”, afirma.
Reveló que escribe una novela, “la tercera del ciclo negro del inspector Dolores Morales, que comienza con ‘El cielo llora por mí’ (Alfaguara, 2009) y sigue con Ya nadie llora por mí’ (Alfaguara, 2017). “Esta tercera cierra pues este ciclo de tres, y espero que, no tiene nombre todavía, estoy decidiendo, espero terminarla antes de fin de año y que esté publicada el año que viene”, precisó.
El escritor nicaragüense se reconoce como un veterano asiduo de la FIL de Panamá, desde sus primeras ediciones hasta esta última que ha sido la primera virtual por causa de la pandemia.