El París Saint Germain, que no accede a las semifinales desde 1995, y el Atalanta, revelación absoluta en su primera participación, se medirán hoy en los cuartos de final de la Champions, en un partido que representa la ocasión de la vida para ambos.
El estadio La Luz de Lisboa albergará un choque de estilos, entre el tremendo músculo económico del PSG, grande en Francia y aún en busca de coronarse en Europa, y un Atalanta que a base de organización y captación de talento se ha hecho un hueco entre los más grandes del continente.
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Dos equipos con filosofías opuestas se citan hoy, con un PSG en el que el brasileño Neymar, con su ficha de más de 30 millones de euros netos por temporada, gana como todo el Atalanta, en el que los jugadores mejor pagados son los colombianos Luis Muriel y Duván Zapata y el argentino Alejandro Gómez, con 1,8 millones por año.
El conjunto parisino llega con la mejor defensa del torneo (solo 4 goles recibidos) y tras remontar en los octavos al Borussia Dortmund. Pero el entrenador Thomas Tuchel debe gestionar una emergencia, las ausencias del argentino Ángel Di María, sancionado, y del francés Kylian Mbappé, que es duda, después del fuerte golpe en un tobillo sufrido en la final de la Copa de Francia.
En el Atalanta, el técnico Gianpiero Gasperini perdió por lesión a su portero titular, Pierluigi Gollini, y no podrá contar con el esloveno Josip Ilicic, media punta que arrolló al Valencia en los octavos con cinco goles en dos partidos, sufre problemas personales privados.
Pero la fuerza del Atalanta es el equipo y la organización. Gasperini armó a una plantilla que practica un fútbol total, en el que todos sus jugadores atacan y defienden y en el que Duván, autor de 18 goles en la Serie A, es el terminal ofensivo.