Sin duda los jugadores han sufrido un desentrenamiento progresivo por lo que disminuirán sus capacidades físicas, habilidades motrices y técnicas específicas del fútbol, con lo cual, se reduce la capacidad de recuperarse entre esfuerzos y afectara directamente en la perdida de masa muscular y en un aumento de grasa corporal. En definitiva, el riesgo de lesiónes es alto si el retorno a las actividades no es adecuado.
El ultimo juego oficial de la Primera División de Futbol Profesional fue el fin de semana del 8 y 9 de marzo pasado, son 160 días, cerca de 22 semanas sin un entrenamiento organizado especifico. Para poder determinar un tiempo prudencial e ideal en el que se planificaran las cargas de trabajo, se debe disponer del 50% del tiempo de inactividad para la preparación, es decir, en el caso de nuestra liga, 11 semanas de preparación, esto es el ideal, pero sabemos que no contamos con ese tiempo.
En la planificación se deben incluir 3 etapas: Etapa de adaptación, Etapa de pretemporada y Etapa Pre-Competencia.
Serán los preparadores físicos quienes deben diseñar de acuerdo a sus tiempos y sus metodologías la forma de como afrontarán este periodo clave previo al “Return to Play”, porque sin duda será una pretemporada atípica.
El balón deberá ser desde el principio el gran aliado de los futbolistas. Llevan mucho tiempo sin trabajar con él y familiarizarse pronto es básico a la hora de volver al campo. Más allá de que pudieron estar realizando algún trabajo aeróbico, preventivo o de fuerza, pero no específico del juego. Serán de mucha importancia los circuitos físico-técnicos para que vuelvan a tener sensibilidad con el balón y demás acciones específicas.
Así como de importante será el diseño de la pretemporada, también lo será el monitorear la evolución, respuesta y adaptación de cada jugador en las sesiones de entrenamiento para poder preparar mejor la siguiente carga.
La cuantificación la podemos realizar a través de Sistema de monitoreo GPS, aplicaciones WellNess, RPE (rate of perceived exertoin) o Indice de Esfuerzo Percibido, controlar el nivel de especifidad del entrenamiento son herramientas que arrojan gran cantidad de datos para controlar mejor el entrenamiento y evoluciones del jugador. Todo esto, sin dejar de lado la preparación psicológica que tendrá un mayor desafío en la cual se precisará en mayor medida la motivación y resilencia ante las preocupaciones que se pudieron haber vivido en este tiempo de cuarentena.
Los jugadores tendrán que reincorporarse primero a la realidad del entrenamiento, y no a la realidad de partido.