“La gente tiene conformidad de que si lo rescataron una vez lo van a volver a rescatar”. La frase de Rafael Antonio Ramírez, de 55 años, habitante de la Colonia El Manguito, cercano al turicentro Los Chorros, en La Libertad, resume la esperanza de residentes y extraños que añoran refrescarse en las aguas del popular balneario.
Don Rafa, como algunos lo conocen, afirmó que, luego de que las correntadas provocadas por la Tormenta Amanda afectaran un sector del centro recreativo y entraran en vigor las medidas contra la pandemia, la presencia de soldados es permanente en los portones que meses atrás daban acceso a cientos de turistas.
Él ve cada día a los soldados apostados en los portones debido a que por motivos se moviliza hacia San Salvador.
“Siempre a veces andan muchachos. A veces el fin de semana que estoy en mi casa veo pasar hasta seis, ocho muchachos que van con estilo de que se quieren bañar pero no lo logran, porque no los dejan entrar, no hay ingreso”, aseveró.
Don Rafael acaricia la idea de que el balneario, el cual ha visitado desde que tenía doce años y vivía en Santa Tecla, se reactivará porque otros vecinos le han comentado que le están haciendo trabajos de mantenimiento, como lo indican los camiones que ven salir cargados de tierra que supone están retirando del área afectada.
Explicó que con anterioridad, con el huracán Mitch este sitio de recreación fue afectado por otras tormentas y luego fue objeto de obras. Ese fue otro de los momentos en que los residentes en la zona pensaban que lo iban a cerrar pero no fue así, lo rescataron.
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Este fin de semana Diario de Hoy trató de contactar via llamada telefónica y Whatsapp a la encargada de comunicaciones del Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU) para obtener información de qué proyecto se ejecutará en el balneario pero al cierre de la nota no se obtuvo respuesta.
Con nostalgia don Rafael recuerda esos años de su niñez en que su madre le daba permiso y dinero para ir a Los Chorros en las excursiones de la escuela, pero también los tiempos más recientes en que la gente empezaba a aglomerarse frente a los portones desde las 7:00 a.m., pese a que el sitio abría sus puertas a las 9:00 para el ingreso de visitantes.
Según explica, más allá de ser un bonito sitio de recreación que en tiempos recientes solía frecuentar con su hija, el balneario representa una fuente de trabajo para quienes habitan en su colonia, algo que tras su cierre ha generado un impacto en sus ingresos.
“Hace unos ocho o nueve días falleció una señora que creo que parte de eso (del cierre) la afectó, porque ella con el esposo vendían pupusas en la mera entrada del turicentro, eso era su único sostén. A las cinco de la mañana los señores ya estaban con su plancha haciendo las pupusitas. Ahí hay varias personas que vendían en la entrada de Los Chorros”, comentó.
El impacto económico, según cuenta, también alcanzó a otra vecina que vende tortillas y que era proveedora de tortillas de los negocios que funcionaban en el interior.
“Ella vendía los fines de semanas casi cincuenta dólares. En estas fechas de fiesta en que se abarrotan los balnearios, vendía hasta sus ochenta dólares de tortillas. En ese aspecto a ella también le ha afectado bastante”, también porque su hijo trabajaba ahí y se quedó sin empleo.
El Hotel Monteverde que está por la zona también ha sido afectado. Rafael explicó que las habitaciones, que antes albergaban a turistas que llegaban a pasar el fin de semana para aplacar el calor en las aguas del turicentro hoy son alquiladas para vivir.
Ramírez ha sido testigo de los cambios que ha sufrido el lugar. Cita como ejemplo que en el sector que le llaman la Isla antaño había una piscina a la que solo dejaban entrar a los adultos porque era muy profunda, pero luego le colocaron una columna de dinosaurio, con una especie de lajas, que permitían a las personas pasar por el centro sin temor; además de que le añadieron un tobogán.
“Tiene tres piscinas grandecitas y una mediana. Ha habido bastante remodelación en el área de negocios, hay bastantes negocios higiénicos, también en los baños para cambiarse que son bien aseados”, citó.
Entre las ventajas que el habitante destaca del centro turístico es que está accesible a la ciudad, el ingreso tiene bajo costo y las aguas de las piscinas no son potables sino que provienen de nacimiento. Esas son las razones por las que él y sus vecinos confían que las autoridades de Turismo y Medioambiente valorarán para no dejarlo morir.