No solo fue Milli Vanilli: otros casos de artistas que fingieron cantar grandes éxitos

Las décadas de los 80 y 90 estuvieron marcadas por imitadores que se llevaron aplausos, fama, dinero y premios. Tras ellos, se esconden verdaderos artistas que trataron de reivindicar sus nombres.

Por Sara Castro

2020-08-07 8:00:19

Tú mueve los labios, nosotros cantamos. Así fueron los acuerdos inescrupulosos que llevaron a cabo algunos artistas, sobre todo, durante la década de los 90; donde reinaba el pop y se fortalecía la corriente electrónica.

Sí, el dúo alemán Milli Vanilli es la muestra por excelencia de estas grandes estafas. Y si no fue suficiente aquella escena de 1989, en el estado de Connecticut, donde la grabación quedó corriendo 18 veces en la estrofa “Girl you know it’s true”, y dejó entrever el engaño de Rob Pilatus y Fab Morva, existen otros secretos musicales donde reinó la fonomímica.

Muchos expertos señalan que la apariencia física tenía mucho más peso en la escena musical de hace 30 años que las buenas e inigualables voces terminaban detrás del telón, sin revelar jamás la verdadera identidad del intérprete.

Es así como el “lip-synch”, o la sincronía de labios, fue todo un “arte” apreciado por algunos productores o cazadores de talento que querían engrosar sus bolsillos a costa de una innovadora imagen.

Incluso el nombre del rey del pop quedó manchado gracias a esta práctica. Aunque el hecho no trascendió como el de Milli Vanilli ni fue una decisión tomada por el propio Michael Jackson, se supo que un álbum de canciones inéditas no fue precisamente grabado por él.

Muchos artistas aún recurren a los “playbacks”, sin embargo presentarse como un cantante y no saber absolutamente nada de notas, falcetes, timbres, etc., rebasaba toda desfachatez. Claro, en aquel “mundo anterior a Internet, se propagaban mucho más despacio” las noticias falsas o los videos que dejaron al descubierto tremendas imitaciones, según el portal español El País.

Pero para conocer otros casos y no dejar a Milli Vanilli como los únicos patitos feos de este impostor mundo, recorremos algunos casos de artistas —¿o imitadores?— y canciones que llegaron a la cima de los listados de popularidad, pero que, en realidad una historia oscura estaba detrás de ese éxito.

Y como lo reitera El País, en este tema solo se perpetua “un principio básico (y cruel): la gente guapa es la que sale en los videos, en las portadas y en el escenario. Aunque no cante”.

Baltimora: con el inolvidable “wooah-oh-a-whooh-ah-oh-ah” al inicio del tema “Tarzan Boy”, el grupo italiano Baltimora conquistaba el mundo de la música de los 80, pero a costa de un gran secreto. Quien en realidad creó este proyecto de música disco fue el productor Maurizio Bassi. Él reunió a un grupo de músicos y se dio cuenta que necesitaba a un “front man” para darle más fuerza al grupo. Es así como encontró en Milán al irlandés Jimmy McShane. Pronto la canción era todo un hit (cuenta con más de 183 millones de vistas en YouTube), pero McShane solo movía sus labios y su cuerpo, la voz era de Bassi. Las rencillas llegaron pronto y el creador y el imitador terminaron peleados y sin ningún otro éxito.

Foto Zebralasopa741.weebly.com

Milli Vanilli: el mundo conoce el gran éxito y la estrepitosa caída de estos corpulentos chicos con trenzas: en un show su pista quedó atascada revelando que ellos no cantaban “en directo”. Pero poco más tarde llegaría la estocada final: Charles Shaw y Brad Howell denunciaban que ellos eran las verdaderas voces del grupo Milli Vanilli. Fab Morvan y Rob Pilatus solo habían sido engañados por Frank Farian para prestar su imagen e interpretar sus temas. Un día, Farian dio una conferencia de prensa donde confesó el gran secreto, anunció que él era el propietario legal de Milli Vanilli y que Morvan y Pilatus estaban despedidos. Con esta bomba, la academia exigió, por primera y única vez, que estos imitadores devolvieran el Grammy que se les había otorgado como Mejor artista revelación (1990).

El mundo del espectáculo sugiere que Rob Pilatus (izq.) se suicidó por no soportar la presión y la vergüenza de la estafa pública. Foto FB  Fab Morvan Fan Page

Black Box: arribaron fuerte a la escena house con singles como “Ride on Time” (número uno en Inglaterra en 1989) y “Everybody Everybody” (1990). Pero en esa bailable música y enérgica vocalista había una turbia historia que pronto saldría a la luz. Katrin Quinol fue la modelo que apareció en videos y en las portadas de álbumes de Black Box, y aunque también era cantante nunca interpretó los singles de este proyecto. En realidad, Loleatta Holloway y Martha Walsh eran las potentes voces detrás del esbelto y atractivo cuerpo de Quinol. Estas mujeres, que no “cumplían los estándares” de aquellos tiempos, se cansaron e hicieron demandas judiciales. Quinol reconoció que cuando se dio cuenta de la trampa en la que fue enganchada “quise usar mi propia voz, era demasiado tarde: Black Box era un éxito. Estaba atrapada”.

Foto Blackboxhouse.eu

C+C Music Factory: el género house y el nombre de Martha Walsh vuelve a enrolarse en otra historia de mentiras y demandas, esta vez vinculadas al grupo estadounidense C+C Music Factory. “Gonna Make You Sweat (Everybody Dance Now)” fue un hit de 1990 y se posicionó en la casilla nueve del listado “100 grandiosas canciones bailables” de la cadena VH1. Y aunque la estela de este éxito aún perdura, la afroamericana que aparece en el clip y en la portada de los discos no es la verdadera cantante. El público de aquella época siempre creyó que Zelma Davis era la autora de la increíble voz de ese icónico “Everybody Dance Now”, de las animadas presentaciones en vivo (aunadas al baile), pero no era así.  En 1994 Sony Music resolvió este problema incluyendo un cartel informativo que aclaraba que Walsh era la verdadera voz del tema.

El grupo aún sigue brindando espectáculos. Foto EDH / AFP / YouTube

Michael Jackson: es casi inaudito que familiares y productores cercanos al Rey del pop, Michael Jackson, hayan permitido que otra persona prestara su voz para crear un nuevo producto musical del artista, aunque tuviera un timbre de voz increíblemente igual.
Luego de la muerte del intérprete de “They Don’t Care About Us” se lanzó un álbum de canciones inéditas del cantante. Aunque Michael fue un éxito de ventas, y paradójicamente su muerte seguía engrosando sus arcas, Paris Jackson, hija de la fallecida estrella pop, reveló que algunas canciones no fueron interpretadas por su padre, si no por alguien más. De acuerdo con la prensa internacional, Jason Malachi fue el cantante que dio su voz para producir este nuevo material discográfico. Y el propio Malachi lo admitió en su página de Facebook.

Foto AFP / FB Jason Malachi

Technotronic: desde Bélgica llegó a la escena house y hiphop un grupo conformado por el productor Jo Bogaert y la vocalista Ya Kid K, quien en realidad se llama Manuela Kamosi. El tema “Pump Up the Jam” irrumpió en las listas de popularidad de radios y programas musicales de televisión, y era un track infaltable en las discotecas y fiestas juveniles. Pero en ese psicodélico video —que en YouTube registra 180,928,846 de reproducciones— la protagonista solo hace una sincronía de labios. La responsabilidad de esa fonomímica recayó en la modelo Felly, quien no pudo resistir la presión y decidió no seguir participando, por lo que en el segundo sencillo “Get Up (Before The Night Is Over), Kamosi tomó las riendas del proyecto. El grupo no logró más hits.

Foto FB Technotronic Fan Page.

Modern Talking: después de la banda Scorpions, este dúo alemán también obtuvo gran fama internacional por temas como “Brother Louie”, “Chery Chery Lady”, “Geronimo’s Cadillac”, entre otros. Pero en 2001 se reveló una sorprendente confidencia: Thomas Anders y el productor Dieter Bohlen en realidad no cantaban. Se dice que Anders nunca entonó ni una palabra y su compañero apenas y cantó en algunos coros. Los verdaderos intérpretes de sus famosos estribillos eran tres cantantes profesionales, llamados Rolf Köhler, Detlef Wiedeke y Michael Schol. Los creadores del grupo se llenaron los bolsillos con sus más de 120 millones de discos vendidos, pero ello no fue suficiente para superar lo que llegó después de saberse la verdad: la vergüenza y la nula confianza para su nuevo proyecto musical.

Foto Sony Music