La pandemia por COVID-19 obligó a muchos emprendedores a detener, o incluso cerrar, sus negocios. Sin embargo, Alejandro Saravia, mejor conocido como El Borrego, vio otra oportunidad para ampliar su emprendimiento Diádolar, que consiste en la venta de bolsas de semillas y golosinas a domicilio.
“Al principio fue bien frustrante, porque recién acababa de sacar el microbús y yo dije: ¿cómo vas a cerrar?, ¿cómo lo vas a pagar?, pero te reinventás y te adaptás. Comprendí que el servicio que yo doy es un servicio de golosinas, pero hay mara que tiene dietas con esta onda”, explicó Saravia.
Aunque la entrega a domicilio siempre fue el fuerte de su negocio, el cierre de las oficinas, sus principales compradores, le causó una gran preocupación.
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“Antes vendíamos en gimnasios, en varios salones de belleza, en empresas, ahí sí fue un ¡no puede ser! Ya cerraron tal empresa… Sentí que se me empezó a cerrar todo, pero a la misma vez la esencia de nosotros siempre fue el delivery, entonces lo retomamos, no tanto de oficinas sino a colonias”, añadió. Y es que el dicho “cuando una puerta se cierra otra se abre”, le ajusta perfecto al también locutor de radio.
“Nunca me imaginé que iba a llegar a colonias de Soyapango, Apopa, Ciudad Delgado. Súper chévere encontrar un mercado entre toda la gente”, expresó.
Y es que lo que comenzó en 2017 como un negocio para tener otra entrada económica, se convirtió en un emprendimiento con local propio y un microbús para repartir pedidos.
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“Ahora, gracias a Dios tengo dos años de alquilar un local, solo para empacar, y ando en busca de la legalización de los permisos. Me gusta mucho este tema del emprendimiento porque desde chiquito mis papás me enseñaron a eso. Ya tengo esta plantita, donde hay cuatro familias que dependen de esto”, señaló.
Para El Borrego lo más importante es nunca dejarse vencer. “No tengan miedo, que no les de pena, salgan y traten de vender en Facebook, Twitter o donde puedan… más de alguna persona va a estar interesada en lo que nosotros vendemos”, aconsejó.