Gatos o perros son las mascotas más comunes de muchas personas, y si bien son muy diferentes entre sí comparten la cualidad de brindar compañía, alegría y consuelo, por lo que se ganan un merecido lugar en la vida y el corazón de sus amos. De hecho, tan grande es el amor de muchos propietarios, ya sea niños o adultos, que hasta duermen juntos por las noches.
Esto lo confirman los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Los Estados Unidos (CDC), según los cuales alrededor del 50 % de los dueños de mascotas en ese país norteamericano permiten que los animalitos compartan la cama con ellos.
¿Pero es una buena idea?
En una publicación del portal Healthline, Bill Fish, cofundador de Tuck.com, un sitio especializado en productos para dormir, sostiene que es positivo el que, por ejemplo, tu gato duerma contigo, pues según él esto le brinda a ambos una sensación de seguridad emocional y física.
Lo anterior, sin embargo, es en el caso de que el felino duerma tranquilamente durante la noche, pues de lo contrario la historia es diferente. De hecho, el veterinario Steve Weinberg explica que una desventaja es que los gatos son animales nocturnos, con lo cual el sueño de una persona puede verse interrumpido en las primeras horas de la noche o ser despertado a una hora muy temprana.
Debido a esto, “dormir con un gato puede ser contraproducente para los patrones típicos de vigilia-sueño de una persona, dice Weinberg.
Por otro lado, tampoco es recomendable si sufres de alergias a las mascotas o asma. En ese caso, “ni siquiera debes permitirles entrar en la habitación”, indica Derek Damin, de Kentuckiana Allergy, Asthma & Immunology en Louisville, Kentucky.
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Quizá no haya tanto problema si los animales están siempre en casa, pero si se escapan a la calle existen otras amenazas. La veterinaria Jennifer Maniet indica que fuera de casa están expuestos a portadores de enfermedades, que bien pueden ser otros gatos o perros, gusanos, pulgas, garrapatas, mosquitos y otros insectos.
“Todos estos portadores tienen el potencial de transmitir enfermedades como virus, bacterias, parásitos y muchas otras infecciones”, sostiene Maniet. Y agrega que también la caja de arena de los gatos de interior también puede presentar un riesgo de enfermedad para los humanos en el hogar.
En el caso de los perros, el portal Thelist.com explica que son carroñeros naturales y no tienen miedo de jugar o comer su propias heces. De ahí es posible que algo de eso se adhiera en sus patas o en el pelaje… Y llegada la hora de dormir, ¿sabes en dónde se quedan esos restos? Efectivamente, pegados en tus sábanas.
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Tampoco duermas con tu amigo peludo si muestra signos de enfermedad, como pérdida de cabello, erupciones cutáneas, estornudos, tos, letargo, vómitos o diarrea, por nombrar algunos”, recomienda la doctora Maniet y sugiere que cuánto antes hagas que lo revise un veterinario.