Tras cuatro meses y medio de suspensión por el coronavirus (Covid-19), la NBA reinició ayer su temporada regular, con dos partidos.
A primera hora, los Jazz de Utah y los Pelicanos de Nueva Orleans pusieron el sufrimiento y la alegría, al empatar sobre los últimos segundos en dos oportunidades (a 102 y 104), con ventaja en ambos episodios para los dos lados. Al final, la victoria se cerró a favor de los Jazz, por 104-106.
El máximo encestador por los de Utah fue el base Jordan Clarkson, con 23 puntos; mientras por los de Nueva Orleans, destacó el alero Brandon Ingram (23), y fue el mejor en rebotes, con ocho. Por su parte, un doble-doble lo consiguió el pívot francés de los Jazz, Rudy Gobert, de los Jazz, quien logró 14 puntos y 12 rebotes.
Gobert, con su camisa marcada con el lema “Equality” (Igualdad), anotó la primera canasta de la reanudación de la campaña, jugador cuyo contagio de coronavirus forzó la abrupta suspensión de la temporada, el pasado 11 de marzo.

En el segundo partido de la noche inaugural, Los Angeles Lakers tuvieron que ir de atrás hacia adelante para poder vencer a Los Angeles Clippers con marcador de 103 a 101, donde Anthony Davis fue el máximo encestador del encuentro.
El partido contó con un dominio repartido, porque en el primer cuarto fue para los Lakers, quienes comenzaron anotando por medio de JaVale McGee y lograron sacar ventaja de doce puntos para el final, pero los Clippers hicieron lo suyo con elementos como Kawhi Leonard y Paul George para reducir esa diferencia a 52-54 para los Lakers.
En el tercer cuarto, los Clippers se fueron con ventaja de un punto, pero para el cuarto final los aurimorados se fueron al ataque con más ímpetu y encontraron la ventaja definitiva. George fue el máximo anotador de los Clippers con 30 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias, mientras Anthony Davis marcó 34 unidades para los Lakers con 8 rebotes y 4 asistencias.
El inicio de la NBA dejó un gesto de protesta contra el racismo de jugadores y entrenadores de los equipos teloneros, quienes se arrodillaron durante el himno estadounidense. Los jugadores, con los brazos entrelazados, portaban camisetas negras con el lema “Black Lives Matter” (La vida de las personas negras importa), también grabado en el centro de la cancha sin espectadores de la “burbuja” de Disney World (Orlando).
