Más de 100 muertes por COVID-19 en el personal de salud durante 4 meses

Desde que apareció el primer caso de COVID-19 en el país han pasado 133 días, en donde profesionales de la salud han batallado en primera línea contra el virus. 104 han fallecido de acuerdo a registros no oficiales

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Con rosas y globos blancos el personal le dio el último adiós a la profesional de la salud. Foto EDH/ René Quitanilla

Por E. Chacón / Jonathan Tobías

2020-07-30 6:00:57

Las voces del personal de salud se siguen quebrando, las rosas siguen cayendo sobre los ataúdes que salen de los hospitales, ese clamor desesperanzado de “un compañero más” sigue martillando hasta lo más profundo en el gremio de sanidad. Y aunque el personal de Salud escucha cada día las sirenas de policías anunciando la salida de los cadáveres, nunca ese sonido es más estremecedor que cuando saben que ese muerto, es su muerto, su compañero, su colega, su amigo. ¿Es posible vivir cien veces ese dolor?

El registro extraoficial de decesos de personal de sanidad vinculados a COVID-19 y ligados a atención de pacientes con esa enfermedad ha pasado de las cien personas.

 

Fátima Alas y Alexander Coreas, representantes del Movimiento Dr. Salvador Allende y la Asociación Latinoamericana de Medicina Social, revelaron la cifra de 104 trabajadores de salud que han perdido la vida durante la pandemia. De ellos, 94 pertenecían al sector público y 10 al privado.

 

El movimiento Dr. Salvador Allende y la Asociación Latinoamericana de Medicina Social contabilizó 104 muertes de personal de Salud durante la pandemia de COVID-19. De ellos, 94 pertenecen al sector público y 10 al sector privado. Entre la cantidad total hay 35 médicos, 22 enfermeras, 30 administrativos, 15 de otras áreas profesionales y dos estudiantes de medicina. Ellos han brindado los registros más recientes, mientras el Ministerio de Salud evita dar detalles del costo de vidas humanas del personal de primera línea.

VER: “Jugaron con nuestra dignidad como familia de un profesional de salud”, denuncia hija de anestesista fallecido por COVID-19

Alexander Coreas y Fátima Alas, en representación del Movimiento y la Asociación, dijeron, ayer, que las muertes que denuncian se deben a la falta de insumos y equipo de bioseguridad.

Las denuncias de los voceros no son nuevas, ni son ellos los únicos en reclamarlo. Lo han hecho diversas asociaciones, sindicatos, el Colegio Médico y los mismos dolientes, cuando narran que llevó al desenlace fatal de su ser querido.

Varias personas e instituciones han dado sus muestras de condolencias a la familia del anestesista José Rivera. Foto: Facebook/Daniela Rivera Roque

Alas y Coreas declaran que, desde que inició la emergencia sanitaria en el territorio salvadoreño, la mayoría de personas que laboran en los hospitales, han tenido que equiparse por su propia cuenta de mascarillas, batas, guantes, entre otros insumos que son indispensables durante el trato con los pacientes. “El gobierno debe proveer de insumos de calidad y completos”, enfatizó Alas.

Ambos coincidieron en que el gobierno no está priorizando la vida del médico salvadoreño y, al contrario, han tomado decisiones para traer a personal de salud del extranjero y pagarles el viaje, alojamiento y recursos para laborar, mientras que el médico salvadoreño no cuenta con insumos para protegerse. Esto en referencia al grupo de médicos españoles que al país. “Debe ser prioritario que a los que se encuentran en primera línea se les cumplan derechos laborales y condiciones necesarias”, señaló a Alas.

Aclararon que no están en contra de los conocimientos que puedan aportar los profesionales de salud que vienen fuera del país, pero que se necesita antes suplir las necesidades laborales de médicos, enfermeras y especialistas nacionales.

Doctores William Soriano y Jorge Alberto Cañas murieron esta semana, se suman a la lista de más de 100 trabajadores de salud fallecidos durante el periodo de la pandemia. Fotos Colegio Médico

El Gobierno es sabedor de lo que ocurre entre su personal. Así o ha dejado ver el vicepresidente de la República, Félix Ulloa, quien ayer durante el discurso de bienvenida a un grupo de profesionales de sanidad españoles les dijo: “Vienen con un grupo de profesionales de la salud (en referencia a los salvadoreños) que ha demostrado en la práctica su entrega, cumplir a cabalidad el juramento hipocrático, demostrar no con palabras sino con la vida que se ha entregado de médicos, enfermeras, trabajadores de la salud de que el sacrificio para que el pueblo salvadoreño pueda salir en adelanto en esta batalla no son palabras, sino hechos”.

Pero a pesar de ese reconocimiento que hacen a los profesionales salvadoreños, las demandas por equipos de bioseguridad, acceso apruebas de laboratorio de COVID-19, un seguro de vida y de mejores protocolos parecen no ser resueltas; aunque en los canales oficiales con frecuencia se ve funcionario entregando equipo médico de protección personal.

El conmovedor video de un cirujano que despide bajo la intensa lluvia a su colega y amigo frente al hospital Rosales

Sin embrago, el presidente del Colegio Médico, Milton Brizuela, analiza que el Gobierno “está haciendo una estrategia para contrarrestar la mala imagen que tienen, pero en general no están haciendo un cambio. Que hayan sacado los equipos para toma de muestras a la plaza del monumento al Salvador del Mundo y que ahí hayan convocado al personal de Salud me parece una falta de respeto porque a ese personal tendría que tomársela en su lugar de trabajo. Y eso (acceso a pruebas) es lo que hemos estado pidiendo. El equipo de protección que están dando es el mismo. Tres mascarillas para el mes y dos N95. Y en este momento no solo está expuesto el personal que entra donde están los pacientes de COVID, está expuesto todo el personal porque todos los establecimientos de salud, sea hospitalario o no, están atendiendo pacientes con COVID”.

A pesar de que la Sala de lo Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia, le ordenó al ministro de Salud, Francisco Alabí que elaborara un registro del personal de salud que está en contacto directo con pacientes positivos a COVID-19 y que se infectado con el nuevo coronavirus, ese informe aún no se ha hecho publico.

Enfermeras despiden a una de sus compañeras fallecidas por COVID-19 en el Hospital Amatepec, de Soyapango. Foto EDH/ René Quitanilla

La cifra de contagios debe ser alta ya que con frecuencia en las redes sociales circulan solicitudes de donación de plasma para profesionales de sanidad o noticias en donde el personal recuperado está donando su plasma para los pacientes críticos.

El movimiento Dr. Salvador Allende y la Asociación Latinoamericana de Medicina Social solicitaron al Gobierno un mecanismo para el cumplimiento del Decreto Legislativo 620. El llamado es directamente al Órgano Ejecutivo de no seguir retrasando la publicación del seguro de vida para el personal médico en el Diario Oficial.

“Se debe de reconocer la lucha de todos los que han fallecido. Las familias han quedado sin posibilidades después de la lamentable pérdida de uno de sus seres queridos”, expresa Alexander Coreas. Además, hicieron un llamado enérgico a que cese la confrontación política entre los poderes del estado para que se tomen decisiones que beneficien al sector salud en medio de la crisis por el COVID-19. “Un pueblo divido no logrará salvar vidas”, fueron las palabras de Coreas, invitando al diálogo entre el órgano ejecutivo y legislativo. “El país está perdiendo valioso talento humano. Expresamos nuestra solidaridad con todos los que trabajan en primera línea”, dijo Coreas.

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En Centroamérica, la tasa de letalidad total de médicos es del 2.7 % , El Salvador tiene una tasa de letalidad de 9 %. Esta tasa de letalidad se calcula dividiendo el número de médicos fallecidos por COVID-19 (26 hasta el 15 de julio) entre el total de muertes reportadas por el Gobierno (286 hasta esa misma fecha). El resto de países de la región tienen tasas de letalidad en médicos de 0 % en Guatemala; 2 % en Honduras y 5% en Costa Rica, donde hasta el 16 de junio se reportaba la muerte de dos médicos, uno en ejercicio y otro jubilado. Nicaragua no ha sido incluida en este análisis debido a que el Gobierno de Daniel Ortega reporta a la OMS cifras mucho menores a las que reporta el Observatorio Ciudadano COVID-19.

“Hoy lloro por mi padre, pero más aún por haber jugado con nuestra dignidad como familia de un profesional de salud que perdió esta gran batalla”, escribió el pasado martes Daniela Rivera Roque, hija del anestesista José Guillermo Rivera. A la familia del profesional, el lunes le dijeron que él tenía el alta médica, pero cuando llegaron les informaron que había muerto el sábado.

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