Compañeros rinden homenaje al enfermero Marcos Rojas, recordado por su entrega al prójimo

Sus compañeros y amigos describen su vocación, su diligencia, su amor al prójimo y su eterna sonrisa. Piden al presidente Bukele se asigne la plaza que el fallecido tenía a su viuda, que es enfermera, quien estpa desempleada y debe cuidar al hijo de ambos.

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Homenaje a Marcos Rojas, enfermero de la Unidad de Salud de Colón, en La Libertad, quien falleció a consecuencia del COVID-19. Foto EDH/René Quintanilla

Por René Quintanilla / Susana Joma

2020-07-21 5:22:55

Un altar con copias de fotos impresas, con flores y velas, son parte de las muestras de cariño con las que Marcos Rojas, un enfermero de la Unidad de Salud de Lourdes, Colón, en La Libertad, es honrado por sus compañeros luego de que falleciera el domingo víctima de COVID-19.

Los colegas de Rojas, quien tenía cerca de 28 años de servicio en el Ministerio de Salud, están conmocionados, sin asimilar que ya no lo verán cada día cumpliendo su trabajo con diligencia, con amor al prójimo y siempre con su gran sonrisa.

Marcos Rojas, enfermero de la Unidad de Salud de Colón, en La Libertad, falleció a consecuencia del COVID-19. Foto EDH/René Quintanilla

En la mencionada unidad de salud el licenciado Rojas tenía siete años de laborar y se desempeñaba como enfermero comunitario.

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Yazmín Merlos, jefe de enfermas, explicó que el domingo a las 10:00 a.m. la esposa les informó que había fallecido en el Hospital Saldaña, en donde había sido ingresado hace aproximadamente diez días.

Aunque los compañeros se reunieron en la unidad de Salud con la idea de acompañar a la viuda pero al final, dada la complejidad de los protocolos con que se manejan los fallecimientos por COVID, optaron por hacerle un pequeño homenaje con el altar en las afueras del centro asistencial.

Personal de salud colocó un altar para rendir homenaje al enfermero, quien se caracterizó por su amor al prójimo. Foto EDH / René Quintanilla

Merlos subrayó que Rojas, quien tenía tres años de casado y deja en orfandad a un niño de un año y cinco meses, fue un enfermero humanitario y como empleado siempre acató las asignaciones de tareas sin hacer mala cara, siempre estaba dispuesto al trabajo y a dar más, incluso le tenía que recordar que era hora de marchar a casa. Nunca tuvo una queja de él.

“Estaba contento que se iba a jubilar, que iba a ir a hacer su casita en el pueblo donde su mamá, que se iba a ir a vivir allá, porque a él le encantaba la agricultura”, recuerda la jefa de enfermeras.
Aseguró que él siempre andaba con una sonrisa, nunca se le vio enojado.

El técnico en enfermería Gerson Alexander Dimas Barahona, quien también labora en la Unidad de Salud de Colon, sostuvo que tuvo el privilegio de trabajar con el licenciado Marcos Rojas nueve años; de ello recuerda cuando coincidieron laborando en un equipo comunitario de salud familiar (Ecomóvil).

Dimas Barahona afirmó que más que compañeros fueron amigos, una amistad que se forjó cuando como parte del Ecomóvil recorrían los cantones de San José Villanueva y Huizúcar para atender a población desprotegida: “Eran horas de caminatas, eran horas de charlas, eran horas de trabajo largas”.

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El técnico, al igual que la enfermera Merlos, manifestó que Rojas fue una persona que daba más de lo que tenía que dar.

“Fue desde hace diez días más o menos que lo vimos mal, enfermo. No parecía el mismo y eso nos pareció extraño porque él no era de esas personas que le iba a decir que se sentía mal, o que buscara un lugar para descansar, nunca. Él fue una persona activa, que buscaba qué hacer y si en su área y ha había terminado con lo que tenía que hacer iba a otra área y preguntaba en qué poder colaborar”, comentó.

Cuando vieron que su compañero estaba decaído, que buscaba un lugar para descansar, se afligieron y decidieron que se tenía que hacer estudios, los que lastimosamente no salieron bien y lo mandaron a casa a descansar.

El personal de la Unidad de Salud afirma que desde ese momento estuvieron atentos a la evolución de su compañero y tras hacerle una llamada e identificar que se escuchaba muy cansado le indicaron que llegara a la institución para que lo revisara el médico, luego fue remitido al hospital.

“Todavía el sábado habíamos estado pendientes de él. Nos enteramos que había logrado hablar con la esposa y creímos que todo estaba bien, que todo iba dando resultado; lamentablemente las enfermedades son así”, lamenta Dimas Barahona.

Asegura que les duele que se haya ido de esa manera porque era una persona muy buena, que amaba su profesión, amaba su trabajo, que emanaba ese amor hacia el prójimo y servir a quien lo necesita.

Otra compañera, María Alicia Valladares de Rodríguez, quien conocía al enfermero Rojas desde hacía unos quince años, aseguró que “fue una persona intachable, humanitario, carismático con ese don de ayudar al prójimo, que amaba lo que hacía”.

Valladares de Rodríguez afirma que aún cuando él ya tenía cuatro días de andar enfermo, que solo él sabía cómo se sentía, manifestaba esa alegría para todos.

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“Para nosotros como Minsal, como enfermería ha sido una perdida que difícilmente vamos a poder superar. Si apenas lleva pocos días y se siente que está aquí todavía. Se llega al lugar donde hemos hecho su altar y se siente que está aquí con nosotros”, afirmó con voz entrecortada.

La enfermera De Rodríguez comentó que días antes de que Rojas cayera enfermo les manifestó a unas compañeras que había tenido un sueño de que iba para el cielo y estando en el mismo sueño dijo yo no puedo estar todavía aquí porque estoy vivo y se regresó.

“Incluso el día jueves de la semana pasada él me puso un mensaje que allá me esperaba con el Señor, y (es que) en el fondo el licenciado sentía que ya estaba preparado para estar ante la presencia de Dios, que su misión aquí ya había terminado”, comentó sobre un compañero y amigo al que asegura nunca podrán olvidar.

El personal de la Unidad de Salud de Colón, con amor y solidaridad, ha pedido en redes sociales al presidente Nayib Bukele que asignen a la viuda de Rojas la plaza que este ocupaba, ya que ella es enfermera desempleada y tiene que sostener al hijo de ambos.