Tres historias de sobrevivientes de COVID-19 que ahora donan su plasma
Marleny Venegas, Salvador Reyes y Elmer Vásquez son tres sobrevivientes del coronavirus y como una forma de agradecimiento donan plasma convaleciente para ayudar a superar el virus a otros salvadoreños.
“Saber que una persona va a vivir con mi plasma no tiene precio”, dice Marleny una sobreviente del coronavirus.“El pinchón del amor”, es como Flor Marleny Vanegas llama al acto de donar plasma convaleciente, el cual sirve para tratar a los pacientes de coronavirus en estado crítico. Vanegas superó la enfermedad y después de 15 días de haber recibido el alta volvió al hospital, no para ser ingresada nuevamente, sino para “regalar” vida a otras personas que padecen del virus.
“Ese es el pinchón del amor, lo mejor que podemos regalar en este tiempo. Con ese pequeño pinchón les damos una oportunidad al paciente de reunirse con su familia, les regalamos alegría”, manifiesta la sobreviviente del covid-19.
Atrás quedaron esos 24 días de sufrimientos y tristezas cuando la operadora del Sistema de Emergencias (SEM 132) padeció el virus, días en las que fue trasladada de un hospital a otro y vió morir a muchas de las personas que eran sus compañeros de habitación.
“Yo vi como muchas personas se desplomaban, no resistían a la enfermedad. Me enteré de la muerte de muchos pacientes que estábamos en el mismo cuarto. Yo recuerdo que les escribía a sus familiares y me daban la noticia que esa persona había fallecido. Es muy duro todo esto”, recuerda entre lágrimas.
Por ahora, Marleny agradece a Dios la nueva oportunidad de vivir y volver a compartir con su familia, agrega que en forma de agradecimiento y por la experiencia vivida fue que se decidió a donar plasma convaleciente.
“Yo sé que es que es estar en un hospital queriendo vivir, queriendo luchar y si Dios me dio ese regalo de una nueva oportunidad yo dije que tenía que ayudar a los demás. Yo lo viví en carne propia, viví que es estar común oxígeno y tener que ese pánico de respirar menos. Si Dios me dio la oportunidad de superarlo, por qué no ayudar a los demás, si ellos también tienen familia, si ellos también tiene sueños, ellos quieren vivir y lastimosamente no a todos se nos dan las mismas oportunidades”,manifiesta.
Marleny cuenta que el día de su donación en el hospital Rosales le preguntaron para quien era su plasma y ella solo respondió que no tenía a alguien en específico, que lo utilizaran con quien necesitaran. Para su satisfacción, relata que en ese momento llegó la jefa de la Unidad de Cuidados intensivos del referido nosocomio al laboratorio a buscar plasma de su mismo tipo sanguíneo.
“En ese momento llegó la jefa de UCI y casualmente necesitaban mí mismo tipo de sangre A+ porque estaba agotado, cuando pidieron dijeron que mi plasma era compatible. Ya mi plasma se utilizó de una sola vez”, detalla.
La donante dice que la mayor satisfacción que tiene es que la persona que recibió su plasma posiblemente ya volvió a ver a sus familias, cumplirá sus planes y para ella “saber que una persona va a vivir con mi plasma no tiene precio”.
Marleny detalla que ya está preparada para donar por segunda vez e invita a todos los pacientes recuperados para que se acerquen a los hospitales establecidos y que también “donen vida”.