Así se prepara el equipo encargado de enterrar a los fallecidos por COVID-19 en el cementerio de Soyapango
El cementerio municipal Jardín de Soyapango es el único de la localidad que realiza inhumaciones bajo el protocolo COVID-19. Desde el 30 de abril hasta el 5 de junio habían realizado 135 entierros. El protocolo de seguridad es determinante para salvaguardar al personal.
Por Yessica Hompanera
2020-07-08 4:57:54
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Un grupo de empleados del cementerio Jardín, en Soyapango, se preparan desde tempranas horas para enterrar a todos los fallecidos bajo sospechas de COVID-19 en los diferentes hospitales del municipio, y que son enviados a este camposanto. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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El personal utiliza un estricto protocolo de prevención y bioseguridad lo que ha permitido que ninguno de ellos haya resultado contagiado de COVID-19 hasta la fecha.
Foto EDH/ Yessica Hompanera
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El equipo utiliza trajes de protección dos y tres, dependiendo de la función que tengan en cada sepelio. Cada uno utiliza tres pares de guantes para protegerse. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Mario Lorenzana comenzó a trabajar en el cementerio en 2018 sin saber que se enfrentaría a la pandemia. Además, de prestar sus servicio en el cementerio Jardín, es promotor de salud de la alcaldía de Soyapango. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Alberto Alas tiene 42 años de edad, de los cuales 10 los ha dedicado a la vida de sepulturero. Recuerda los rituales de los parientes para despedirse de sus seres queridos. Ahora todo eso quedó en el pasado, incluso para él, que ahora tiene que cubrirse de pies a cabeza con un traje de bioseguridad.
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Cindy Beatriz Gómez es encargada de atender a las personas que llegan a despedir a sus familiares al cementerio Jardín. Al igual que el resto del personal debe de estar con un traje de nivel dos para evitar los contagios. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Saraí Hernández tiene 28 años de edad y dos años de trabajar en el cementerio Jardín. Uno de los cambios que ha experimentado es utilizar trajes para protegerse de COVID19; a pesar de no tener contacto con los cadáveres, su deber es atender a los familiares y brindarles comodidad frente al dolor de la perdida.
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América Carpio esta a cargo del cementerio Jardín, atiende directamente a los parientes de los fallecidos. Ha tenido que lidiar con el dolor de los dolientes.
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Marco Servellón es el Administrador de cementerios generales de Soyapango y explica que los sepelios bajo el protocolo COVID-19 son difíciles y traumáticos para los familiares. Asegura que hasta el momento se han seguido de manera rigurosa los protocolos de seguridad y no han reportado ningún trabajador infectado.
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Ernesto Orellana, de 36 años de edad, lleva dos como trabajador del cementerio. Antes de llegar aquí, administró un negocio de comida mexicana. Ahora es el encargado de enterrar y desinfectar a los ataúdes cuando llegan al camposanto.
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Carlos Rosa es uno de los más jóvenes del grupo de sepultureros del cementerio Jardín. Con 21 años aprendió a trabajar con un traje de bioseguridad bajo el sol o con la lluvia. Este es su primer trabajo. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Diego Ponce es el más nuevo del equipo. Inició a laborar en el cementerio Jardín en plena pandemia, el 3 de junio.
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Cada integrante del grupo que realizará la inhumación debe revisar minuciosamente cada detalle del equipo de protección, porque un descuido puede ser la diferencia entre la vida y al muerte. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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El grupo para cada sepelio está compuesto por entre cinco y siete integrantes, uno de ellos tiene la tarea de realizar la fumigación en todo el proceso. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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El ataúd con los restos de los fallecidos por COVID-19 debe ir debidamente embalado para poder ser recibido en el cementerio. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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El cementerio Jardín es el único que recibe fallecidos por COVID-19 en el municipio de Soyapango. El primer sepelio bajo este protocolo en este lugar fue realizado el 30 de abril. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Cada ataúd es desinfectado detalladamente ante de iniciar la inhumación. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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El equipo también se desinfecta cada vez que tiene contacto con el féretro durante el proceso de enterramiento. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Hasta el pasado 5 de junio, el cementerio Jardín ha realizado 135 sepelios bajo el protocolo COVID-19. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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El proceso de enterramiento es agotador y el traje de protección lo hace más complicado. Uno de los colaboradores descansa mientras esperan el siguiente sepelio. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Un equipo descansa mientras espera la llegada de otro cadáver. Según explican hay días complicados en los que realizan hasta siete sepelios. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Despojarse del traje de bioseguridad es un proceso que requiere de mucha concentración, pues es en ese momento que también se puede dar un contagio al hacer contacto con un superficie contaminada. Cada paso va precedido por la desinfección. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Hasta el momento ninguno de los colaboradores en el cementerio Jardín ha sido infectado por COVID-19, a pesar que llevan más de dos meses realizando sepelios bajo el protocolo. Foto EDH/ Yessica Hompanera