Si Ortega y Maduro fueran de derecha, otra sería la historia

José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, censuró el respaldo de Luis Almagro, secretario general de la OEA, a Bukele, pese a las actuaciones abiertamente dictatoriales

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Muchos salvadoreños que quedaron varados en el exterior ante el COVID-19 esperan por su retorno al país. Foto: Archivo

Por El Diario de Hoy

2020-07-06 7:59:54

Lo que mantiene a Ortega en el poder, a él y a su impresentable mujer, la Murillo, es un único hecho: decir que son muy de izquierda aunque en Nicaragua prosperen negocios y empresas de diversa índole, entre ellas las de Bayardo Arce, que en la piñata sandinista fue señalado de robar muchas propiedades y bienes de personas y familias vinculadas en alguna forma a los Somoza, para ser por hoy uno de los hombres más adinerados del país.

Los nicaragüenses saben que los sandinistas estuvieron involucrados en los sucesos que culminaron con el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, provocando el “chamorrazo” que tanto les convenía y que hundió a la relativamente benigna autocracia somocista.

Pueden ustedes, estimados lectores, estar seguros de que de ser Ortega un dictador de derecha, como fue el segundo general Somoza, “la comunidad internacional” habría desplegado toda clase de artimañas y actos de fuerza para derrocarlo, desde bloquear el suministro de combustible hasta emplear artefactos nucleares, como en cierta forma sucedió al general Augusto Pinochet: todo se puso en movimiento hasta forzar su salida del poder. Fue únicamente por intervención directa de Margareth Thatcher que Pinochet no fue entregado al gobierno español, que lo habría encarcelado por mil años…

Decir que es “socialista” o de izquierda es lo que sostiene a Maduro a la cabeza de la narcodictadura venezolana; si fuera un dictador de derecha ya lo tendrían en Guantánamo amarrado de las patas a la cabeza con pita de cáñamo, de la fuerte. Ser comunistas es lo que ha salvado a los Castro…

Cada vez se plantea más entre los salvadoreños que el magnicidio de Chamorro y el levantamiento que provocó en Nicaragua llevó a los rojos en esta tierra a asesinar a nuestro San Romero, un espantoso magnicidio que calcularon iba a desatar una insurrección popular. Como no se dio el levantamiento, provocaron desórdenes y tiroteos en su entierro, cuando se sabía que todas las fuerzas de seguridad del país, y previendo esa clase de incidentes, estaban acuarteladas.

Por desgracia, las organizaciones hemisféricas que en teoría deben defender la democracia y la libertad, el bienestar de nuestras naciones, han caído en manos de personajes sin méritos, como la OEA. José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, censuró el respaldo de Luis Almagro, secretario general de la OEA, a Bukele, pese a las actuaciones abiertamente dictatoriales del gobernante salvadoreño. Para sorpresa de muchos, este Almagro fue reelegido como secretario de la OEA, según se denunció en varios medios, por imposición de Estados Unidos.

El Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, dijo al respaldarlo que Almagro “es un guardián sin miedo frente a los regímenes autoritarios” y que “cree en un multilateralismo que hace que la gente rinda cuentas, que pone nuestras ideas sobre la mesa, que fuerza a los países a tomar una posición”, lo contrario de las impresentables actuaciones de Almagro.

Dios quiera que nuestro pequeño navío logre salvar las terribles tormentas que sacuden al mundo

Lo que está sucediendo en muchos países, lo que amenaza a Argentina y a Colombia, lo que estamos sufriendo en El Salvador, debe comprometer a todas las personas de bien, a la gente honesta y decente, a defender su democracia y las instituciones de las sociedades libres, pues la alternativa es la barbarie, quedar a merced de esquemas totalitarios, de dictaduras que persiguen, que amenazan, que matan y saquean.

Debemos luchar para que el pequeño barco, El Salvador, donde vamos todos, no encalle, que logre vencer los turbulentos mares, mantenernos a salvo de los monstruos marinos que siempre acechan, más ahora que la tormenta espantosa sacude todos los océanos de la Tierra.