“Se le informa a todo el personal que pueden salir a los pasillos a despedir al doctor Coto”. Ese fue el demoledor llamado que se escuchó el lunes a través de los parlantes del Hospital Nacional Rosales.
Minutos después, una camilla cruzó uno de los pasillos principales. Médicos, enfermeras, y personal administrativo suspendió momentáneamente sus labores y se asomó. Aplaudieron fuerte mientras sobre la camilla yacía uno de los suyos. Algunos colocaron una flor blanca sobre el plástico negro que cubría el cuerpo del médico.
Los héroes de la salud y víctimas del COVID-19 a los que no ha habido tiempo de llorar
Sergio Ricardo Coto, un experimentado médico del Rosales, fue despedido como un héroe. A medida que la camilla se alejaba del pasillo, los aplausos se escuchaban más fuertes.
El profesional de la salud perdió la batalla contra el COVID mientras luchaba para salvar vidas. Laboraba como médico nefrólogo en el Rosales.
Hasta el 6 de julio, se registran 45 decesos entre el personal de salud a causa de la enfermedad. Cansancio físico, emocional y psicológico, así como reutilizar trajes de bioseguridad son factores que han tenido en contra.
El doctor Coto fue diagnosticado con COVID desde hace dos meses, por lo que fue intervenido.
Familiares y amigos solicitaron donación de sangre para salvar su vida, pero el profesional de la salud no consiguió ganar la batalla y murió en las instalaciones del hospital en donde trabajó durante 30 años.
“El doctor Cotito, era una muy linda persona, muy querido y dedicado a sus pacientes, lo querían todos en el hospital, si los pacientes le pedían un favor, él no se negaba”, asegura una compañera de trabajo.
Visiblemente consternado, todo el personal médico lamentó el deceso del médico. Pero no fue el único. También les tocó despedir a Dora Portillo, una enfermera que laboró por 25 años y quien también falleció el día anterior en el mismo hospital.
De acuerdo a fuentes del centro hospitalario, no menos 25 empleados del hospital han fallecido a causa del virus.
Apenas la semana pasada, un grupo de empleados del hospital Rosales denunciaba la falta de equipos de protección y su clamor se resumía en las palabras de la representante del cuerpo de enfermería: “No queremos que nos llamen héroes, nosotros somos víctimas”.
Expertos del gremio aseguran que la cifra de decesos entre el personal de salud podría ser más alta. Entre las principales causas que señalan están la falta de equipo y el cansancio producido por las extenuantes jornadas de trabajo, puesto que los turnos se han triplicado.
El presidente del Colegio Médico, Milton Brizuela, lamenta que no se esté cuidando al personal de primera línea como se debe y no tengan ni el equipo necesario para trabajar porque en muchos de los casos los médicos deben de reutilizar los trajes de bioseguridad cuando estos deberían de ser desechados por ser focos de contaminación.