¿A quién intubar? Decisiones éticas que enfrentan los médicos durante la pandemia
¿Y si el enfermo es tu pariente? y si tu fueras el médico ¿ con qué criterios decidirías? En la lucha contra el virus, los médicos y enfermeros deben tomar difíciles decisiones que, muchas veces, definen si un paciente vive o muere .
En medio de cientos de contagios diarios y hospitales saturados de pacientes en El Salvador, el estrés diario en el que vive el personal de Salud es permanente. Asfixiante.
En semejante escena, médicos y enfermeros deben tomar decisiones rápidas, eficaces y eficientes que tienen el objetivo de salvar la mayor cantidad de vidas posible. Y aunque no es una guerra, la cantidad de personas que sufren angustia y muerte ofrece un panorama de batalla, con el virus, población y médicos como protagonistas.
Pero no todo es blanco y negro. ¿Cómo deciden a quién aplicar un ventilador mecánico, y a quién no? ¿Cómo se determina que una persona sí sea intubada para mantenerle con vida, y a otra se le manda a otra unidad o se le hace esperar, con el riesgo de que muera? ¿Qué tanto pesa el rol social del paciente, que podría ser una maestra de 24 años, un padre de 42 con 5 hijos, un doctor de 72 años, o un reo de 22 años que enfermó en el sistema carcelario?
Entra en juego la ética en medicina, también llamada bioética, donde el personal médico debe tener lineamientos claros sobre cómo proceder. Y a veces, incluso con estos lineamientos, a los médicos les queda la sensación de no haber hecho lo suficiente, y las familias quedan desgarradas por la impotencia.
El doctor Iván Solano Leiva narró en la entrevista televisiva de Frente a Frente, el martes 30 pasado, una experiencia que vivió, donde a eso de las 6 de la tarde de un día reciente atendió a un hombre de 34 años, con obesidad mórbida, diabético no controlado. Cuando Solano Leiva llegó al hospital privado, le informaron que no había dónde atender al paciente, que estaba todo saturado.
“Encuentro al señor parado, con su frecuencia respiratoria incrementada y decido ponerle el oxímetro de pulso (para medir su oxigenación). Ese hombre de 34 años, que debería tener como mínimo 96 %, estaba con una saturación de 80 % y sumamente cansado. ¿Qué me tocó hacer? Hacerle una referencia y mandarlo al Seguro Social, que él era asegurado”, continuó narrando el médico Solano Leiva.
Pero la referencia no fue efectiva. “Como a eso de las 9 de la noche, me escribió la esposa diciéndome, ‘doctor, todavía estamos acá y no nos han atendido todavía’. Pero no es porque los colegas o el personal de Salud no quiera atender, es que están llenos. Entonces, ahí uno se ve en el dilema ético. Esa es la realidad de lo que está pasando. Es dramático ya. El personal de Salud se ve en la necesidad de decir ‘mire quién está peor de todos’ e ir viendo; pero ese tiempo es crítico, porque si yo estoy en un periodo en el que mis pulmones comienzan a fallar, yo debo recibir la atención lo más pronto posible para evitar que la enfermedad progrese”.