San José, ejemplo para los padres

Mientras más leemos sobre la vida de Jesús, más luz tenemos sobre la existencia y las cualidades paternas de José.

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Paolo Lüers

Por Mario Aguilar Joya

2020-06-20 5:49:15

No es raro que cuando se lee la Biblia en busca de información sobre la vida o las características de José de Nazaret, el padre terrenal de Jesús, nos quejemos con que se dice muy poco de él. Llegamos a creer que los Evangelios son lacónicos en cuanto a la persona de José, esto es porque no se habla nada de su nacimiento ni muerte y lo que se menciona de su vida es muy breve; además no se cita ninguna palabra suya. Sin embargo, sí sabemos mucho sobre San José y lo que conocemos de él lo aprendemos a través de Jesús; aprendemos de José por sus sueños y podemos imitar a José como padre revisando las acciones que siguieron a sus sueños. Estos son los tesoros ocultos de la vida de San José, el padre custodio de Jesús.
Aunque se mencione implícitamente poco sobre San José, es mucho lo que la Biblia nos dice de José de Nazaret. Esto es tanto por lo que se sabe de él por otros escritos no bíblicos, como aquello que los hagiógrafos han logrado desentrañar de lo que se menciona en “entre líneas” en la Biblia. De hecho, mientras más leemos sobre la vida de Jesús, más luz tenemos sobre la existencia y las cualidades paternas de José.
El Papa Francisco ha mencionado al menos tres características de San José que lo hacen un buen padre y de las cuales deberíamos tomar ejemplo:
1.- Padre: San José asume su misión y su papel acompañando a Jesús el Hijo de Dios, en silencio y sin juicios. Es decir, desarrolla el papel de ser padre como tal, en el aspecto amplio de su significado y no únicamente el proveedor material. Entender que ese cargo para el puesto viene con los temores, dudas y aprensiones de cualquier ser vulnerable; pero también llega con los anhelos, alegrías y recompensas que da la sensación de haber hecho bien el trabajo al ver a los hijos formados y de bien para sus nuevas familias y la sociedad.
2.- Trabajador: En la época de Jesús, los hijos habitualmente aprendían el oficio de sus padres, de manera que lo que se dice de Jesús en Marcos 6:3, (¿No es éste el carpintero, el hijo de María…?), es válido también para José. La palabra original del griego es tekton, de la cual se traduce “carpintero” pero que en sentido amplio podría ser una persona que se encarga de la construcción, muy parecido a lo que un albañil hace en nuestros días. Antes como ahora, la característica de ser un trabajador responsable es casi siempre sinónimo de ser un buen padre.
3.- Obediente: La obediencia de San José siempre fue en silencio. Cumplió lo que se le pedía con el silencio y la sabiduría que solo han perfeccionado los buenos padres. Su obediencia siempre estuvo precedida de un sueño; como son los sueños de cualquier padre, con la esperanza que serán siempre para la seguridad y el bienestar de sus hijos. San José nos enseña a alentar los sueños que tienen nuestros hijos, a hacer crecer a nuestros hijos a la par que les ayudamos a que crezcan sus sueños.
En 2015, el Papa Francisco nos manifestaba que los padres de familia actuales deberíamos tener de modelo a San José en estos tres aspectos: “Descansar en la oración al Señor, crecer con Jesús y con Santa María y ser una voz profética en la sociedad en que vivimos”.
Es siguiendo estas virtudes especiales que podemos hacer realidad el ser mejores padres y así se cumplirá en nosotros, lo que bien menciona la Encíclica Redemptoris custos (Juan Pablo II 15 de agosto 1989): San José “Custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia”. Hacer de San José, el padre custodio de Jesús, un referente de paternidad para la humanidad.

Doctor en Medicina y Teología.