A mediados de abril, los días de la salvadoreña Dolores Serrano Pacas transcurrían con normalidad en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, cuando de forma repentina comenzó a presentar fiebre muy alta, dolor muscular y tos. Pocos días después mostró un síntoma más alarmante: dificultad para respirar. Fue esta mala señal la que hizo que una amiga de ella solicitara con urgencia una ambulancia para llevarla de inmediato a un hospital.
“Ella pasó varios días en la casa, pero hubo un momento en el que ya no resistió. La señora que le ayudaba en el apartamento la encontró y llamó la ambulancia”, dice doña Rosario Pacas de Serrano, madre de Lolita.
Ya en el nosocomio, y tras practicársele algunas pruebas de laboratorio, se confirmó lo que tanto se temía: Lolita, como es llamada con cariño, padecía COVID-19, la enfermedad infecciosa que ha puesto de cabeza a todo el mundo.

La paciente originaria de San Vicente pronto fue conectada a un respirador, puesta boca abajo e inducida a un coma. El pronóstico era poco alentador; los médicos le daban solo el 5% de posibilidades de sobrevivencia.
En medio de la angustia, sus amigos y familiares, tanto en El Salvador como en Estados Unidos, pronto se unieron en oración e imploraron a Dios la recuperación de Lolita. En plegarias y en misas se pidió por su salud.
“En esos momentos tan difíciles mucha gente comenzó a orar y pedir por la salud de mi hija. En algunas misas se pedía por su recuperación. Nunca perdimos la fe”, expresa doña Rosario.
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Tras permanecer dos meses en condición crítica y luego de recibir todo el tratamiento médico correspondiente y terapias, Lolita fue dada de alta en días recientes.

Aunque aún presenta secuelas de la enfermedad, la vicentina se siente agradecida con Dios por el milagro y con sus familiares y amigos por sus oraciones y buenos deseos.
“Doy gracias Dios por una oportunidad más de vida. Gracias a mi familia, amigos y a personas, que aún sin conocerme oraron por mi salud. Gracias por cada llamada y mensaje. ¡Qué Dios les regrese multiplicado en bendiciones todo lo bueno!”, expresa Lolita.
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En días recientes, muchos amigos residentes en Boston, en su mayoría vicentinos, le expresaron su cariño a Pacas. Lo hicieron de una manera bastante peculiar: a través de una bulliciosa caravana de automóviles.
En un video publicado por el usuario identificado como Chacón Pda, se ve a Lolita sentada en la entrada de su casa viendo pasar de lejos a sus amigos que, con gritos y haciendo sonar las bocinas de sus carros, le manifiestan palabras de aprecio. En el audiovisual también se ve como algunas personas le hacen llegar obsequios.