Hay muchas razones hoy en día para permitir que el estrés conduzca a estados de ánimo poco saludables; lo peor de todo es que la tensión se manifiesta en el cuerpo de muchas maneras, especialmente en la salud intestinal.
El sistema digestivo y la mente se encuentran íntimamente conectados a través del sistema nervioso y ciertas hormonas, así que todas las emociones positivas o negativas repercuten en el intestino.
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Ese factor, sumado a una alimentación inadecuada, afecta la proliferación de bacterias malas y buenas llamada microbioma humano.
Según la Clínica Mayo, estas bacterias cubren cada centímetro del cuerpo de forma interna y externa. Curiosamente, el número de bacterias es casi el mismo que de células y la mayoría de ellas se alojan en la microbiota intestinal o flora intestinal.
Su función es metabolizar nutrientes y medicamentos, sostener el sistema inmunitario y mantener el buen funcionamiento de la estructura del tubo gastrointestinal.

Cuando esta se altera o daña, se generan una serie de síntomas que debilitan el cuerpo.
El nutricionista Jestin Quiroz asegura que durante la pandemia han surgido muchos casos “donde el problema adjunto a la patología de base es gastrointestinal y cuyo malestar no se presentaba anteriormente, pero esto se atribuye a muchas variables”, asegura.
Las afectaciones pueden deberse a la falta de nutrientes en la ingesta de alimentos, el estrés, el excesivo consumo de azúcar, grasas saturadas, edulcorantes artificiales o productos tóxicos como el tabaco.
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Puede haber hinchazón y dolor abdominal sin causa aparente, gases con mal olor acrecentado, diarrea o estreñimiento y cólicos intestinales. Esto puede ser solo el principio de una enfermedad o infección más grave si no se trata a tiempo.
Quiroz explica que cada individuo tiene una microbiota única. “Es distinta una de la otra desde que nacemos hasta que llegamos a la adultez y todo dependerá del entorno en el que nos desarrollemos y de los hábitos”.
Conoce qué puedes hacer para recuperarla si sientes que tu intestino no da tregua. Aunque el remedio a veces sea consumir suplementos alimenticios en cápsulas, líquidos o en sobres, hay formas naturales de remediar las carencias bacterianas y que tu estómago se alivie.

PROBIÓTICOS
Están presentes en alimentos y bebidas que han pasado por un proceso de fermentación natural. Los encuentras en el yogur sin aditivos, queso sin pasteurizar, pepinillos encurtidos o vinagre, verduras fermentadas y el kéfir.
PREBIÓTICOS
A diferencia de los probióticos, estos no son microorganismos vivos, son sustancias que están de manera natural en los alimentos y sirven como sustrato para las bacterias intestinales y probióticos. Incluye alimentos como el ajo, cebolla, puerro, cereales integrales, espárragos, legumbres, tubérculos, raíces y garbanzos.
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ALIMENTACIÓN ADECUADA
Contribuyen los ácidos grasos y Omega 3 —en pescados grasos, nueces, pavo, carne y huevos—, porque su ingesta está relacionada con el aumento de serotonina lo cual disminuye el riesgo de depresión. A eso se suma la ingesta de fibra y alimentos ricos en almidón resistente y que se encuentran en las frutas, verduras, legumbres, semillas, tubérculos y raíces.
RELAJACIÓN
La meditación y el yoga ayudan a llevar una vida tranquila para que los problemas afecten cada vez menos a las hormonas.