Estimado Leopoldo:
Me da mucho gusto saludarte después de tantos años. Llegué 5 veces a Venezuela como corresponsal para El Diario de Hoy de El Salvador, hasta que en el 2012 me negaron la visa definitivamente. Y en cada viaje tuve el gusto de visitarte e intercambiar análisis políticos contigo. Aprendí mucho. Luego ya no te pude entrevistar, pero seguí escribiendo frecuentemente sobre Venezuela y también sobre tu lucha desde la cárcel.
Aquí en El Salvador hemos conocido que existe un grupo de venezolanos vinculados a tu partido, Voluntad Popular, unos ubicados en Casa Presidencial, asesorando a Nayib Bukele, otros trabajando en la campaña de su partido Nuevas Ideas. Dos de ellos, Lester Toledo y Miguel Sabal, han estado trabajando de cerca con Juan Guaidó. Otra integrante de ese grupo, Sara Hanna, parece haber trabajado de cerca contigo y tu esposa Lilian.
El papel de ellos está siendo fuertemente cuestionado en El Salvador, por su involucramiento en la manipulación de datos sobre la epidemia de COVID-19 y en el operativo de distribución de víveres en las comunidades pobres, que está siendo manejado de la manera más populista y sin transparencia. La opinión pública crítica al gobierno de Nayib Bukele ve con sorpresa e indignación que militantes de una organización antidictatorial venezolana estén trabajando aquí para un gobierno autoritario, antidemocrático y populista. Yo comparto plenamente esta indignación. Por eso te pregunto: ¿Está ese grupo de asesores trabajando en El Salvador con conocimiento y aval tuyo, de Juan Guaidó y Voluntad Popular? O sea, la interrogante es si existe un acuerdo político entre tú y Nayib Bukele, o entre Guaidó y Nayib Bukele, o entre el gobierno de Estados Unidos, Guaidó y Nayib Bukele. Sobre todo esto se especula aquí, y me duele…
Al ser así, sería muy grave y en plena contradicción con el prestigio de defensores de la institucionalidad democrática que tú, Guaidó y Voluntad Popular se han ganado en años de lucha.
Yo preferiría pensar que simplemente se trata de la triste realidad de unos exiliados políticos que necesitaban trabajo. Sin embargo, tu correligionario Lester Toledo, en su Facebook, se está deshaciendo en adulación para su nuevo jefe: “El cambio que se siente con la llegada del presidente Bukele, no tengan duda que se sentirá en algún momento cercano en Venezuela”.
Yo no sé qué te han contado de la situación en El Salvador y del proyecto político de Nayib Bukele. Déjame asegurarte que este proyecto es contrario a los anhelos de los venezolanos de tener un gobierno racional, democrático, transparente y eficiente.
Creo que hay una persona cercana a ti que te podría confirmar esto. Se trata de Juan Carlos Gutiérrez, abogado defensor tuyo, que vino a El Salvador como asesor jurídico de Nayib Bukele. Juan Carlos tuvo la prudencia y decencia de apartarse después de que Casa Presidencial se tomara militarmente la Asamblea Legislativa el 9 de febrero, dejando de manifiesto el carácter autoritario de Bukele.
Lo que te pedimos quienes siempre hemos apoyado la lucha democrática en Venezuela es que nos aclares en qué condición estos militantes de tu partido están trabajando para un aprendiz de dictador en El Salvador. Lo más sano sería que tanto tú como Juan Guaidó declaren públicamente que no existe acuerdo político con Bukele. Como repito, cada uno tiene derecho de escoger para quién quiere trabajar, pero no es admisible crear la impresión de que la oposición democrática venezolana esté pactando con un gobierno al cual a nosotros nos toca enfrentar para defender la democracia.
El Leopoldo López que yo conocí en Caracas me convenció, porque dentro de la oposición venezolana combatió las tendencias oportunistas y la corrupción. Por eso no me cabe en la cabeza la idea de que tengas un pacto político con Nayib Bukele.
Sigo admirando y apoyando tu valiente lucha contra la dictadura chavista, y espero que pronto dé los frutos deseados. Un saludo solidario.
Paolo Lüers