Tras ir a un Preolímpico de taekwondo, piden ayuda para volver al país
Dos atletas y sus padres tienen tres meses de estar en Nicaragua. Fueron a un evento deportivo, y ahora solo desean retornar a El Salvador, ir a la cuarentena y volver a su hogar
Noventa y tres días. Este 10 de junio, la familia Escobar cumplió esa cantidad de días de estar fuera de su casa y no poder regresar a El Salvador. Son tres meses en los que, ahora, ya solo piden “ser repatriados desde Nicaragua”, como tantos salvadoreños que han quedado varados en el exterior y nada más quieren estar de nuevo en su casa.
No ha sido nada fácil para este grupo familiar, integrado por dos atletas de taekwondo, Fabiola y Marco, sus padres y el novio de ella, el ir en el día a día superando esta situación. Los atletas partieron el 9 de marzo hacia Costa Rica, a competir por el país en el clasificatorio preolímpico hacia Tokio, pero nunca se imaginaron la odisea tan larga que vivirían en busca de un regreso a su hogar que todavía no es posible.
Lo que más valoran los taekwondoistas Escobar es que sus papás, Yohalmo y Bárbara, estuvieran junto a ellos en este momento de la pandemia por el coronavirus (Covid19). Y que, además, Fabiola tuviera la dicha de que también estuviera su novio, José Alejandro González, quien es tenista federado. Ahora, la familia completa se une en una voz de petición para que los ayuden a regresar a su tierra.
En el audio filtrado la semana pasada, el jugador también dice a sus amigos que su madre mintió a la familia al decir que el novio tropezó en la escalera y se cortó con un vidrio.
Según contó Fabi, el 9 de marzo partieron a CRC, y tenían el regreso vía aérea –con su hermano– el 14, pero sus padres lo tenían un día antes por tierra. Por lo que decidieron “viajar como grupo familiar el 13. Pero al llegar a Nicaragua, ese día a las 11:30 de la noche, se decidió descansar y salir el 15. Pero ya no se pudo”. Desde aquel 13 de marzo, lo que era un viaje de cinco días, se volvió eterno.
“No sabíamos que iban a cerrar la frontera de Honduras. Pero ahora, la repatriación se ha vuelto complicada, por tantos salvadoreños que buscan lo mismo. Gracias a Dios, nuestros padres estaban con nosotros, fue algo solo de Dios. Y una tía que vive aquí (Managua) nos ha ayudado. Pero solo pedimos eso: que nos ayuden a retornar a El Salvador”, manifestó la de TKD.